Son vanguardistas, marquistas y descontracturados en todo aquello relacionado con la tecnología. ¿Redes sociales?, si pero sólo como medio.
Con edad suficiente para decidir sobre su vida y sus propios gastos, los jóvenes que integran la denominada «Generación Y» se han convertido en objeto de deseo de las marcas alrededor del mundo. Conocer sus comportamientos, saber cómo piensan y qué prioridades tienen, es hoy clave para las gerencias de marketing de pequeñas y grandes compañías.
Mec Consultores Asociados realizó en Rosario una investigación cualitativa para conocer los hábitos de consumo de estos jóvenes educados en la cultura de la interactividad y de Internet. De la misma se desprende que el concepto de “rapidez e inmediatez” los acompaña a diario. Su día se compone de tantas actividades que podrían ser representadas como flashes o instantáneas, y esto está directamente vinculado con la necesidad de gratificación variada e inmediata de la Generación Y.
Sus actividades semanales incluyen el trabajo, el estudio y el esparcimiento, buscando siempre cierto nivel de diversificación permanente. De hecho, en el trabajo procuran “evitar” las tareas consideradas “monótonas” y negociarían que exista “diversidad” en sus tareas cotidianas. Esto podría llegar a constituirse en un punto de negociación antes de aceptar un puesto de trabajo y también una vez que son parte de la empresa.
Estos jóvenes gastan su dinero en: alquiler, impuestos y servicios, vestimenta y “productos tecnológicos”, salidas (recreación). “Un dato que se desprende del estudio es que la mayoría de ellos ahorra y los motivos principales de ese ahorro serían: tener la vivienda propia, vacaciones anuales, y la adquisición de medio de movilidad (auto, moto)”, explicó el director de Mec, Ariel Secondo.
Educados en la era tecnológica, prefieren el face to face
Dentro de lo que es esparcimiento, la mayoría prefiere actividades al aire libre y que impliquen sociabilizar cara a cara con sus pares como caminar, correr, ir al gimnasio, tomar mate con amigos en el parque, o salir a tomar algo con amigos. Paradójicamente, no se mostraron demasiado interesados en navegar por Internet o utilizar la computadora en sus momentos de ocio.
Todos trabajan con PCs durante su jornada laboral, por lo que el “no usar la PC” sería una forma de marcar la diferencia entre estar o no trabajando.Todos tienen celular, Internet en casa y PC o notebook, sin embargo, y a diferencia de lo señalado por la literatura de negocios respecto del uso de redes sociales; en los grupos indagados –si bien son usuarios–las redes tales como Facebook o Twitter limitarían su relevancia a ser solo un medio.
Es decir, su uso estaría de algún modo circunscripto -para estas personas que trabajan en IT-a un nivel utilitario relacionado con estar “conectados” con amigos a los fines de entretenimiento, organizar salidas, agendar actividades recreacionales y placenteras.
Son vanguardistas, marquistas y descontracturados en todo aquello relacionado con la tecnología. Es una generación altamente tecnificada que disfruta del avance de la tecnología y los beneficios que esto trae aparejado. Sin embargo, el contacto face to face es altamente valorado y propiciado por ellos, de hecho lo prefieren para las actividades no laborales.
No planificarían sus actividades recreativas, más bien se dejan llevar por lo que surge en el momento. Lo viven en forma espontánea aunque saben que siempre tendrán alguna actividad de
Calidad de vida ante todo
Esta generación le asigna supremacía absoluta a la búsqueda de calidad de vida. Valoran más el mantener una buena calidad de vida que al exceso de trabajo y privilegiarían las “nuevas experiencias”, probar algo distinto o nuevo ya que –si bien no podría decirse que son revolucionarios, rebeldes o anti sistema–, sí serían curiosos, exploradores y desprejuiciados.
Entienden al trabajo como una actividad adicional dentro de su vida y no como la actividad principal o el eje rector de su existencia: viven el presente y quieren gratificación inmediata a diario e incluso al salir del trabajo “bajan la persiana”.
Otra particularidad es que cambiarían de trabajo con alta frecuencia (semestral) y piensan en el corto plazo por lo que no pueden proyectar a más de tres años. ¿Por qué motivos migran de trabajo?: cuando se aburren sin desafíos nuevos, o sienten que cumplieron un ciclo, que ya aprendieron lo suficiente; también cuando buscan conocimientos específicos en su área de interés que sienten no ofrece su trabajo, y cuando perciben falta de reconocimiento a nivel gerencial o están en desacuerdo con políticas empresariales.
“Si otros pares han migrado a otras empresas, ellos también se plantean esa posibilidad. De hecho, cuando alguien se va de la empresa, estos jóvenes comienzan a plantearse si pierden su tiempo en el trabajo actual, si son reconocidos como se merecen y, finalmente, si no será momento de irse también”, amplió Secondo.
De esta forma, tienen una gran preocupación por el desarrollo de su carrera profesional. Aunque en su discurso manifiestan que para ascender en las organizaciones se deben cumplir etapas y que es bueno tener un período de aprendizaje prudencial para ganar experiencia, lo que difiere de generaciones anteriores es la percepción sobre el tiempo y los plazos. En esta generación se han acortado notoriamente, para estos grupos, 6 a 8 meses es demasiado tiempo.
Por tanto, en la práctica desean acceder a puestos gerenciales en plazos cortos y cuando no lo logran, buscan cambiar de trabajo. Así, el clima laboral es un factor clave para estos jóvenes al optar por una u otra oferta o bien para permanecer en su trabajo actual.
Hay ciertos compañeros que se perfilan como líderes y el resto los toma como referentes de conocimiento. Así se constituyen pseudo “tribus” que comparten intereses comunes y se brindan apoyo mutuo en el ámbito laboral.
Por otro lado, y a partir de esta interacción en el trabajo, se desarrollaría un vínculo afectivo que forja nuevas amistades: se organizan salidas extra laborales (asados, ir a bailar,etc.) donde se comparten muchas horas. Ese vínculo, que trasciende lo laboral, hace que si alguien migra, los afecte no sólo en lo profesional sino también en lo personal.