El pago completo de la deuda contraída con el FMI es parte de una estrategia general-productivista con tipo de cambio alto-, y otra parcial-la de desendeudamiento- que nació con el gobierno del ex presidente Duhalde.
Lo que asombró a numerosos técnicos, fue la audacia que se necesitaba para llevarla adelante, y el hecho de que se haya realizado en un solo pago y en forma sorpresiva. Se desactiva para el futuro la incertidumbre constante que intimida a los actores económicos con las consecuencias de no acordar con el organismo multilateral de crédito. Tampoco se produce una interrupción para siempre, ni hay desafiliación. En una palabra, no nos salimos del mundo, como solían alarmarnos. Toda esa andanada de supercherías han quedado sepultadas, y sus mentores están perplejos y bien desprestigiados, por supuesto.
Es difícil entender a las mismas personas, quienes primero criticaban “el no pago”-default con aplauso del Congreso-, y ahora critican “el sí pago total al FMI”. Es bueno desde el sector privado y desde los Estados Unidos aclarar, que el pago total de la deuda con el organismo es absolutamente viable, sin incurrir en desequilibrios macroeconómicos. Argentina posee un nivel de reservas de casi tres veces el monto de la amortización, y eso permite respaldar adecuadamente toda la base monetaria. Al actual ritmo de actividad-que es bien alto-podemos pagar siete meses de importaciones con las reservas remanentes del pago, un periodo bastante por encima de los estándares mínimos internacionales.
La dimensión de la decisión tiene connotaciones políticas, pero además trae aparejado un ahorro fiscal de casi 900 millones de dólares más el spread de tasas (tasa activa-tasa pasiva) que generan las reservas vs. los intereses de los préstamos vigentes. Por el lado de la liquidez, podríamos agregar que aún falta considerar que una parte de la amortización se puede cancelar con excedentes fiscales acumulados y/o recurrir otra vez a nuevas colocaciones de deuda voluntaria en Venezuela.
Si miramos otro aspecto de la estrategia medular del plan-el tipo de cambio alto- una relación de reservas y base monetaria más desafiada va a justificar que el BCRA siga comprando divisas, cuidando la balanza comercial, y no permitiendo que se retrase el tipo de cambio real.
Por último, las cifras de la actividad económica volvieron a mostrarse sólidas durante Octubre – 9.3% en relación a Octubre de 2004, entramos en los 12 trimestres consecutivos de crecimiento. El alza con respecto a Septiembre fue de 0.7%. La economía acumula 9.2% de crecimiento en los primeros diez meses del año con respecto al mismo período del año anterior, por el momento supera el 8.8% de 2004 y proyecta un crecimiento de 7.5% para 2006.
Creo sinceramente que ha llegado la hora de indagar en algún buscador de Internet-ingresando los apellidos de los economistas más famosos-, podremos revisar sus comentarios biliosos y los pronósticos equivocados que realizaron durante estos últimos 4 años (2002-2005). A través de sus recomendaciones, muchas empresas han sido privadas de generar ganancias excepcionales en un tiempo de revancha en la Argentina.
* Pablo Tigani. Economista. Titular del GRUPO HACER