He estado trabajando como crítico de televisión para el blog Speakeasy de The Wall Street Journal, escribiendo reseñas del popular programa The Walking Dead, de AMC, que en América Latina es transmitido por el canal Fox. Veo la serie, después la veo otra vez, después la veo otra vez, buscando ideas centrales, ángulos, el elemento humano que elevó la historia más allá de un puro baño de sangre de zombies.
También me di cuenta de que en la serie hay buenas lecciones para los inversionistas. Porque, realmente, invertir por estos días no es muy distinto a intentar sobrevivir en una zona rural plagada tras la llegada de un apocalipsis con zombies.
A continuación, hay una lista breve de lecciones que los inversionistas pueden sacar de The Walking Dead, con analogías relevantes para el mercado ofrecidas por dos gestores de dinero a largo plazo con enfoque en el valor, que también son fanáticos de la serie: Jim O’Shaughnessy de O’Shaughnessy Asset Management, en Connecticut, y John Schwinghamer, de ScotiaMcLeod, en Montreal.
No juegue con los zombies
En la segunda temporada, el joven y curioso Carl Grimes se topa con un zombie atrapado en el lodo. En vez de correr, Carl se pone a jugar con el zombie. Juguetea con él, le tira piedras, lo toca con un palo. Por supuesto, el zombie se libera, casi se come a Carl y crea un caos más adelante.
Analogía de mercado relevante: “Muchas empresas son cómo zombies que están atorados en el lodo, se están moviendo pero las luces realmente no están encendidas”, indicó Schwinghamer, quien también es autor del libro Purple Chips. “Estas son empresas que siguen diluyendo ganancias, están orientadas a las ventas y no le hacen ningún favor a los inversionistas”.
No espere que una idea mala se convierta en buena
Otra vez, una lección tomada de la segunda temporada. Cuando la pobre Sophia es perseguida en el bosque por los zombies, el grupo pasa demasiado tiempo buscándola. Incluso cuando está claro que no podía haber sobrevivido tanto tiempo por su cuenta, el alguacil Rick Grimes la sigue buscando. Finalmente, Sophia es hallada: convertida en una pequeña zombie.
Analogía de mercado relevante: Schwinghamer señaló a BlackBerry como un ejemplo estelar de una empresa que ha quemado a sus inversionistas que esperaban que repuntara. “BlackBerry es un gran candidato a zombie”, dijo. Los días buenos de la empresa quedaron atrás, pero “de alguna manera (los inversionistas) piensan que esta compañía dará un giro. No va a suceder”.
“Se le llama el efecto de disposición”, indicó O’Shaughnessy, autor de What Works on Wall Street. “Los inversionistas venden a los ganadores demasiado rápido, y conservan a los perdedores por demasiado tiempo”.
No confíe en los elocuentes
Los sobrevivientes atontados que se dirigen hacia la ciudad de Woodbury son atraídos por las promesas de “El Gobernador”, un hombre que resulta ser tan malévolo que asesina a la mayoría de los habitantes a sangre fría cuando ellos desafían sus órdenes.
Analogía de mercado relevante: “Muy a menudo tomamos decisiones de inversión con base a una presentación muy carismática”, anotó O’Shaughnessy. Hay estrategias que prometen a corto plazo pero que fracasan a la larga, indicó. “En manos de un hombre carismático, puede manipularlas para sacar ventaja”.
O’Shaughnessy es un fiel partidario de poner a prueba las teorías de inversión con datos históricos, y de tener y mantener un plan de inversión bien elaborado que evite tendencias y modas.
“Cuando esté frente a un hombre carismático, acuda a Milton”, señaló, refiriéndose al científico que es decididamente no carismático (y que ya murió), “no acuda al Gobernador”.
Nunca siga a las tumbas a un tipo que lleva una bayoneta donde solía estar su mano derecha porque “Rick dijo” que las quería vacías. Bueno, esta quizás no tenga ninguna relevancia para los inversionistas. Aún así, “nunca he confiado en una persona con una bayoneta prostética”, acotó Schwinghamer.
La suerte ayuda a veces, pero la inteligencia es más fiable
La suerte juega un papel enorme a la hora de sobrevivir a un apocalipsis con zombies, pero los sobrevivientes a largo plazo, como Rick, o Tyreese o Michonne, se fían más de su inteligencia que de la suerte.
Analogía de mercado relevante: Pier 1. ¿Quién no creía que esta acción estaba condenada? Los inversionistas que se aferraron a esta empresa cuando parecía condenada han pagado el precio de su apuesta.
Pero al mismo tiempo, “es realmente difícil distinguir entre lo que fue suerte y lo que fue un resultado habilidoso”, señaló O’Shaughnessy. Los inversionistas necesitan estar conscientes de sus procesos. Un proceso malo, dijo, puede llevar a un resultado bueno, y viceversa, pero más a menudo, un proceso malo llevará a un resultado malo, y buen proceso a un buen resultado.
“Debes tener el valor de tus convicciones, y tus convicciones deben estar basadas en evidencia”, aseveró O’Shaughnessy.