Increíble pero real. Una de las startups más prometedoras de Silicon Valley estuvo a punto de ser comprada por Apple dos veces y en ambas arruinó el acuerdo. Se cree que fue la última oportunidad de Leap Motion de vender un negocio que durante años ha movido en el filo de la inestabilidad financiera.
A fines de la primavera de 2018, los empleados de la startup de realidad aumentada Leap Motion estaban de celebración. La compañía estaba a punto de ser adquirida por Apple, por una cifra que los expertos situaron entre 30 y 50 millones de dólares.
Apple ya había iniciado conversaciones con el departamento de recursos humanos de Leap Motion para revisar los beneficios de la compañía y envió cartas de oferta en carpetas blancas adornadas con su logotipo plateado, cuya llegada provocó muestras de entusiasmo entre muchos empleados en la oficina.
Pero luego, solo unos días antes de que se cerrara el trato, la oferta de Apple se vino abajo misteriosamente, según varios entonces empleados de la compañía que solicitaron permanecer en el anonimato para evitar represalias u otras consecuencias negativas.
El fracaso del acuerdo se debió a lo que un experto describió como el resultado de «un torbellino de negativos» en torno a la compañía, que muchos atribuyen a los jóvenes cofundadores de la startup, Michael Buckwald y David Holz.
En este punto, sin embargo, Apple estaba familiarizado con el comportamiento a menudo excéntrico del dúo fundador de Leap Motion; después de todo, esta era al menos la segunda vez que Apple se planteaba una posible compra de Leap Motion en menos de cinco años, según han asegurado a Business Insider varias fuentes familiarizadas con las conversaciones.
No era la primera vez
«Es por eso que la cosa de Apple no funcionó. David estaba en plan: ‘Nunca iré a trabajar para esos tipos, son el demonio'», según una persona que trabajaba para Leap Motion en ese momento.
Ese fue solo el primer paso en falso en un cortejo que continuó fraguándose durante muchos años, con Apple expresando un interés constante en comprar Leap Motion a pesar de lo que parecía un marcado desprecio por parte de Holz hacia el equipo y la tecnología de Apple.
Apple no ha respondido a las repetidas peticiones de comentarios. Pero este episodio revela tanto el continuo interés de Apple por las tecnologías que podría usar para su posible plan para desarrollar software y gafas de realidad aumentada, como lo que sucede cuando una startup que ha tenido en el pasado una alta valoración termina en el bloque de ventas.
«Leap Motion frecuentemente recibe ofertas de compra por parte empresas de tecnología más grandes que se dan cuenta del valor de nuestro equipo y del papel crucial de nuestra tecnología e investigación para el futuro de la informática», ha señalado un portavoz de Leap Motion a Business Insider.
Sin embargo, muchas fuentes cercanas a la compañía describieron la última oferta de Apple como la última oportunidad de Leap Motion para vender un negocio que durante años se ha tambaleado en medio de la inestabilidad financiera.
Altos vuelos
Leap Motion había captado la imaginación de la industria de la tecnología gracias a un video de demostración que reunió millones de vistas y que mostraban a personas interactuando con un ordenador, incluso jugando a «Fruit Ninja», usando solo sus manos y sus gestos.
La promesa era que los algoritmos de Leap Motion podrían «reemplazar el mouse y el teclado» por un trozo de hardware que pudiera percibir las manos y los dedos del usuario «sin tiempo de demora visible». El producto inicial disponible para ordenadores Windows y Mac, costó 80 dólares (poco más de 70 euros) y fue presentado en julio de 2013.
A los 25 años, los cofundadores de Leap Motion entraron en la lista de Forbes 30 menores de 30 junto con grandes figuras de la tecnología cxomo Evan Spiegel, Tracy Chou y Patrick Collison. Fueron venerados por muchos como un dúo brillante pero excéntrico: Holz, un ex asesor de la NASA, era el cerebro detrás del proyecto. Buckwald, un emprendedor en serie y un feroz tertuliano, componían la inteligencia financiera de la compañía como CEO.
El respaldo a la startup al entrar en la lista A ayudó a la compañía a obtener una amplia distribución minorista de lo que era principalmente una herramienta para desarrolladores. La tecnología de Leap Motion estaba incrustada en portatiles HP, su producto se vendía en tiendas Best Buy, y la dirección de la compañía podía acceder a reuniones con cualquiera, incluidos gigantes como Samsung y SoftBank.
Fue entonces cuando Apple tanteó a Leap Motion. El gigante de la tecnología no estaba interesado en el hardware de Leap Motion, según una fuente familiarizada con las conversaciones, sino que buscaba hacerse con su equipo de empleados «rockstar» y con su propiedad intelectual.
Sin embargo, las conversaciones no fueron a ninguna parte. Años más tarde, algunos de esos «rockstars» se unieron a Apple para trabajar en proyectos de realidad aumentada, según los exempleados.
Leap Motion cerró su serie B de financiación con una valoración de 306 millones de dólares (unos 270 millones de euros) a finales de 2013, según PitchBook, pero sus fundadores aseguraron a su equipo que la incipiente startup valía más, al anunciar que Leap Motion podría incluso tener un valor de 1.000 millones de dólares (en torno a 883 millones de euros), según fuentes familiarizadas con el asunto, lo que la convertiría en un unicornio.
Muchas personas cercanas a la compañía afirman que los problemas que afectan a Leap Motion son un ejemplo de administración deficiente: gran parte del capital de riesgo de la compañía se invirtió en elegantes oficinas en el costoso vecindario de SoMa en San Francisco, junto con ventajas de la industria tecnológica, como sillas de puff y almuerzos diarios, y costosos salarios de ingeniería.
El hecho de que Leap Motion caiga en una situación financiera desesperada cuando la tecnología central de la compañía tiene un gran potencial ha sido descrito por muchos como un fracaso que podría haberse evitado fácilmente.
Malas negociaciones
Aunque no está claro por qué Apple finalmente se negó a comprar Leap Motion a principios de este año, un tema está claro en las discusiones de Business Insider con fuentes que tenían un conocimiento íntimo de la compañía: los fundadores finalmente pensaron que la compañía era más valiosa que las ofertas sobre la mesa.
Uno de los problemas para la startup eran los ingresos: a pesar de la amplia disponibilidad de Leap Motion y su presencia en la prensa tecnológica, las ventas fueron decepcionantes y no eran suficientes para mantener una compañía, según aseguraron exempleados a Business Insider.
Una estrategia que empleó la compañía fue centrarse principalmente en la utilización de la tecnología en aplicaciones de realidad virtual, que era un sector importante en la industria tecnológica en 2014; Facebook compró Oculus ese año por más de 2.000 millones de dólares (más de 1.700 millones de euros).
Y en 2017, recaudó lo que The Wall Street Journal describió como una ronda de financiación de 50 millones de dólares (unos 44 millones de euros) liderada por clientes de JPMorgan Asset Management.
Pero Leap Motion nunca recibió la totalidad de los 50 millones, según una fuente familiarizada con el tema. En cambio, el acuerdo fue una inyección de 25 millones de dólares (sobre 22 millones de euros) en efectivo, con 25 millones adicionales basados en objetivos de rendimiento, según la fuente. Un representante de JPMorgan Asset Management Group y Leap Motion ha rechazado hacer comentarios.
Después, a principios de este año, Leap Motion lanzó un diseño de auriculares de realidad aumentada, llamado North Star, que utiliza la tecnología de seguimiento de manos de Leap Motion y muestra gráficos avanzados dentro de las lentes de los auriculares.
Fue un ajuste inteligente: la tecnología de seguimiento de manos de Leap Motion tiene sentido como una de las formas en que las que se pueden controlar las gafas de realidad aumentada y realidad virtual. En la superficie, el kit del desarrollador de North Star compite con Magic Leap One y Microsoft Hololens. Pero los auriculares nunca se han fabricado en volumen y deben conectarse mediante un cable a un ordenador de escritorio.
A principios de este año, quedó claro que Leap Motion no alcanzaría los objetivosnecesarios para desbloquear la segunda parte de esa financiación, según varias personas familiarizadas con el tema. Decenas de empleados han abandonado la startup, que ahora busca reducir costes. Recientemente, Leap Motion se mudó de su oficina de San Francisco en un intento por reducir costos, Business Insider informó la semana pasada.
«Leap Motion ha trasladado su principal centro tecnológico de SoMa al Distrito Financiero. Sin embargo, la mayoría de nuestro equipo es remoto», señaló un representante de Leap Motion a Business Insider en un correo electrónico la semana pasada.
No está claro si Apple todavía está interesada en la compañía, pero Leap Motion se reunió con otras compañías consideradas «estratégicas» para explorar la posibilidad de un acuerdo, según fuentes familiarizadas con la startup. No está claro si las conversaciones con potenciales compradores aún están en curso. Leap Motion también está explorando usos para su tecnología con contratistas de defensa.
La tecnología subyacente podría ser valiosa. Leap Motion tiene más de 100 patentes y solicitudes a su nombre, según Sqoop, y su hardware todavía se utiliza en muchos prototipos de startups que buscan construir gafas u otro hardware que necesite soporte de gestos.
Cada vez más, parece que la tecnología de Leap Motion podría ser comprada como una joya oculta para una compañía que busque agregar su tecnología de seguimiento manual a los futuros productos de gafas inteligentes, pero solo si puede lograr que los fundadores se sumen al acuerdo.