por Aaron Dinin* – Ehandbook
Un emprendedor local me invitó a desayunar la semana pasada. Es un entrepreneur que ha tenido un par de salidas impresionantes y tenía curiosidad por saber qué quería de mí. Después de todo, tras haber creado varias empresas de éxito por su cuenta, seguro que no necesitaba mis consejos.
Resulta que quería mi opinión sobre una nueva idea que estaba considerando. Después de vender su última empresa (y pasar unos meses disfrutando de los frutos de su éxito en forma de lujosos viajes por el mundo), se ha puesto inquieto y está buscando su próxima gran idea. Al parecer, parte de su estrategia para examinar posibles ideas consiste en presentar conceptos a otros empresarios y pedirles que encuentren el mayor número posible de defectos en la idea.
«Como siempre estás escribiendo sobre startups», explica, «pensé que se te daría bien agujerear una de mis ideas».
«Encantado de dar mi opinión», dije mientras me ruborizaba ligeramente al pensar que un empresario de tanto éxito leyera mis artículos.
Obviamente, no traicionaré su confianza compartiendo públicamente los detalles concretos de su idea. Para mis propósitos aquí, basta con explicar simplemente que la idea es creativa, pero no nada descabellado. No se trata de construir una colonia espacial en Venus ni nada parecido. En lugar de eso, me propuso un concepto que suena como una empresa de software relativamente sencilla. Francamente, me sorprendió que no existiera ya.
De hecho, la relativa obviedad de la idea del emprendedor resultó ser la mayor parte de nuestra conversación. Nos maravillamos sobre todo de la sencillez de la idea y de la falta de competencia aparente. Finalmente, tras unos 30 minutos, suspiré y dije: «Lo siento, pero no veo ningún problema importante».
«A mí también me preocupa», coincidió. «¿Por qué no existe ya esta cosa? ¿Cuál es el fallo crítico?»
Por qué toda gran startup tiene un fallo crítico
Para cualquiera que no haya pasado mucho tiempo creando empresas, nuestra preocupación por no ser capaces de detectar un problema obvio debería parecer extraña. Después de todo, ¿no son malos los problemas? ¿No querrían los emprendedores evitar ideas con problemas evidentes?
De forma un tanto contraintuitiva, la respuesta a estas preguntas es: «no». Sencillamente, toda idea de startup tiene al menos un defecto fundamental y/o una razón para que no exista ya. Para entender por qué, piense en las empresas desde una perspectiva puramente funcional: puesto que las startups resuelven los problemas de la gente, y puesto que la gente siempre quiere que se resuelvan sus problemas, entonces toda startup sin una buena razón para no existir debería, por definición, existir ya.
Por ejemplo, pensemos en una empresa como Uber. Si viajáramos en el tiempo hace 50 años y preguntáramos a la gente si les gustaría poder pulsar un botón en el bolsillo para que los coches les recogieran donde estuvieran y les llevaran a donde quisieran ir, seguramente todo el mundo diría: «¡Suena como una gran idea!».
Entonces, ¿por qué no existía Uber hace 50 años?
Porque no se podía.
Hace cincuenta años, las tecnologías necesarias para construir y ejecutar Uber simplemente no existían. Como resultado, nadie podía construir Uber. La falta de tecnología era el defecto crítico de la idea, y no podía llevarse a cabo hasta que se solucionara el problema.
Al igual que la idea de Uber hace 50 años, todas las ideas de startups que aún no existen tienen al menos un defecto crítico, un problema fundamental que impide su existencia. Por desgracia para la mayoría de los emprendedores, esos fallos críticos no suelen ser tan obvios como el que impedía a alguien desarrollar Uber hace 50 años. Al fin y al cabo, no hace falta ser un genio emprendedor para darse cuenta de que los smartphones con GPS no existían en los años setenta.
Sin embargo, incluso si la razón no es tan obvia como la que impidió que Uber existiera hace 50 años, cada idea de startup tiene una razón por la que no existe, y los buenos emprendedores saben que necesitan encontrar esa razón -el fallo crítico de su idea de startup- antes de empezar a construir.
La importancia de encontrar el fallo crítico
La importancia de encontrar el fallo crítico de una idea para una startup va más allá de saber por qué una idea no sale adelante.
Identificar el fallo crítico consiste en entender tu mercado, tu tecnología y tus clientes de una forma que otros no han entendido. Es tu código de trucos para centrar tus esfuerzos precisamente donde más se necesitan.
Consideremos otro ejemplo de fallo crítico: Airbnb. El concepto de alquilar una habitación libre a desconocidos parece sencillo ahora, pero cuando Airbnb empezó, se enfrentaba a importantes fallos críticos. Entre ellos, problemas de confianza entre anfitriones y huéspedes, obstáculos legales y escepticismo del mercado. Al identificar y subsanar estos defectos -mediante procesos de verificación, pólizas de seguros y esfuerzos de creación de comunidad-, Airbnb convirtió los posibles obstáculos en puntos fuertes.
La historia de Tesla también es un buen ejemplo. Recordemos que los coches eléctricos existían mucho antes de que Elon Musk convirtiera una pequeña empresa en un enorme negocio, pero aquellos primeros coches eléctricos adolecían de un defecto crítico: la tecnología de las baterías era demasiado cara e ineficiente para crear un vehículo con atractivo para el mercado de masas. El gran avance de Tesla no consistió solo en fabricar coches eléctricos, sino en hacerlos viables subsanando este defecto específico. Al innovar en la tecnología de las baterías y crear una red de supercargadores, Tesla transformó un nicho de mercado en uno de masas.
Como demuestran los ejemplos que he compartido, todas las empresas emergentes de éxito son un testimonio del poder de identificar y resolver defectos críticos. Si algo no existe, no existe por una razón, y entender esa razón es crucial para construir una empresa de éxito. Para que quede claro, no estoy sugiriendo que haya que tener todas las respuestas desde el principio. Estoy destacando la importancia de conocer todos los grandes problemas a los que te vas a enfrentar. Conocer el problema te va a preparar para los retos que te esperan, lo que significa que, antes de empezar a crear una startup, tienes que hurgar, pinchar y cuestionar las ideas hasta que encuentres las cuestiones fundamentales que, una vez resueltas, allanarán el camino para el éxito de tu startup