Las crisis siempre esconden oportunidades que la iniciativa emprendedora descubre; pero requiere de habilidades adicionales para que fructifiquen.
En la creación de un nuevo negocio se dan tres elementos imprescindibles, el emprendedor, la oportunidad y los recursos necesarios, veamos que ocurre con ellos en épocas de crisis:
El emprendedor
En épocas de crisis, los consumidores disponen de una menor liquidez y capacidad de gasto, lo que se traduce en menos oportunidades y un menor margen de error en la explotación de las que se detecten. Este mayor riesgo deberá ser asumido y/o gestionado por el emprendedor.
La consecuencia final será un menor número de emprendedores dispuestos a asumir el riesgo y que los emprendedores que lo asuman deben estar más preparados, conocer mejor el reto al que se enfrentan y ser capaces de diseñar e implementar modelos de negocio que permitan gestionar adecuadamente el riesgo y maximicen la probabilidad de éxito de sus nuevas iniciativas empresariales.
No debe olvidarse que en el mundo de los emprendedores, como en cualquier otra profesión, la suerte es el lugar en el que la preparación encuentra la oportunidad.
Por otra parte, una situación de paro laboral es en ocasiones el desencadenante o el empujón definitivo para tomar la decisión de emprender.
La oportunidad
Ello comporta que centren sus compras en los bienes y servicios que les sean más importantes y, además, lo hacen bajo el paradigma de conseguir la máxima satisfacción global en base a sus (menores) recursos disponibles.
Esto abre un abanico de posibilidades a los emprendedores que sepan aflorar nuevas oportunidades bien sea focalizando sus propuestas en aquello que es más importante para el segmento de clientes al que se dirigen y satisfaciéndolos mejor (calidad, conveniencia, usabilidad, etc.), o bien sea generando nuevas propuestas de valor “suficientemente buenas” a mejores precios en base a unos menores costes de producción y/o distribución.
Adicionalmente, la crisis, como todos los cambios importantes del entorno socioeconómico, genera sus propias oportunidades: servicios de seguridad, de cobro de impagados, etc. pero también, de ofertas de productos y servicios que hagan más llevaderas las circunstancias por las que atraviesan las personas afectadas de lleno por la situación de crisis: ventas de dulces, ofertas de entretenimiento, etc.
Por último, la crisis es una realidad que no afecta por igual ni a todos los segmentos de mercado ni a todos los sectores económicos. Como es lógico, esos segmentos de mercado y esos sectores menos afectados seguirán siendo fuente de buenas oportunidades de negocio.
Los recursos
Si se trata de recursos productivos, lo más probable es que su precio de adquisición o cesión sea inferior, en tanto que si se trata de recursos financieros, tanto por efecto del mayor riesgo como por la naturaleza de la actual crisis de liquidez del sector financiero, la disponibilidad será baja y el precio (tipo de interés) será más alto.
En cualquier caso, cabe recordar que los emprendedores siempre han de recurrir al uso de recursos que están más allá de su propio control y que el buen emprendedor es el que sabe compartir el qué, el cómo y el con quien.
En definitiva, en épocas de crisis, aumenta el riesgo y desaparecen y aparecen nuevas oportunidades, lo que obliga a analizar mejor las que se quieran abordar y se requieren emprendedores más preparados para emprender.