Un mentor en la vida de un emprendedor se traduce en un salto con red con el resultado de una mayor aceleración de su trayectoria profesional y del aumento de las probabilidades de que acierte más y más rápidamente.
El término Mentor nos lo regala por primera vez Homero en su obra La Odisea (siglo VIII a.C.). Méntor es el personaje encargado de ayudar a Ulises en su ausencia, encontrándose entre otras laborales la de ocuparse de la educación de Telémaco, hijo del héroe. Méntor es su persona de confianza, en la que Ulises delega sus intereses y los de su familia.
Miles de años después, la Real Academia Española define el término Mentor como “consejero o guía – maestro, padrino”.
Es cierto que en la última década es un término muy empleado en el ámbito del emprendimiento, pero como vemos, la acción de formar y aconsejar se remonta a varios siglos atrás y siempre ha estado presente en el mundo laboral, reflejada, por ejemplo, en la figura de los aprendices, que posteriormente se hacían cargo de los comercios o montaban el suyo propio.
Existen diferentes tipos de mentores y de mentorizaciones; sin embargo, todos tienen algo en común: se apoyan en los conocimientos y en la experiencia de empresarios asentados, que han vivido tanto aciertos como fracasos y han sabido aprender de ellos. La labor de los mentores es la de motivar e incentivar, saber provocar la generación de ideas en el emprendedor, incitar a resolver problemas y mostrarle otras soluciones, la de capacitar con ciertas técnicas o herramientas… nunca tratará de examinarle o de juzgarle, pero sí de que le muestre interés por lo que está haciendo.
Las sesiones de mentorización, ya sean individuales o colectivas, tienen que ser siempre prácticas y sacar de todas ellas algo productivo. Para ello, es necesario que el mentorizado acuda a las sesiones también preparado; por ejemplo, con anotaciones sobre aquellos aspectos que le preocupan o desconoce. Un buen mentor se convierte en uno de los mejores aliados del éxito del emprendedor, ampliando la relación mucho más allá de la puesta en marcha del proyecto, posiblemente de por vida.
Hay otra serie de factores de los que los emprendedores pueden beneficiarse a la hora de contar con un mentor, como son los contactos que le facilite el mentor y las ideas que éstos les aporten, además de las puertas que les puedan abrir o el apoyo económico que les puedan brindar. En networking es una herramienta muy empleada en todo el ámbito de los negocios y beneficiosa a todos los niveles.
Un mentor en la vida de un emprendedor se traduce en un salto con red con el resultado de una mayor aceleración de su trayectoria profesional y del aumento de las probabilidades de que acierte más y más rápidamente.
Aunque en algunas empresas ya es una figura instaurada, creo que el mentor empresarial va a coger fuerza en los próximos años, en detrimento de los asesores profesionales, que perderán algo de su poder. No olvidemos que uno de los factores que ayudan a impulsar también a las empresas, son sus intraemprendedores.