La “fórmula” del éxito para cualquier emprendedor difiere radicalmente de las recomendaciones de los protagonistas del ecosistema de startup actual y sus “Gurúes”: Venture Capitals, Ángeles Inversores, Incubadoras, Aceleradoras, Universidades, Consultores y hasta Gobiernos (que siguen dichas recomendaciones, a veces con buena intención pero con falta de conocimiento)
Emprender, como llamamos hoy al proceso de convertir la visión del fundador en un proyecto real, ha requerido una mezcla de coraje, intuición, inteligencia emocional, resiliencia, antifragilidad, acceso a recursos y capital social por cientos, miles de años. Una especie de arte. Pero alrededor de 7 años atrás, algunos autores comenzaron a diseñar metodologías poderosas que nos enseñan paso a paso cómo reducir riesgos y avanzar exitosamente en el proceso de construcción de una compañía.
Comparto parte de la literatura que utilizamos en Scalabl Global para construir nuestra propia metodología. En 2017, aplicando la “fórmula” descripta en este artículo en nuestra Academia de Startup creamos más de 100 empresas con 0 inversión (Sí, 0 inversión!) y en 2018 nos convertimos en la primer empresa argentina de este tipo global.
Los “Gurúes” del ecosistema de Startup e instituciones reconocidas mencionan y recomiendan como base los libros principales de esta literatura pero incitan a los emprendedores a hacer todo lo contrario (¿falta de lectura? ¿interés económico? ¿ambos?)
Cómo explicarlo de una manera simple:
1. Los intermediarios financieros (Venture Capitals) arman fondos para invertir en Startups accediendo a inversión de individuos de alto poder adquisitivo (millonarios y billonarios, a los cuales la teoría financiera recomienda colocar parte de su dinero en “inversión de riesgo”, con el famoso “no pongas todos los huevos en la misma canasta”).
2. Para gestionarlo, cobran un fee de administración de entre 2 y 6 % del dinero “levantado” en el fondo, que deberían utilizar para formar un equipo de gran conocimiento capaz de analizar las empresas y escoger los Startups que serán verdaderamente exitosos (Fee: 3% de 100 millones de US$ son 3 millones, de 1 billón son 30 millones).
3. Pero ¿por qué gastar ese dinero si existe la posibilidad de convertirlo en ganancia inmediata y sin riesgo? ¿Cómo? Reduciendo los costos fijos y contratando analistas recién salidos del MBA para esa función, creando o promoviendo “Aceleradoras” o asociándose con Universidades, Instituciones y hasta Programas de Televisión que generen “Concursos”.
Surgen entonces las competencias de planes de negocio, los Pitches, y un sinfín de distracciones para el ecosistema emprendedor, que permiten de una forma simple y estructurada (pero 100% ineficiente) elegir a los “mejores candidatos” que reciban primero capital semilla como premio (seed funding) y luego sean los posibles receptores del dinero de los fondos.
4. El proceso es simple, rápido, económico y permite dos cosas: convencer a los inversores de que existe un criterioso proceso de selección (¡ganaron concursos donde participaron cientos!), e invertir el dinero sin demoras (¡en el mundo financiero, el tiempo es dinero, dinero inactivo no genera retorno!)
5. Para reforzar su validez, un panel de distinguidas personalidades, líderes del ecosistema, emprendedores exitosos, o billonarios (Shark Tank) son invitados como Jurados honorarios en dichas competencias, escuchando 5 minutos a cada equipo finalista, sí, 5 (¡el famoso Pitch!)
Ahora, permítanme preguntarles una cosa:
¿Realmente le darían su dinero a personas que no conocen para una inversión de riesgo luego de verlos en un escenario hablando 5 minutos (para no aburrir a los jueces honorarios ni complicar demasiado sus agendas) y contestando 3 o 4 preguntas sin profundidad?
¿Cuánto tiempo invertimos para analizar qué bicicleta comprar? ¿Cuánto nos demora comprar un auto? ¿Por qué asumimos entonces con naturalidad que este proceso tiene sentido y no esconde nada detrás?
Permanentemente soy invitado como uno de esos jurados honorarios a esas competencias, a veces organizadas con la mejor de las intenciones (hablo en serio) por gobiernos, ONGs, Universidades, para ayudar a los emprendedores.
Cuando los escucho hablar, no han sido entrenados correctamente en modelos de negocio, no conocen las metodologías actuales, y para peor, ¡van a recibir el dinero! (no existe nada más perjudicial que empezar un negocio sin conocimiento y con dinero)
¡Todos se beneficiarán con ese dinero! Más fondos serán creados. Más fees de administración serán cobrados. ¡Todos menos ellos!
No de casualidad el ecosistema tradicional mide el éxito o el fracaso y la madurez de un Startup como el número de rondas de inversión (Serie A, B, C, etc) y el número de millones “levantados”, o cuántos “Exits” (ventas de empresas) el emprendedor ha tenido.
¡Tampoco de casualidad se presentan estadísticas de que sólo 1 de cada 10 emprendimientos triunfa, o 1 de cada 100, y se sostiene que emprender es una profesión de riesgo! (¡cuando la literatura demuestra claramente que ya NO lo es!)
Con esta nueva lectura que propongo, revisen cada frase del ecosistema emprendedor, y se sorprenderán de ver que todo está formulado para sostener este proceso.
6. Luego viene la parte del contrato (Uy, ¡si leyeran esos contratos!), el emprendedor se convierte entonces en un esclavo moderno (o como yo lo llamo, ¡un trabajador sin derechos del trabajador!). Pasa a ser un actor full time, de pitch en pitch, de escenario en escenario, vendiendo una imagen al mundo, a su familia, a sus amigos. Es el héroe inmediato, que sabe que encarna un rol que no ha ganado. ¡Y su angustia crece! Internamente lo sabe:
No hay un modelo de negocio claro, los resultados no llegan, reciben permanentes exigencias de escalar y crecer su facturación sin un mapa de ventas probado, empujando la demanda con dinero y más dinero. Más facturación trae más valuación e ilusión de éxito. Más ilusión de éxito (y el dinero que se acaba) genera más rondas de inversión, foco total en “levantar dinero”, más escenarios, más pitches, y más ganancias para todos (menos para el emprendedor, que pierde si consigue el dinero, y más aún si no lo consigue).
Mismo si las cosas van “bien”, todos se asegurarán su “Exit” antes que el emprendedor (¡clarito en el contrato!), o si van aún mejor, en casi 9 de cada 10 casos se asegurarán la salida de emprendedor, despidiendo al fundador y reemplazándolo por un manager profesional (facilitado por la dilución del porcentaje accionario del emprendedor luego de tantas rondas).
7. Y para tornar las cosas peores: en un mundo de alta liquidez (tasas de interés casi en 0) casi cualquiera con una red de alto poder adquisitivo puede crear un Venture Capital (VC), resultando en un bajísimo nivel de conocimiento en estas instituciones, y objetivos de muy corto plazo (¡ganar lo máximo hasta que la burbuja explote!)
Entonces, conocimiento y metodología son claramente una parte de nuestra fórmula. No seguir las recomendaciones del ecosistema y alejarse del capital inicial (seed funding) es otra. ¿Qué nos falta? Ya casi estamos llegando.
Les cuento una breve historia. En 2015 me gradué del Programa de Emprendedorismo e Innovación de Stanford Graduate Business School, aprendiendo poderosas herramientas y literatura que resultaron importantes puntos de partida en mi camino emprendedor. Pero en 2013, en un Programa de Gerencia General en Kellogg School of Management Brian Uzzi me enseñó un concepto que cambiaría mi vida para siempre! Networking.
Networking, Comunidad, Diversidad, Cuidar a los otros, Dar primero, trabajar en equipo, es lo que verdaderamente hace la diferencia
¿Suena contra intuitivo? Los invito a probarlo, claramente funciona, y nada te hace más feliz). Hemos profundizado en estos conceptos en Scalabl construyendo un ecosistema o red de personas, diversa, talentosa, generosa, y colaborativa a la que llamamos Alumni. Entre todos, nos ayudamos a triunfar, compartimos contactos y red, vendemos los productos de los otros, compramos nuestros productos, funcionamos como proveedores con nuestros talentos, o mentores, ofrecemos nuestro tiempo gratis para apoyar desde nuestra experiencia.
Emprender continúa siendo una especie de arte, pero las metodologías de avanzada mencionadas, generadas por increíbles autores, la facilidad de comunicación por el avance de internet y las redes sociales, el acceso a potencia computacional (¡en nuestros celulares!), la posibilidad de tercerizar casi cualquier producto a otras partes del mundo, y las tecnologías exponenciales permiten a cualquier individuo hoy más posibilidades de transformar que nunca.
Aunque el éxito de un Startup claramente no puede ser reducido a una precisa fórmula estadística (por suerte, ¡creo que sería aburridísimo si así lo fuera!), consideremos esta “fórmula” como una manera simple de explicar nuestros aprendizajes prácticos aplicando nuestra metodología en la creación de más de 100 empresas con más de 350 emprendedores. En esencia, cada componente es como el ingrediente de una receta, y el desafío es combinarlos de la forma adecuada en el caso de cada Startup. Lo que sí sabemos es cuáles son importantes (+) y cuáles debemos intentar evitar o manejar con cuidado (-) para el éxito de un Startup en etapa temprana.
Nuestra fórmula:
Éxito en etapa temprana de un Startup = Conocimiento (metodología de avanzada, lectura, aprendizaje continuo, formular y testear hipótesis en lugar de ejecutar planes de negocio rígidos) + Comunidad (networking, diversidad, aprender a escuchar y a hacer preguntas abiertas, dar primero, saber que hay cosas simples para uno que son importantes para los otros, compartir propósito y visión) + Esfuerzo (el camino no es fácil, y lleva muchas horas diarias, trabajo y paciencia) + Inteligencia Emocional (la misma resiliencia, antifragilidad, y atributos, que como un arte, los emprendedores de siempre han sabido desarrollar) — Riesgo (reducir los costos fijos, tercerizar los activos, intentar recibir los pagos antes de producir o tener compromisos con los proveedores) [Esta parte de reducir el riesgo será explicada en futuros artículos y constituye una parte fundamental de nuestra metodología.] — Capital Inicial (que creemos que incita al emprendedor a cometer errores y apurarse cuando el objetivo es aprender sobre el negocio, el consumidor, el producto, etc)
En Scalabl nos denominamos People Capital porque nuestra comunidad trabaja para transformar el mundo para bien desarrollando un emprendedor a la vez.
Nuestro foco son las personas, los valores, el aprendizaje continuo, y la aplicación práctica en el mundo real, generando empresas sustentables, por sobre el foco en “levantar” dinero o hacer “Exits”.
Estamos en Argentina, México, y estamos lanzando en Hong Kong, UK, Emiratos Árabes, India y Portugal [Sí, todo esto con 0 inversión externa o capital de los fundadores, siguiendo nuestra metodología y fórmula, generando dinero con nuestras empresas y modelos de negocio virtuosos]
En 2017, a un año de la creación de Scalabl, Forbes publicó el siguiente artículo: “El Hacker de las Startups” hablando de nosotros.
Si actualmente sos emprendedor o inversor, te invito a tomar esta visión diferente para al menos cotejar contra las recomendaciones 100% uniformes del ecosistema actual!
¡El día antes de que una idea se convierta en disruptiva, es siempre calificada de locura!
Peter Diamandis