No todo lo que reluce es oro en el ecosistema emprendedor. La soberbia acecha.
Emprender está de moda, es cool, fashion y glamoroso pero no todo es oro aunque parezca relucir. Hay mentira, soberbia, vedetismo e hipocresia.
Comencé a incursionar en el mundo emprendedor hace 15 años, cuando nació Emprendedores.News. Era tiempo de reconstrucción tras la burbuja de las puntocom y había más barro para construir que humo para dispersar.
Por ese entonces, emprender no era tan cool y casi no había rockstars entrepreneurs. Los gurúes provenían en su mayoría del universo del management y todo parecía ser más naif.
Hoy todo eso cambió. Emprender es la nueva la fiebre del oro, y jóvenes y no tanto se lanzan a la aventura del negocio propio hipnotizados por los cantos de sirena del ecosistema. Es genial que cada ciudad, provincia y nación desarrolle el emprendedorismo como política de estado y mejor aún es cuando se suman universidades, sector privado y tercer sector al ecosistema.
Estos 15 años de periodismo emprendedor me han servido para crecer en lo personal y lo profesional, para ser optimista en cuanto a un mundo mejor y también para aprender a detectar los puntos grises del ecosistema, que los hay y muchos.
Te comparto cuales son, a mi criterio, las zonas oscuras a las que debemos prestar atención:
1. La soberbia emprendedora. El verdadero líder emprendedor es humilde en forma holística. Trata de de mantener un perfil bajo al vestir, al hablar, y al interrelacionarse. Suele compartir desinteresadamente su experiencia y centra más su charla en los skills y las dificultades que en los logros
2. El vedetismo emprendedor es otra zona oscura. Vas a cien eventos emprendedores y encontrás siempre a los mismos personajes parados cual sol y a una audiencia rotativa que orbita a su alrededor, felices de aplaudir .
3. El gueto emprendedor es una mini tribu compuesta por un reducido grupo que pegó un par de rondas de inversión o vendió y se dedica a jugar al emprendedor e inversor serial, dando lindas charlas, escuchando seriamente los planes de inversión de otros emprendedores, pero sin poner nunca una moneda.
4. Hay mucha careta emprendedora entre los que te hablan de millones de dólares pero no se le caen ni cincuenta centavos del bolsillo; de los que te hablan de como apoyan el ecosistema emprendedor pero en realidad no dan puntada sin hilo disfrazando su avaricia con un notable marketing personal.
5. Cada vez que escucho a algún emprendedor hablar del control del ego y la humildad me pica el alma y quedo alerta para verlos actuar en la vida real, más allá de los discursos lindos. Es un buen ejercicio pero con un costo alto: he perdido la credibilidad en algunas celebrities emprendedoras.
A muchos emprendedores no les vendría nada mal tener presente la fábula del águila y el escarabajo:
“Estaba una liebre siendo perseguida por un águila, y viéndose perdida pidió ayuda a un escarabajo, suplicándole que le salvara. Le pidió el escarabajo al águila que perdonara a su amiga; pero el águila con desprecio por la insignificancia del escarabajo, devoro a la liebre en su presencia.
Desde entonces, buscando vengarse, el escarabajo observaba los lugares donde el águila ponía sus huevos, y haciéndolos rodar, los tiraba a tierra.
Viéndose el águila acosada, recurrió a Zeus pidiéndole un lugar seguro para depositar sus futuros pequeñuelos.
Zeus ofreció al águila cuidar sus huevos colocándolos en su regazo.
Viendo esto el escarabajo hizo una bolita de barro, voló y la dejo caer sobre el regazo de Zeus. Se levantó entonces Zeus para sacudirse aquella suciedad, y tiro por tierra los huevos sin darse cuenta.
Desde entonces, las águilas no ponen huevos en la época en que salen a volar los escarabajos.
Moraleja: Nunca desprecies al pequeño o al insignificante, pues no hay ser tan débil que no pueda alcanzarte”.
Feliz semana, felices emprendimientos, feliz vida para todos.
Marcelo Berenstein
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