Como CEO en ocho empresas diferentes, mantener un equilibrio entre lo profesional y lo personal se ha convertido en una decisión consciente para mí.
Durante mis últimos 20 años ejerciendo como emprendedor, he aprendido que la clave para mantener este equilibrio es la gestión de mi tiempo de manera eficiente. Para ayudarme a mí mismo y a mis colegas emprendedores a lograr esto, he creado Taskworld, un programa de gestión de tareas online.
Para ayudarme a dominar el equilibrio profesional con el personal, me atengo a los seis siguientes mantras, que animo a todos a seguir. Estos sencillos consejos me han ayudado a mantener mi productividad sin dejar de disfrutar de la vida al máximo.
1. El sistema adecuado conduce a un equilibrio adecuado
Si estás buscando el equilibrio entre tu vida personal y la profesional, la clave está en encontrar un trabajo en una empresa y en una industria que se ajusten a tus aspiraciones y habilidades. Todo es cuestión de encontrar una profesión en la que tu corazón y tu mente quieran estar involucrados. Si estás atascado en un trabajo equivocado, pasarás tu tiempo con tareas rutinarias. El equilibrio se logra cuando estás contento de cómo disfrutas con tus horas. La vida es demasiado corta y demasiadas escasas son las horas en la que no puedes seguir tu pasión.
2. Estar más tiempo en el trabajo no significa que ganes más puntos
Trabajar duro y estar largas horas trabajando puede ser esencial en ciertas industrias. Esto está bien, siempre y cuando te cundan y te hagan crecer en el proceso. Se convierten en un problema cuando lo haces y te sientes obligado a hacerlo, o si sólo estás haciendo horas extras para impresionar a tu jefe y a tus colegas. Lo que importa en última instancia es tu resultado y el rendimiento general. Más tiempo invertido no siempre equivale a más productividad. Has de ser consciente de cómo utilizas tu tiempo y que siempre, se centre en los resultados.
3. No trates de llevar una doble vida
El concepto tradicional de conciliación de la vida personal con la laboral tiene sus defectos. Tu trabajo es un aspecto de tu vida. Los problemas surgen cuando se considera que el trabajo es una parte no deseada de tu tiempo. La mejor manera de evitar la creación de un problema es no hacer ninguna distinción entre el “tiempo de trabajo” y el “tiempo personal”.
Mira tus horas como un recurso finito con una visión integral. Sólo hay un número de horas en una semana, así que averigua lo que valoras en la vida, y asigna en consecuencia.
Tu calendario es un reflejo de tus valores. Si, por ejemplo, te preocupa el ejercicio, asegúrate de planificar un tiempo para el ejercicio de la misma manera que planificas reuniones de negocios. Asegúrate siempre de que estás utilizando el más escaso de tus recursos en formas que realmente te dan satisfacción y significado.
4. El empleado, no el empleador, tiene la última palabra
Todos somos dueños de nuestro destino. La responsabilidad de tener un equilibrio en la vida se basa más en los hombros de los empleados que en los del empleador. Aunque algunos empleadores pueden ser exigentes, eso no significa que ellos controlan tu tiempo personal. El poder está en tus manos. O bien tomas el control de tu tiempo o dejas que otros lo hagan por ti. Es tu decisión.
5. Entiende la raíz de la procrastinación
La procrastinación, por definición, es el acto de posponer tareas importantes que hacer tareas menos importantes o no importantes. La procrastinación se produce cuando faltan algunos de estos factores: voluntad, disciplina y energía. La falta de voluntad indica que tu pasión está en otro sitio. La falta de disciplina surge de las prioridades equivocadas. Cuando se trata de la energía, se relaciona con tu gestión. Algunas personas tienen más energía por la mañana y poca por la noche. Averigua el mejor momento para asignar las tareas. La clave para combatir la procrastinación es planear cuidadosamente lo que tienes que hacer y después conseguir que se haga en ese momento.
6. Ofrece calidad sin compromisos
Siendo reflexivo sobre lo que decides hacer (o no hacer), se puede apostar por la calidad en el trabajo. Si se realiza en exceso, la calidad se verá afectada. Ten un buen sentido de la capacidad que tienes y mide lo que puedas obtener de más en tu tiempo. Una buena forma de medir esto es pensar en lo que puedes hacer con el 20% de tu tiempo para tener un impacto del 80% en tu vida. No todo el trabajo es igual. Delega o elimina lo que no agregue mucho valor.
Mientras que el trabajo tiene la penúltima importancia en mi vida, yo también he hecho una elección consciente para tener espacio para las aficiones y para mi vida personal. Ver a mis hijos por la mañana, las cenas familiares, estas son las cosas que son importantes para mí y la razón por la que han creado un mejor equilibrio entre el trabajo y mi vida personal.