En general, tenemos la tendencia de dejar las cosas para último momento, como si esperásemos que la altura de la montaña que debemos escalar disminuya si dejamos pasar el tiempo.
El acto de procrastinar nos induce a evitar las tareas que nos parecen más difíciles o tediosas para terminarlas en otro momento, mientras nos dedicamos deliberadamente a distraernos en actividades más atractivas y relajantes.
Según Paul Graham, la procrastinación también puede ser buena. De acuerdo con Graham, «hay tres variantes de la procrastinación, que dependen de lo que haces cuando deberías trabajar en algo: puedes trabajar en (a) nada, (b) algo menos importante, o (c) algo más importante».
Este último tipo, para él es la procrastinación buena. Y cita como ejemplo al “profesor despistado”, que olvida afeitarse, o comer, o tal vez incluso ver a dónde va, mientras está pensando en alguna pregunta interesante. Su mente está ausente del mundo ordinario, porque esta trabajando muy duro en otro.
«Es en ese sentido en el que las personas más impresionantes que conozco son todos procrastinadores. Son procrastinadores del tipo C: postergan trabajar en cosas pequeñas para trabajar en cosas grandes«, afirma Graham.
Como sea, si procrastinar es una costumbre del tipo «a» o «b» en la escala Paul Graham, te dejamos estas frases que pueden inspirarte a dejar de hacerlo o al menos a intentarlo: