“Dejar fluir” es una de las frases más escuchadas en estos tiempos, ¿Pero qué significa realmente? ¿Cuál es la importancia real de la intuición a la hora de emprender?
Dejar fluir encierra un profundo sentido para los emprendedores que se sienten siempre presionados para analizar, planificar y hacer de sus negocios y de su vida, una gran planilla de Excel. Dejar fluir un poco más haría más fácil nuestra vida en muchos sentidos.
Todos tenemos sueños, ilusiones y expectativas pero desafortunadamente, muchas veces se estrellan contra un muro que parece indestructible pero que no lo es. Ese muro es atravesable y rompible porque cada uno de los ladrillos que lo conforman son auto-impedimentos. Nosotros mismos somos, en muchas ocasiones, los creadores de las barreras que impiden que avancemos por el sendero de la superación.
Algunos de estos ladrillos son:
No puedo
Para lograrlo, necesito dinero y no lo tengo
Es tarde para lograrlo
Si tengo su apoyo, no lo lograré
El emprendimiento necesito un tiempo que yo no tengo
No es para mí
Jamás me va a atender personalmente ni va a responderme un email
Soy una pulga en medio de una manada de elefantes
Muchas de estas excusas son inculcadas en nosotros desde que somos chicos, sea en la casa, la escuela, el club, etc. Desprogramarnos es un trabajo arduo pero vale la pena intentar dejar atrás los auto-impedimentos y dejar fluir un poco más. Saber encontrar el punto exacto en donde se cruzan la intuición y la razón; el anhelo con el conocimiento.
La intuición está en la naturaleza humana ¿por qué no aprovecharla en lugar de desconfiar de ella?
Hace unos años, el semanario PRWeek publicó su «CEO Survey» con el siguiente encabezado: «Los máximos responsables de las compañías más importantes del mundo suelen confiar en primer lugar en su intuición a la hora de tomar decisiones de negocios».
Muchos fundadores de grandes empresas iniciaron su emprendimiento haciendo más caso a su intuición que a estudios de mercado, informes cuantitativos, estadísticas financieras, amigos, consultores, especialistas, etc.
Confiaron y triunfaron
San Walton creyó en su intuición cuando comenzó a abrir sus cadenas minoristas en pequeños pueblos lejos de los “grandes players” del momento para luego llegarle a competir y ganar!.
Algo similar ocurrió en 3M cuando apoyó la salida al mercado del post-it, producto que ningún estudio de mercado lo posicionaba como deseado por los consumidores.
Fred Smith confió en su intuición al fundar FedEx y creer que la propia flota de aviones era imprescindible para generar un negocio de transporte de mercancías como lo fue inicialmente.
Henry Ford confió al crear su compañía de autos, Ted Turner cuando lanzó CNN, Jeff Bezos (Amazon), Elon Musk (Tesla), Walt Disney (Disneyworld), Richard Branson (Virgin) y Muhamad Yunus (Grameen Bank) son otros ejemplos, pero la lista es gigantesca.
La historia de los emprendedores que triunfaron y trascendieron muestra un denominador común: todos y cada uno de ellos tuvieron las agallas de cerrar los oídos a los agoreros y abrirlos a su corazón, y solo después de seguir el camino que la intuición le marcaba, se sentaron a planificar y proyectar.
Hagamos el intento y dejémonos fluir un poco más. Lo pido para mí, lo pido para vos
Marcelo Berenstein