Hablemos un poco de liderazgo. Hay tanta literatura, tanta conferencia, tanta cosa dando vueltas referidas a la importancia de los líderes que, a mi juicio, tanta teoría puede inhibir la práctica.
Para ser líder, dicen los gurúes del tema, hay que ser así o asá, hacer ésto y aquello. Tanto «bajada de línea», me parece, puede llevar a archivar nuestros dones innatos y sumirnos en la resignación y comodidad de que siempre hay alguien que decidirá qué debemos hacer, cuando, donde y cómo.
En mi perspectiva, por naturaleza todos somos líderes. Lideramos con nuestros pensamientos, palabras y acciones. Todo lo que sale de nuestra mente, boca y actos impacta en los otros. Es vital abandonar la pereza inconsciente que nos domina y dejar de esperar que otros decidan por nosotros.
Erróneamente pensamos que los líderes son aquellos que ocupan cargos relevantes en la función pública o en el ámbito privado. La realidad es que todos ejercemos liderazgo. En la familia, en el trabajo, en el colegio,en el ocio; no hay lugar en el mundo en que nuestras acciones no hablen por nosotros. Tenemos el poder de inspirar o repelir, de oscurecer o iluminar, de dañar y ayudar, de dar y recibir.
Asumamos que nuestra vida es nuestro mensaje y comprenderemos que la coherencia es una inversión siempre redituable
Feliz semana, felices emprendimientos, feliz vida para todos.
Marcelo Berenstein
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