Todos los seres humanos nacemos libres, con determinados talentos y habilidades. Claro que para que esos dones brillen tienen que pasar varias cosas previamente.
La primera es que el propio emprendedor reconozca esos talentos y dones como propios, y recién después trabajar sobre ellos.
Es como creer que por pagar la cuota del gimnasio, el físico se desarrolla solo. Talento y habilidades están dentro pero hay que practicarlos con constancia para que crezcan y brillen.
No hacerlo condena al emprendedor a los barrotes de la comodidad y el conformismo. No explotar nuestros talentos es un boleto de ida a la mediocridad y la rutina.
Tener varias habilidades, capacidades, conocimientos y experiencias, y no encontrar el lugar apropiado para aprovecharlos es renunciar a ser libres y marchar al exilio en la zona de confort o al zoológico de este cuento.
“Una tarde, bajo un calor insoportable, una madre camello y su cachorro estaban descansando bajo la sombra de un árbol. De pronto, el bebé camello le pregunta:
– Madre; ¿puedo preguntarte algunas cosas?
– ¡Claro que sí!, qué es lo que deseas preguntarme o hay algo que te molesta?
– ¿Por qué los camellos tenemos joroba?
– Mira hijo, nosotros somos animales del desierto, y necesitamos la joroba para guardar agua y poder sobrevivir por mucho, pero por mucho tiempo.
– ¿Bien, ¿puedo seguir preguntando?
– Claro hijo puedes seguir preguntando.
– ¿Por qué tenemos unas piernas muy largas y nuestras patas son redondas?
– Obviamente las tenemos para que se adapten al andar en el desierto, con estas piernas nos movemos mejor que nadie.
– ¡ Y por qué tenemos nuestras pestañas tan grandes? Esto a veces me molesta en mi vista
– Aquellas pestañas largas y gruesas son una tapa protectora. Ellos ayudan a proteger tus ojos de la arena del desierto y el viento.
– Ya entiendo mamá. Si tenemos la joroba para almacenar el agua cuando estamos en el desierto, las piernas son para andar por el desierto mejor que nadie y estas pestañas protegen mis ojitos en el desierto… Entonces, ¡qué demonios estamos haciendo aquí en el maldito zoológico!”
Marcelo Berenstein