Los emprendedores saben la importancia de los sueños. Tienen claro que son el combustible del espíritu. Un emprendedor no concibe vivir sin soñar y siempre tiene a mano uno nuevo para no dejar de crecer.
Los sueños del emprendedor no son comunes sino que pertenecen a la categoría de los que se creen con la capacidad de cambiar varios mundos al unísono: el mundo personal, el mundo familiar, y el mundo en general.
Y aunque para algunos esos sueños pueden resultar utópicos, la realidad es que son bien posibles por una simple razón: El mundo ha sido, es y será siempre moldeado por aquellos que tienen el coraje de creer en sí mismos. Los que confían en sus sueños tienen la perseverancia, la paciencia, la tozudez y la fuerza necesaria para ir por ellos y hacerlos realidad.
El emprendedor no teme al riesgo, por el contrario lo asume como un desafío y un escalón para subir más alto. Tiene en su mente, corazón y espíritu a una trilogía de socios ideales.
Nunca saca los pies del suelo, pero jamás deja de mirar hacia el cielo. Va dando pasos firmes escalando hacia la meta.
El emprendedor es un soñador que realizó la capacidad de convertir la idea en visión y la visión en realidad. El emprendedor, por cierto, no puede escapar ni renunciar a la capacidad de soñar. Allí es donde comienza a tomar forma la visión.
Como decía sabiamente William Faulkner:
«La sabiduría suprema es tener sueños bastante grandes para no perderlos de vista mientras se persiguen»
Feliz semana, felices emprendimientos, feliz vida para todos.
Marcelo Berenstein
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Te felicito Marcelo por la nueva presentación y contenido.
Con seguridad este año será de muchos exitos.
Te acompañamos paso a paso en la escalera.
Saludos cordiales.
Alfredo.
Muchas gracias, Alfredo