La soberbia y la hipocresía son dos enemigos silenciosos que se camuflan muy bien. Suelen presentarse en forma de ego y se los puede reconocer, entre otras cosas, porque a sus dueños les encanta dar charlas sobre la importancia de dominar, vaya paradoja, el ego y la soberbia.
Conozco muchos de emprendedores que lograron vender sus startups en cifras importantes. A muchos los conocí fundiendo sus empresas y luego aprender de sus errores para volver a fundar, crecer y vender.
Como te decía, conozco muchos que les fascina presentarse como “emprendedores seriales”, se definen como amantes del riesgo y hablan de generosidad, humildad, ausencia de ego y otras virtudes. Cerrás los ojos al escucharlos y parece que hablara Osho.
Los conocí cuando iniciaban sus emprendimientos. En ocasiones los vi sentirse pequeños frente a grandes compañías y “romperse la cabeza” pensando como agregar valor. Fui testigo directo de sus esfuerzos por diferenciarse, aprovechar las oportunidades y de sus esfuerzos por crecer hasta llegar a ser lo que son. Conocí a muchos emprendedores que se merecen todo lo que lograron…
Muchos de ellos, hoy son gurúes de cartón, rockstars de un ecosistema emprendedor que parece más ocupado en ganar pantalla, escenarios, marketing personal y clippings que apuestas reales, concretas y amplias para las oportunidades de los nuevos emprendedores.
A muchos, que conocí con el enojo legítimo del empresario chico que siente que es dejado fuera de negocios grandes solo por su tamaño; los veo hoy haciendo todo aquello que criticaban.
Hoy los veo menospreciar a algunos por su tamaño, posición o condición. Se sienten leones y alguna vez fueron ratones; como en esta fábula:
“Dormía un león cuando un ratón empezó a juguetear encima de su cuerpo. Despertó el león y lo atrapó. A punto de ser devorado, el ratón le pidió que le perdonara, prometiéndole pagarle en el futuro. El león echó a reír y lo dejó marchar. Días después, unos cazadores apresaron al rey de la selva y lo ataron con una cuerda. Al oír el ratón los lamentos del león, corrió al lugar y royó la cuerda, dejándolo libre. “Días atrás” – le dijo -, “te burlaste de mí pensando que nada podría hacer por ti en agradecimiento. Ahora es bueno que sepas que los pequeños ratones somos agradecidos y cumplidos”.
Amigos, recuerden que la vida es circular, que hoy estamos abajo y mañana podemos estar arriba. Tratemos a todos por igual, independientemente de su tamaño, posición, etc. No sea cosa que al volver a bajar, elevemos la mirada buscando ayuda y veamos a aquel que maltratamos cuando lo vimos debajo nuestro..
Feliz semana, feliz vida, felices emprendimientos
Marcelo Berenstein
[email protected]
Queremos nombres Marcelo!! jaja. Muy cierto!
Los emprendedores son personas divergentes, audaces, humanos, arriesgados, con visión de futuro, etc, etc).
De acuerdo también hay que mantener la humildad, porque el mundo da vueltas, miremos en mi país, apenas el 1% de los profesionales con título de 4 nivel emprenden el algo, los profesionales de 3 nivel, el 7% y los que tienen un formación inconclusa (primaria y secundaria) tienen mas del 80% de emprendimientos, esa es la pequeña, gran diferencia .