Días atrás, revisando recortes archivados, volví a releer una nota del 2008 del suplemento IEco de Clarín en la que publicaron un estudio del Observatorio del Empleo y la Universidad Nacional de General Sarmiento donde se pone a la luz que las empresas que despegan rápido son el 6% del total pero generan el 50% del empleo. Lo que más me llamó la atención fue una columna de Pablo Maas (que además de ser el editor del IEco es un buen profesional y gran persona) donde cuenta que los académicos que estudian la demografía empresarial apelan a la zoología para clasificar a las empresas en “Ratones”, “Topos”, “Gacelas” y “Elefantes”. Las gacelas son las que motorizan el crecimiento, de acuerdo con la descripción que hace Silvia de Torres Carbonell en el mismo suplemento.
Sin querer pecar de atrevido y pretender situarme a la altura de académicos como Torres Carbonell o Kantis o de periodistas mucho más experimentados y capaces que yo como Maas, me parece que faltaron algunos animales en el artículo. Por ejemplo, la empresa “Buitre” aplicable a aquella que toma empleados en negro; la “Carroña”, que es la compañía que vive especulando con ganar cada vez más invirtiendo menos; la empresa “Tortuga” que son a las que ven como las oportunidades pasan al lado y no pueden agarrarlas; la empresa “vampiro” (¿quién no trabajó en alguna?) y así hasta completar un zoológico (Se aceptan sugerencias).
Me reservo para nuestros bienamados funcionarios públicos, la categoría de “Lincégalos”: animales ciegos como los murciélagos a los problemas de la gente pero con vista de lince cuando olfatean “coimida” (alimento material a base de coima).
He aquí mi humilde aporte al Animal Planet empresario…
Feliz semana, felices emprendimientos, feliz vida para todos.
Marcelo Berenstein
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