por Jovan Cicmil*
Las startups no fracasan por falta de recursos, sino porque se ahogan en demasiadas ideas, oportunidades y distracciones.
«El éxito no es entregar una función; el éxito es aprender a resolver el problema del cliente.» –
Eric Ries, The Lean Startup
Al hablar sobre por qué fracasan las startups, algunas razones suelen encabezar la lista: falta de financiamiento, mal ajuste al mercado o una mala gestión. Aunque estos desafíos son innegablemente reales, eclipsan un problema menos discutido, pero igualmente crítico: las startups no fracasan por falta de recursos, sino porque se ahogan en demasiadas ideas, oportunidades y distracciones.
Por contradictorio que parezca, muchas startups fracasan no por falta de oportunidades, sino porque se dispersan demasiado, persiguiendo demasiadas ideas y funciones al mismo tiempo. Este artículo explora esta sorprendente causa del fracaso de las startups, además de mencionar las razones más comunes y cómo se interconectan.
Razones comunes por las que fracasan las startups
Antes de profundizar en la razón menos obvia del fracaso de las startups, revisemos brevemente los culpables más conocidos:
- Falta de demanda en el mercado
Muchas startups crean productos que nadie quiere. Un informe de CB Insights reveló que el 35 % de las startups fracasan porque intentan resolver problemas que no existen.- Ejemplo: Juicero, el famoso exprimidor de $400, creó un producto innecesario, ya que los usuarios descubrieron que podían exprimir los paquetes de jugo con la mano.
- Problemas de flujo de caja
Quedarse sin dinero es una de las principales causas de fracaso. Sin financiamiento, incluso las startups más innovadoras luchan por escalar o mantenerse a flote.- Ejemplo: Quibi, la plataforma de streaming de videos cortos, gastó $1,75 mil millones en financiamiento, pero no logró atraer suficientes usuarios para justificar sus costos.
- Malas dinámicas de equipo
Un equipo disfuncional puede hundir una startup más rápido que las fuerzas del mercado. Objetivos desalineados, egos o brechas de habilidades pueden causar caos interno. - Competencia
Las startups a menudo subestiman a sus competidores. Una empresa más grande y establecida puede rápidamente dejarlas atrás. - Desafíos regulatorios
Algunas startups enfrentan obstáculos legales o regulatorios imprevistos que hacen imposible su escalamiento.
La sorprendente razón: demasiadas oportunidades
Aunque estos factores son significativos, una razón menos obvia por la que muchas startups fracasan es la sobrecarga de oportunidades. Los fundadores suelen creer que más ideas, funciones o mercados aumentan sus posibilidades de éxito. Sin embargo, tratar de perseguir demasiadas oportunidades dispersa el enfoque, ralentiza el progreso y aliena a los clientes.
¿Por qué ocurre la sobreextensión?
- Síndrome del objeto brillante
Los fundadores, por naturaleza creativos, se sienten atraídos por nuevas ideas. La emoción de una nueva función o mercado puede opacar la necesidad de perfeccionar el producto central. - Presión para impresionar a los inversionistas
Muchas startups intentan demostrar progreso rápido lanzando múltiples iniciativas a la vez, con la esperanza de deslumbrar a los inversionistas. - Miedo a perderse una oportunidad (FOMO)
El temor de que un competidor aproveche una oportunidad no explorada a menudo lleva a las startups a sobrecomprometer recursos. - Malinterpretación del feedback de los clientes
Los clientes suelen pedir funciones o sugerir ideas. Las startups, ansiosas por complacerlos, pueden implementarlas sin considerar si se alinean con su visión central.
Cómo la sobrecarga de oportunidades lleva al fracaso
- Falta de enfoque
Cuando una startup intenta hacer demasiado, pierde claridad sobre qué problema está resolviendo. Esto puede provocar:- Una experiencia de usuario fragmentada.
- Un mensaje de marca diluido.
- Falta de prioridades en las tareas más críticas.
- Ejemplo real: Friendster, una de las primeras redes sociales, intentó abarcar demasiado: blogs, anuncios clasificados, intercambio de fotos. Al dispersarse, no logró perfeccionar su funcionalidad central, permitiendo que competidores como MySpace y Facebook tomaran la delantera.
- Desgaste de recursos
Las startups tienen recursos limitados (dinero, tiempo, talento). Dividirlos en demasiados proyectos deja todo infrafinanciado y subdesarrollado.- Ejemplo real: Everpix, una startup de organización de fotos, creó un gran producto, pero gastó demasiado tiempo en funciones auxiliares y tecnologías de backend. Se quedó sin financiamiento antes de perfeccionar su producto principal y captar suficientes usuarios.
- Confusión entre los clientes
Cuando las startups persiguen múltiples oportunidades, los clientes pueden confundirse sobre lo que realmente ofrece la empresa. Una propuesta de valor poco clara a menudo resulta en bajas tasas de retención.- Ejemplo real: Pebble, el pionero de los smartwatches, comenzó como un éxito en Kickstarter. Con el tiempo, añadió demasiadas funciones a sus productos y no pudo competir con ofertas más simples y enfocadas como el Apple Watch.
Lecciones de startups que lo hicieron bien
Algunas startups han evitado la trampa de la sobrecarga de oportunidades manteniendo un enfoque absoluto en su producto o misión principal:
- Instagram
Instagram se lanzó como una aplicación para compartir fotos y resistió la tentación de agregar funciones innecesarias. Su enfoque en la simplicidad (subir, editar y compartir fotos) permitió un crecimiento rápido, lo que llevó a su adquisición por Facebook por $1,000 millones. - Dropbox
Dropbox podría haber incursionado en múltiples mercados de intercambio de archivos desde el principio, pero eligió enfocarse en su misión principal: ofrecer almacenamiento en la nube sin complicaciones. Al perfeccionar esta única función, construyó una base de usuarios leales antes de expandirse.
Cómo evitar la sobrecarga de oportunidades
- Aclara tu misión central
Tu startup debe tener una declaración de misión clara que sirva como guía. Antes de perseguir cualquier oportunidad, pregúntate: ¿Esto se alinea con nuestra misión principal?- Ejemplo: Slack comenzó como una herramienta de comunicación interna durante el desarrollo de una startup de videojuegos que fracasó. En lugar de diversificarse en múltiples herramientas, Slack se enfocó en resolver la comunicación en equipos — y tuvo éxito.
- Adopta la mentalidad de MVP
Concéntrate en lanzar un producto mínimo viable (MVP) que resuelva un solo problema de manera excepcional. Solo agrega funciones después de validar el producto central con usuarios reales.- Ejemplo: El MVP inicial de Airbnb era un sitio web simple que permitía a los usuarios alquilar colchones de aire en apartamentos. Esta simplicidad les permitió probar el mercado y escalar de manera efectiva.
- Establece prioridades claras
Usa marcos de trabajo como OKRs (Objetivos y Resultados Clave) o la Matriz de Urgente/Importante de Eisenhower para priorizar tareas y funciones.- Ejemplo: Basecamp, la herramienta de gestión de proyectos, limita intencionalmente su conjunto de funciones para enfocarse en la simplicidad y la usabilidad, evitando la sobrecarga de características.
- Prueba antes de comprometerte
Evalúa nuevas ideas o funciones a pequeña escala antes de asignarles recursos significativos.- Ejemplo: Twitter comenzó originalmente como un servicio de mensajes SMS interno para empleados de Odeo antes de convertirse en la herramienta de comunicación global que es hoy.
Reflexión final
Si bien la falta de financiamiento, el ajuste al mercado o la mala ejecución son razones comunes por las que las startups fracasan, la verdad sorprendente es que muchas fallan porque se ahogan en oportunidades. Los fundadores a menudo sobrestiman su capacidad para manejar múltiples ideas, lo que genera falta de enfoque y una mala gestión de los recursos.
He liderado una startup autofinanciada hasta lograr una salida exitosa y, aun así, sigo cometiendo el error de dispersar innecesariamente mi atención.
Las startups que triunfan no lo hacen porque persiguen todas las oportunidades, sino porque se enfocan obsesivamente en resolver un problema mejor que nadie.
Como fundador, la pregunta no es solo “¿Qué deberíamos hacer?”, sino más importante aún, “¿Qué NO deberíamos hacer?”.
Recuerda: Es mejor hacer una cosa bien que muchas cosas a medias.