Para emprender se necesita algo más que ideas, dinero o padrinos. También son necesarios el sentido común y el discernimiento.
Muchas veces, los emprendedores tienen ideas geniales, fondos para iniciar su negocio, consiguen ser incubados, ganan premios en competencias en planes de negocios o algún reality show, pero suelen encontrarse con grandes problemas para vender y ganar dinero.
El tema es que la falta de discernimiento muchas veces ciega y encapsula. Hace creer que el mercado se equivoca y que el problema está afuera; es decir la vieja fórmula de que “la culpa siempre es del otro”.
Discernir no es un don ni un talento sino un ejercicio que necesita de práctica constante. Una gimnasia constante que fortalece el sentido común y la capacidad de tomar las mejores decisiones con visión holística.
Es tener la sabiduría para elegir lo correcto en el momento preciso.
El discernimiento no es algo para tomar a la ligera… No sea cosa que te pase como al personaje de este cuento:
“Era un hombre que había sido encarcelado. A través de una ventanita enrejada que había en su celda gustaba de mirar al exterior. Todos los días se asomaba, y cada vez que veía pasar a alguien al otro lado de las rejas, estallaba en sonoras e irrefrenables carcajadas. El guardián estaba realmente sorprendido. Un día ya no pudo por menos que preguntar al preso:
– Oye, ¿a qué vienen todas esas risotadas día tras día?
Y el preso contestó:
— ¿Cómo que de qué me río? ¡Pero estás ciego! Me río de todos esos que hay ahí. ¿No ves que están presos detrás de estas rejas?
El Maestro dice: Por falta de discernimiento puro, no sólo estás en cautiverio, sino que ni siquiera llegas a darte cuenta de que lo estás”.
Feliz semana, felices emprendimientos, feliz vida para todos.
Marcelo Berenstein
emprendedores@emprendedoresnews.com
Muy agradable información; para todo momento podemos emplear lecciones de vida.
Gracias y mucho éxito