Al momento de definir la conformación de equipos de trabajo, muchas organizaciones suelen pensarlos como un team que se arma para obtener determinados resultados. Sin embargo, la falta de precisión en su integración, metodología y características conlleve quizás un camino azaroso que podría evitarse con la planificación, estrategia y conocimiento.
Los equipos de trabajo son diferentes en su tipología, y existen ciertas clasificaciones básicas a tener en cuenta. Tomándolas en consideración es posible ser más precisos y no dilapidar recursos que pueden aplicarse en otros ámbitos. Es así que, además de sus tareas puntuales (equipo financiero, administrativo, creativo, de marketing, de comunicaciones, de operaciones, etcétera), sin importar su enfoque principal, es conveniente conocer distintas conformaciones para dar con la más apropiada según el aspecto a abordar.
Los formatos usuales en equipos de trabajo
Como una forma de clarificar conceptos, los equipos pueden clasificarse de acuerdo a distintas variables, a saber: equipos en función del tiempo de desempeño; a la formalidad; a la finalidad y a la jerarquía de quienes los integran.
# En función del tiempo de desempeño
Se pueden clasificar en permanentes y en temporales. Los permanentes tienen tareas continuas proyectadas en el tiempo, y por lo general se integran en la estructura organizacional. Es el caso de un comité directivo de una institución, o de las líneas gerenciales de una empresa. Mientras que los temporales tienen un fin específico, y finalizan sus funciones al concluir cierto tiempo. Es el caso de un comité de estudios sobre un tema en particular, o de un conjunto de profesionales que deben dar su dictamen.
# En función del grado de formalidad
Aparecen dos variantes, los formales y los informales. Formales son aquellos que se crean con una estructura específica por la organización; suelen tener un responsable, y pueden ser permanentes o temporales. Informales, son los que van surgiendo espontáneamente con el fin de resolver situaciones especiales.
# Si se tiene en cuenta el propósito o finalidad
Se los puede clasificar -por ejemplo- en equipos para la solución de conflictos; para la toma de decisiones o de tareas productivas. El primero busca resolver problemas concretos y que compliquen la obtención de resultados en la organización. El equipo de toma de decisiones (a veces denominado grupo chico adscripto a la dirección) se encarga fundamentalmente de decidir y comunicar los pasos a seguir en distintos aspectos; mientras que los equipos de producción buscan mantener el incentivo en la tarea diaria enfocada en producir los resultados que se requieren, o de generar ciertos insumos en particular.
#Jerarquía
Cuando se considera la jerarquía de los miembros, los equipos tienden a ser horizontales o verticales. Horizontales están conformados por colaboradores de un mismo rango jerárquico (es el caso de los gerentes, vicepresidentes, o jefes de área, que, en sí mismos y coordinados, conforman un equipo). En cuanto a equipos verticales, pueden integrarlo trabajadores de diferentes niveles jerárquicos.
Calidad, Alto Rendimiento y Mejora Continua
La mayoría de las organizaciones que saben adaptarse a los cambios del mundo, incluyen también equipos de estas tres características.
La primera refiere a los llamados “Círculos de Calidad”. Es un modelo surgido en Japón en la década del ’60, con un tipo de cultura de auto gestión. En general, lo componen entre 4 y 8 trabajadores de un mismo sector, quienes, al detectar una necesidad o problema, se reúnen para encauzar y proponer posibles soluciones a la mesa directiva.
Cuando se habla de “Equipos de Alto Rendimiento” se refiere a un conjunto de colaboradores muy preparados, aunque provengan de áreas completamente distintas. Usualmente son liderados por una persona en particular, y se enfocan en conseguir resolver desafíos y transformar realidades. Se destacan por un alto nivel de compromiso, la participación igualitaria entre sus miembros, y las empresas suelen considerar recompensas para cada uno por fuera de sus acuerdos regulares.
Por último, existen los llamados “Equipos de Mejora continua”. Como su nombre lo indica se encargan de velar por la mejora de calidad de los distintos procesos para lograr los objetivos en tiempo, forma y excelencia. El equipo se integra por los mismos trabajadores, que, como conocen el funcionamiento y dinámica, pueden proponer mejoras para evitar desvíos, corregir situaciones reiteradas y buscar soluciones alternativas a problemas cotidianos.