Señor dame la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar,
el coraje para cambiar aquellas cosas que no puedo aceptar,
y la sabiduría para esquivar a todos aquellos
que pretenden romperme la paciencia…
Concédeme la tranquilidad para escuchar
cada tontería que me digan,
cada sugerencia sin sentido que me hagan,
y cada creativa manera de venir a molestar…
También ayúdame a cuidarme de todos aquellos
a los que tuve que pisotear hoy,
porque pueden estar bien relacionados
con el trasero que tendré que besar mañana.
Ayúdame a dar siempre el 100% de mi trabajo.
12% el lunes, 23% el martes, 40% el miércoles,
20% el jueves, y 5% el viernes.
Cuando estoy teniendo un mal día,
y parezca que la gente se ha puesto de acuerdo para molestarme,
recuérdame que se requieren 42 músculos para sonreír,
y sólo 4 músculos para extender mi dedo
y decirles que se dejen de joder.
Amen.