Se murió un Ingeniero y se fue a reportar a las puertas del Cielo. San Pedro vio su archivo y le dijo:
– !Ah, eres ingeniero!, Estas en el lugar equivocado.
De modo que el Ingeniero se fue a tocar la puerta del infierno. Le dieron alojamiento inmediatamente.
Poco tiempo paso y el Ingeniero se cansó de padecer las miserias del infierno, y se puso a diseñar y construir mejoras.
Pronto ya tenían aire acondicionado, inodoros con drenaje, escaleras eléctricas y montones de cosas, y el Ingeniero se hizo de muy buena reputación.
Un día Dios le habló al Diablo por teléfono, y con tono de sospecha le dijo…
-¿Cómo han estado por allá en el infierno?
El diablo le contestó… – Estamos fantásticos; todo funciona, tenemos aire acondicionado, inodoros con drenaje, etc. No sé cuál sea la próxima sorpresa del Ingeniero.
– ¿QUE??? Tienen un Ingeniero? Eso es un error, nunca debió haber llegado ahí un Ingeniero. !Me lo mandas para acá de inmediato!
– Ni loco!. Ya me gustó tener un ingeniero en la organización, y me voy a quedar con el eternamente.
– Mándalo para acá o te demando…
El diablo, con la visión nublada de tan tremenda carcajada que soltó, le contesta a Dios…
– Si, como no. Y sólo por curiosidad, ¿de donde vas a sacar un abogado?.