Un payaso le pide un aumento de sueldo a su jefe y este le contesta:
– ¡Qué grande, veinte años trabajando juntos, y esta es la primera vez que me haces reír!
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Un hombre ya maduro contrató una secretaria.
Era una mujer joven, ingeniosa, gentil y, sobre todo, muy hermosa.
Un día, mientras tomaba dictado, notó que su jefe tenía la bragueta abierta.
Terminó el dictado y se dispuso a salir de la oficina cuando, antes de cerrar la puerta, dijo:
– Por cierto, señor, la puerta de su cuartel está abierta.
El hombre no entendió el comentario; no obstante,al poco rato se dio cuenta de que el cierre de sus pantalones estaba abajo.
Al hombre le hizo gracia la manera en la que su secretaria se había referido al pequeño incidente y decidió aprovechar la oportunidad para coquetear un poco, por lo que la llamó a su oficina:
-Dígame, señorita, cuando vio que la puerta de mi cuartel estaba abierta, ¿por casualidad no vio también a un soldado en posición de firme?
-¡Oh, no, señor! Lo único que vi fue un veterano de guerra sin fuerzas echado entre dos viejas mochilas de campaña
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EMPLEADO:
– Usted me prometió subirme el sueldo, cuando estuviera conforme conmigo.
JEFE:
– ¿Y como puedo estar conforme con un empleado que quiere que le suban el sueldo?
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JEFE:
-Antonio, yo sé que el sueldo no le alcanza para casarse, pero algún día me lo agradecerá.
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Un hombre que tiene un tic nervioso que le hace guiñar un ojo, pide trabajo como vendedor en una agencia de viajes.
– Según su currículum, veo que usted está más que cualificado para este trabajo – dice el jefe de personal – pero, desgraciadamente, no podemos contratar a un vendedor que esté constantemente guiñando el ojo a los clientes.
– Pero espere – dice el hombre- si me tomo dos aspirinas dejo de guiñar el ojo.
– Muéstreme – dice el jefe de personal.
Entonces el hombre se mete la mano en el bolsillo del pantalón y saca una cantidad enorme de condones de todas formas y colores, finalmente encuentra un par de aspirinas y al ratito de tomarlas deja de guiñar el ojo.
– Es excelente que haya dejado de guiñar el ojo – dice el jefe –, pero no podemos tener vendedores que sean unos mujeriegos.
– ¿Qué quiere decir? – pregunta el hombre –,
– ¿Y cómo explica todos esos condones?, dice el jefe.
– Ah, eso … – dice el hombre – haga usted la prueba de ir a una farmacia y pedir aspirinas guiñando el ojo
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El padre de Jaimito regresa a casa luego de un largo viaje, al llegar ve que Jaimito tiene una bicicleta montaña de 3.000 pesos que tanto deseaba, entonces le pregunta:
– Hijo, como es que te has comprado esa bicicleta, ¿de dónde has sacado el dinero?
Jaimito responde:
– Por dar paseos.
– ¿Como por dar paseos?, le dice el padre.
– Si, papá -dijo Jaimito- es que junte el dinero fácilmente; el jefe de mamá me daba 50 pesos si cuando él venía a casa yo me iba de paseo
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Gerente: – Desde la noche en que tuvimos esa pequeña aventura romántica, ahora pasas todo el tiempo dando vueltas por la oficina, maquillándote, y sin trabajar durante todo el día… ¿Quien te ha dicho que puedes hacer esto?
Secretaria: El abogado del sindicato…