En las Fuerzas armadas se encontraron con que tenían muchos almirantes, brigadieres y generales, por eso deciden otorgar el beneficio de jubilación temprana. Plantearon diferentes planes de jubilación pero nada parecía satisfacer a los altos oficiales.
Desesperados deciden ofrecerles todos los beneficios anuales, más $10.000 por cada centímetro que se les midiesen entre dos puntos de sus cuerpos, a elegir libremente.
El primer hombre, un brigadier de la fuerza aérea, acepta la propuesta y pide que le midan la distancia desde su cabeza a la punta de sus pies. Luego de medirle 198 cm, el hombre se retira con $198.000.
El segundo hombre, un almirante de la marina, pide que le midan la distancia entre el extremo de sus brazos en alto y la punta de sus pies. Luego de haber medido 243 cm, el hombre se retira con $243.000.
Para sorpresa de todos, el tercer hombre, un viejo general del ejército, pide que midan la distancia entre la punta de su pene y sus testículos. Los encargados del trámite de jubilación sugirieron al hombre que reconsidere su elección, pero este insistió con que le midan alli. Los encargados solicitan la colaboración de un oficial médico para realizar la medición. Al llegar, el médico le pide al hombre que muestre sus partes.
Puso el medidor sobre la punta del pene, y cuando comenzó a bajar dice sorprendido:
-Dios Mío, ¿Dónde están tus testículos?
– En Las Malvinas.