La London Vegetable Orchestra entretiene a los amantes de la música con sus instrumentos, construidos con zapallos, pepinos, raíces de mandioca, zanahorias y calabazas.
El desperdicio de alimentos es uno de los mayores desafíos de nuestra época. Según las Naciones Unidas, aproximadamente un tercio de los alimentos que se producen—alrededor de 1.300 millones de toneladas por año— se pierde o desperdicia, lo que significa unos 680.000 millones de dólares en países industrializados y 310.000 millones en los países en vías de desarrollo. Las frutas y verduras tienen los mayores índices de desperdicio entre todos los alimentos, dado su ritmo veloz de degradación y el hecho de que no tienen conservantes artificiales.
Los músicos de la London Vegetable Orchestra (LVO) aprendieron de primera mano que no todos los refrigeradores son iguales. Los músicos de la LVO crean sinfonías verdes con instrumentos comestibles, ya que les “roban” música a los productos frescos. La orquesta, que se inició hace más de tres años, entretiene desde ese momento a los amantes de la música del Reino Unido con sus instrumentos, construidos con zapallos, pepinos, raíces de mandioca, zanahorias y calabazas. Como sus presentaciones dependen de la capacidad de generar sonidos precisos con sus instrumentos, los músicos debieron crear nuevos instrumentos con vegetales frescos cada día, ya que los productos más viejos no permitían crear las notas que los músicos necesitaban como parte de su repertorio.
Para generar conciencia acerca del problema del desperdicio de alimentos en este Día Mundial del Medio Ambiente, LG se unió a los talentos musicales de la London Vegetable Orchestra (Orquesta Vegetal de Londres) para demostrar cómo la tecnología avanzada de refrigeración puede ayudar a prolongar la vida de los alimentos frescos por semanas o meses, incluso frente a las exigencias de una peculiar ejecución artística.