Muchas veces el trabajo y la vida familiar entra en conflicto. Es necesario conciliar ambos aspectos y encontrar el mentado Work Life Balance
Trabajamos porque requerimos crecer profesionalmente, ganar más dinero, entre otras razones, pero también queremos tener disfrutar de nuestra vida personal.
Sin embargo, conciliar la vida personal con la laboral no es tarea fácil, pero siguiendo estos consejos tal vez te resulte más sencillo.
Enemigos de la conciliación
En primer lugar, es importante que identifiques y evites en la medida de lo posible a los enemigos de la conciliación. Entre ellos podernos encontrar un elevado rasgo de competitividad y de crecimiento profesional, lo que puede conducirte a dedicar demasiadas horas a tu trabajo dejando de lado tu vida personal.
También las ansias por ganar más dinero pueden jugarte una mala pasada. Pregúntate si realmente merece la pena trabajar tanto para conseguir caprichos que a veces no puedes disfrutar.
Finalmente, la ausencia de determinadas habilidades interpersonales, como saber decir que no o el ser capaz de delegar tareas son sólo algunos ejemplos de los factores que pueden hacer incompatible nuestra vida personal con nuestro trabajo.
Es importante hacer un esfuerzo para conseguir la conciliación entre la vida personal y la laboral, puesto que, el no lograrlo, puede traer consigo problemas familiares, aislamiento social, elevados niveles de estrés, trastornos de ansiedad, trastornos psicofisiológicos (hipertensión, alteraciones gastrointestinales…), tristeza, consumo de drogas, medicamentos o alcohol, bajo rendimiento laboral y desmotivación.
Tanto es así, que ya algunas empresas tienen estos aspectos en cuenta ofreciendo horarios flexibles a personas con familiares a su cargo, creando guarderías en el centro de trabajo, o facilitando el teletrabajo (trabajar desde tu propio hogar).
Conseguir la compatibilidad
Por lo tanto, merece la pena intentar que nuestra vida personal y laboral sean compatibles. Algunas recomendaciones para conseguirlo son:
• Aprende a gestionar tu tiempo e intenta no dedicar más horas al trabajo o a tu vida personal de las que tenías previstas, dentro de un rango de flexibilidad asumible. Para ello, deja un poco de lado los perfeccionismos.
• Divide tus objetivos personales y laborales a corto, medio y largo plazo; para ello, puede serte de mucha ayuda redactar todas las gestiones que tienes que llevar a cabo para conseguir dichas metas.
•Debes aprender a decir»no» y a delegar tareas que consideres que pueden hacer otros por ti. No dudes en pedir ayuda a los tuyos cuando sea necesario, ya que el apoyo social es un importante amortiguador del estrés.
• Intenta que las actividades que haces fuera del trabajo estén cerca del mismo o de tu lugar de residencia en la medida de lo posible (ve a un gimnasio cercano, lleva a tus hijos a una guardería próxima…). De esta forma ahorrarás tiempo en trayectos.
• Asume que dedicar tiempo para ti y los tuyos es igual o más importante que tu trabajo. Por lo que no te centres en lo que pierdes por no seguir trabajando, sino en las enormes ventajas que supone disfrutar de tu tiempo personal.
• Manten un adecuado control emocional, pues el autocontrol es un aspecto fundamental a la hora de tomar decisiones adecuadas. Intenta no perder nunca los nervios, la conciliación es posible.