Neuroplasticidad es la capacidad del cerebro de crear rutas neuronales. Para modificar su estructura precisa generar conexiones o eliminar las anteriores. La creatividad es la herramienta que produce los cambios. Pero el cambio implica un esfuerzo y el mecanismo opuesto es conservar la energía, haciendo lo que sabe y aplicando la ley del menor esfuerzo. El descanso recupera la energía consumida. El cerebro se encuentra entonces tironeado por fuerzas antagónicas. Mientras que los genes se transmiten automáticamente de generación en generación, los memes (de gen y memoria) son mensajes codificados por la cultura que no vienen programados y que se deben aprender. Para cambiar los memes se necesita un gran esfuerzo creativo porque es necesario romper con los patrones de pensamiento. Y una idea novedosa debe ser aceptada por la sociedad.
Desafío para mentes pensantes. El cerebro no cambia hasta que no aparece un problema. Sin él, aunque alguien se empeñe en crear, no hay una causa para hacerlo. Según Einstein la lógica conduce desde A hasta B, mientras que la imaginación lleva cualquier parte. Para que la imaginación funcione es necesario cambiar de ruta. El pensamiento reproductivo es rígido. Para lograr un pensamiento creativo hay que producir ideas que cambien la perspectiva. Una nueva conexión puede generar un concepto nuevo. Cuanto más diversas sean las partes que se combinen, más posibilidades hay. Dos elementos que nunca se habían vinculado pueden producir el Eureka de Arquímedes (“lo encontré”). Ser creativo es animarse a unir las piezas de otro modo. Como no sabemos cuáles son esas piezas lo ideal es rodearse de gente muy distinta que las aporte.
El modelo de las inteligencias múltiples. Hay distintos tipos de mentes; una de ellas, la creativa, se potencia en contacto con la cultura y el intercambio social. La creatividad es consecuencia de la interacción del expertise con el medio en el que se desempeña y la capacidad de la sociedad para reconocer la innovación. Todos tenemos un tipo de inteligencia especial y al combinarlas se potencia la inteligencia de la sociedad.
Si en un grupo todos los integrantes son creativos, nadie sabrá elegir la mejor idea, nadie podrá ejecutarla si es descubierta y nadie podrá venderla porque faltará quienes tengan la habilidad del contacto social. En los equipos de trabajo hay que provocar y armonizar la diversidad
Administrar las emociones. Es darle inteligencia a la pasión. Administrar es conseguir que se hagan las cosas. La reacción ante los hechos es también emocional. Es razonable, como quien se detiene ante un semáforo o irracional como la ira ante la frustración. Hay que saber administrarla.
Para lograr inteligencia emocional es necesario disociar un Yo observador de uno mismo. Para evitar las respuestas automáticas y las obsesiones que las condicionan, es preciso confrontar la imaginación y la voluntad con el deseo de apertura hacia el cambio de actitud. No es dejar vagar a la imaginación, sino de dirigirla. Las personas actúan según como se sienten. Hay que lograr que las emociones positivas atrapen la atención.
1- Alegría: Son momentos perfectos donde sentimos que las cosas son como deberían de ser y estamos justamente donde deberíamos estar.
2- Gratitud: Abre el corazón y activa el botón de la “’reciprocidad” genuina que nos mueve a hacer algo por quien nos hizo tanto bien.
3- Serenidad: Se disfruta al estar presente y consciente, desde disfrutar de algo a estar inmerso en un momento de contemplación.
4- Interés: Algo nuevo llama la atención provocando fascinación y curiosidad. A veces se despliega como un abanico de retos que permite mantener en crecimiento las habilidades; mantenerse despierto, vigorizado y sintiéndose realmente vivo.
5- Esperanza: Se genera ante circunstancias son difíciles e ilumina como un faro de luz, que refuerza la creencia de que todo puede mejorar.
6- Orgullo: Balanceado con algo de humildad, su positividad está en que permite atribuirse logros que resultan de un esfuerzo genuino.
7- Diversión: Permite la recreación; es una inesperada chispa que brota de modo espontáneo y que ayuda a cambiar o refrescar la perspectiva.
8- Inspiración: Es una bocanada de oxígeno que exalta la motivación. Sentirse inspirado dispara la atención y le da calidez al corazón.
9- Asombro: Reconocer la sensación de estar en presencia de algo muy grande. Son momentos que recargan de energía.
10- Amor: Aumenta la sensación de bienestar y reduce el nivel de estrés, lo que sin lugar a dudas mejora la salud y la calidad de vida.
Una forma de cultivar las emociones positivas es analizar qué horarios y lugares las provocan y activarlos para motivarlas. Otra idea es crear un portafolio de aquello que las provoque: fotografías, música o lecturas o cualquier elemento que permitan transformar el estado emocional.
Anclajes. En una fiesta patria, el himno o la bandera suelen ser estímulos adecuados. La técnica es provocar el estado deseado y asociarlo a un estímulo, el que una vez memorizado permitirá reproducirlo a voluntad. Aprender a anclarse es saber obtener los recursos de una batería interna que se recarga con cada experiencia. Aprender a usar el cerebro es mejor que dejarlo en piloto automático porque le podemos dar una dirección.
Aprender a soltar. Para pasar de lo malo conocido a lo bueno por conocer hay que desinstalar la rutina, elaborar el desafío y construir lo nuevo.
Cuesta mucho soltar y dejar ir aquello que paraliza, creando relaciones que no fijen con el pasado y rompiendo las ataduras que impiden avanzar. Es preciso abrirse a situaciones nuevas y distintas. El problema es no cerrar, sostener lo que terminó, hacerlo seguir vigente o darle aire.
Sin soltar, aun corriendo se permanece en el mismo lugar. Todo crecimiento lleva implícito dejar atrás etapas que forman parte de la evolución. No hay que repetir frustraciones, sino crear y decidir sobre lo que aún falta por vivir.
Aceptar el final permite ver el comienzo. Al comprender que algo terminó, se va a poder percibir lo nuevo y desde esa base empezar a construir proyectos. Aferrarse al pasado no deja proyectar y quita la posibilidad de llevar adelante las metas.
No se puede frenar al tiempo. Por más que uno desee detener el tiempo, es imposible impedir su ritmo, y la tarea es ver cómo abordar su paso, intentando siempre buscar recursos para enfrentar el presente, en lugar de invertir energía intentando retener el pasado.
Dejar ir no es olvidar. Nunca se olvida lo que marcó la vida, se trata de poder seguir adelante arreglando los frenos y evitando que se vuelvan un obstáculo para el desarrollo. Se trata de poder estimular una actitud resiliente (aprender de la adversidad). Soltar permite seguir adelante, es un proceso que empuja a avanzar. Nadie vive para atrás, la dirección es ir hacia adelante y aferrarse a situaciones del pasado impide su elaboración. Quedarse atado es dar vueltas en círculos, es volverse anacrónico intentando ir en contra del tiempo o remar contra la corriente. La vida nunca se detiene a esperar, hay que ajustarse a su paso. Camina y el mundo caminará con vos, frénate y el mundo caminará sin ti.
Control emocional: técnicas que perfeccionan la administración emocional.
Actuar en sentido contrario. Es ir al revés del impulso primario. Contando hasta 10, la acción actúa sobre la emoción. Al reír se altera la tristeza del estado anterior. Al apreciar de otro modo, la actitud importa más que el suceso mismo. Encontrar aspectos positivos en lo negativo. Oponer la tendencia contraria, un desenlace diferente al establecido. Vivir emociones positivas, sumergirse en un baño de “emocionabilidad productiva”.
Intercambiar estados. Enseña a pasar de un estado a otro. Al emitir ira, una emoción negativa que irrita y fatiga, disminuye la claridad para pensar. En ese momento, uno podría concentrarse en un detalle del rostro de la persona o de su vestimenta y dejar que penetre en el interior de la mente pasivamente. Esto evitará emitir odio y permitirá percibir tranquilidad.
Círculos de atención. Concentrar la mente en una idea sin que nada interrumpa durante un minuto. Abrir la mente y aflojar la atención para que aparezcan ideas asociadas. Elegir la más interesante y concentrarse en ella, sin dejar que nada interfiera. Ahora aflojar la atención, relajar la mente y dejar que aparezcan libremente ideas asociadas con la principal. Seguir así hasta que el tema se haya enriquecido lo suficiente, mediante el intercambio entre la concentración y la meditación. Confeccionar un diagrama cómo si fuera la organización de un posible discurso. Porque de eso trata administrar las emociones: de darle inteligencia a la pasión. Y administrar, en sentido amplio es alcanzar los objetivos … sin tanto control.
Dr. Horacio Krell. CEO de ILVEM [email protected]