La memoria es útil para resolver un problema porque provee la información derivada de la experiencia. Pero puede ser una traba porque induce a aplicar las viejas recetas y se convierte en un verdadero problema. Un problema es algo nuevo y por lo tanto no tiene registro ni recuerdos.
Para que exista un problema la solución debe estar al alcance intelectual del sujeto, debe poder hacer algo al respecto y debe querer solucionarlo. Problema es una palabra que tiene mala prensa, sin embargo es el motor de la inteligencia ya que para resolverlos se deben generar buenas ideas.
La cuestión esencial es elegir el problema adecuado, el verdadero problema, y no comprar un problema tan solo para estar a la moda.
Un problema bien planteado es un problema medio resuelto. En la educación en lugar de enseñar a resolver problemas se enseña a resolver ejercicios enlatados. En la vida real los problemas asumen otra forma. El primer paso es reconocer el problema correcto, saber plantearlo, encontrar la solución y actuar en consecuencia. Elegirlo y solucionarlo bien es lo mejor, porque se pude solucionar muy bien el problema incorrecto.
En los ejercicios enlatados se busca optimizar respuestas sin advertir cuál es el verdadero problema. Por ejemplo: de qué serviría optimizar la ubicación de las sillas en la cubierta del Titanic minutos antes del dramático desenlace.
La personalidad creativa. Incluye a muchas personas dentro de una, hasta con valores y opiniones opuestas. Así es cómo escapa de los estereotipos. Sus capacidades emocionales son alternar entre agresividad y sensibilidad, emoción y apatía, poder y sumisión. Alguien así duplica su repertorio de respuestas e interactúa de modo más rico y variado. Es a la vez fuerte pero tranquilo, inteligente e ingenuo, soñador y realista, extrovertido y prudente, modesto y orgulloso, insurgente y conservador, apasionado y objetivo, expuestas y feliz, valiente y sensible.
La diversidad es la clave en la creatividad y la innovación, aunque afloren las contradicciones. En muchas esferas los objetivos son alcanzados mejor cuando se abordan indirectamente. Es un concepto contra intuitivo, nos enseñan que la distancia más corta entre un punto y otro es una línea recta, se encumbra los valores de predictibilidad y planificación como virtudes y es difícil entender que el azar incrementa las chances de éxito.
«La coherencia no es necesariamente una virtud en sí misma: Hitler era un tipo coherente»
Un caso paradigmático del valor de las contradicciones fue la construcción del ferrocarril que conectó Boston con el río Hudson, en el siglo XIX, que implicaba hacer un túnel de cinco millas en las montañas. El objetivo se volvió difícil y costoso, pero no quedó otra que seguir adelante. Si se hubiera conocido la dificultad, el tren no se habría materializado. El éxito provino del fracaso, de una feliz contradicción.
Los comedidos de siempre. Hay quienes se ofrecen para todo problema. Aconsejan desde una mudanza hasta cómo resolver problemas de pareja. Hay mucha gente que añora tener a alguien que solucione sus problemas prácticos o existenciales. El precio de entregarse a alguien que se propone como salida a cualquier problema, es inhibir las iniciativas del «ayudado». El solucionador serial puede terminar dominando la escena.
Muchos problemas suelen ser de solución sutil y no tan empírica. Algunos ni siquiera tienen solución, como la muerte de alguien, una enfermedad grave o el dolor de una pareja rota. En esos momentos, los solucionadores ven complicado su panorama y se angustian al no poder darle cauce a la cuestión. En esas circunstancias creen que no hay nada que hacer y se bajonean o se enojan.
Es más importante acompañar que solucionar, tener empatía o ponerse a la par del otro, para sumar al abordaje de la situación problemática, colaborando, pero no necesariamente solucionando. Es en el estar juntos, en el espíritu de colaboración cuando aparece lo mejor de los seres humanos, no tanto en el logro concreto de soluciones que a veces no son ni siquiera viables.
Resolver bien un falso problema. Una forma de resolver el problema equivocado es no considerar a todos los interesados.
En cierta ocasión Mac Donalds puso una publicidad en el cartel que anunciaba el acceso al campo de concentración Dachau que usaron los nazis para exterminar a los judíos en la segunda guerra mundial. ¿No pensó la empresa en el problema que generaba al relacionarla con genocidas? Fue elegir mal la forma de llamar la atención del público, porque tal asociación producía repugnancia.
Generar pocas opciones. Otra forma es generar pocas alternativas o guiarse por la opinión de los especialistas.
Un edificio importante generaba quejas por largas esperas al ascensor en planta baja. Se recurrió a expertos que sugieren cambiar los ascensores por otros más modernos o acelerar su velocidad. Un usuario del edificio que era psicólogo observó que las demoras no diferían de las de otros edificios y propuso poner espejos en la planta baja. Para el técnico el problema estaba en el edificio, para el psicólogo en los usuarios.
Considerar sólo un aspecto. Por ejemplo la variable técnica y no al cliente, o la parte económica sin tener en cuenta la ética.
Walt Disney quiso instalarse en Whasington en un sitio donde ocurrieron batallas y muertes, era una zona sagrada para la cultura americana.
Culpar a una parte. No considerar la responsabilidad sistémica que se esconde detrás de los problemas.
En el desastre por el derrame de petróleo de un buque tanque en la bahía de Valdés, la empresa Exxon quiso echarle la culpa al capitán del buque. En realidad había bajado el precio del petróleo y la empresa redujo las inversiones en seguridad y mantenimiento.
Lo que no vale la pena hacer no vale la pena hacerlo bien, y lo que vale la pena hacer, vale la pena hacerlo bien
Tipos psicológicos. La personalidad afecta la conducta y a la manera de pensar los problemas. También influye en cómo se procesa la información ya que toda realidad está sujeta a interpretación y el tipo psicológico condiciona la percepción. Dime cómo eres y te diré como percibes.
Hechos o ideas. La persona que apela a la vivencia sensorial divide lo que observa en partes, atiende a lo que es. El intuitivo maneja globalidades y patrones; se concentra en posibilidades: no sólo percibe lo que es sino lo que podría llegar a ser.
Reglas o sensaciones. La información es la materia prima de la decisión. El individuo lógico la analiza con reglas y razonamientos, el sentimental según sus gustos y sensaciones.
Orientación interna o externa. Hay quienes basan sus decisiones en sus propias creencias y otros que dependen de lo que opinan los demás.
Fuente. Algunos anteponen el juicio a la percepción pero comparten un riesgo: mucha información traba el juicio, y demasiado análisis lo paraliza.
Las combinaciones. SL : sensorial en información y lógico en decisión es un individuo reduccionista, IL (intuitivo lógico) altera lo que percibe para generar opciones. SE (sensitivo emocional) se detiene en lo humano concreto. IS (intuitivo emocional) piensa en toda la humanidad.
El tipo psicológico creativo (genera ideas), el analítico (elige la mejor), el ejecutivo (ejecuta con precisión), el social (le cae bien a la gente). Lo importante es conocerse e identificar lo que se anhela, perfeccionar fortalezas y asociarse estratégicamente con personalidades complementarias.
Resistencia al cambio. Maquiavelo dijo que es riesgoso iniciar un nuevo orden: el reformador tendrá enemigos en los que se benefician con el viejo orden, y tibios defensores en los que se beneficiarán, por temor a lo que hagan los que tienen las leyes de su parte, y porque el hombre no cree en nada que no experimente por sí mismo. Razonar con personas diferentes enriquece la percepción con la diversidad. Ante el status quo la persona S tiende a aceptarlo, el I lo rechaza. El tipo psicológico condiciona al enfrentar el cambio. Ante una reducción de personal SLlo acepta basado en el costo. El IL buscará nuevos negocios que impidan los despidos. IE solicitará rebajar los sueldos de todos para no despedir a nadie.
Tipo psicológico y problemas. Cada tipo psicológico tiene su óptica, por eso conviene convocar a todos. Solución viene de solver: absolver, disolver, resolver. Ante un problema hay insatisfacción, frente a la oportunidad estamos satisfechos pero intentamos mejorar. Como el ideal es inalcanzable a veces absolvemos al que se equivoca, admitiendo que nada se resuelve del todo y se tolera cierto grado de frustración. Resolver implica que no se puede eliminar la causa, y se acepta como razonable cierta tasa de desocupación. En este sentido los problemas no se resuelven sólo se transforman; como dijo Freud la herejía de una época es la ortodoxia de la otra. Otra forma es disolver el problema, como al legalizar el consumo de alcohol: se mantiene pero clasificado de otro modo. Los SL sólo pueden aceptar la solución completa, no se sienten nunca satisfechos.
Se puede relacionar el tipo psicológico con el análisis de las causas. S se parece al modelo existencial de ver el problema en cuánto a su sentido o propósito, L con el enfoque científico o técnico, I con el sistémico o de conjunto y E con el abordaje interpersonal y social. La mejor forma de obrar es entender cómo funciona el tipo psicológico, porque no conocer su origen suele ser la causa de los problemas. A veces es mejor no hacer nada, dejar que los problemas se disuelvan en el tiempo así como la sal se disuelve en el agua. Los problemas suelen ser el producto de una época, y entonces es mejor enfocar el polo positivo y descubrir detrás de la amenaza aparente el rostro alegre de la oportunidad.
Desarrollar la curiosidad. El medio es la duda y el experimento. Llevar un registro de notas. Subrayar lo interesante. Formular preguntas sin contestarlas. Repasarlas cada tanto. Así el inconsciente procesa el contenido y lo devuelve repentinamente bajo el formato de ideas originales.
La curiosidad es un motor. Conviene imitar el intenso deseo de los niños por captar las esencias y de encontrarle sabor a todo. La curiosidad es un antídoto contra la rutina, la persona con mente joven nunca envejece.
Para Einstein es un milagro que la curiosidad sobreviva a la educación que no acopla la duda y el replanteo. Hay pocas teorías tan sólidas como la de la relatividad que sostiene que la velocidad de la luz no cambia. Sin embargo, los curiosos se animan y la cuestionan: “el universo se hizo más frío y se alteraron las leyes físicas que lo controlan”. Para crear una idea se necesita curiosidad y tener la libertad para pensar por uno mismo.
Los servidores de la curiosidad. 6 honrados servidores me enseñaron cuanto sé, sus nombres son, Cómo, Cuándo, Dónde, Qué, Quién y Por qué, dijo Rudyard Kipling. Por un lado está el conocimiento y por otro su aplicación: la imaginación es más importante que el conocimiento.
Primero está la información. «Por Qué» se refiere a las primeras decisiones. «Cómo» a los medios para alcanzarlas. «Cuándo», a la planificación. «Dónde», a así estamos. “Qué”, a fijar objetivos. «Quién», al equipo. Cuando los 6 servidores armonizan crean sinergia y el todo resultante supera a la sumatoria de las partes. Los conduce el sentido común – el recurso más antiguo- que como todo lo valioso, es atemporal.
Cuidado con la costumbre. Se pierde la curiosidad por habituarse: mirar siempre desde el mismo lugar o al mismo sitio, quedarse con lo que se tiene – supuestos, bienes, amigos, decisiones -, confirmar prejuicios, fijar condiciones imposibles, pensar en la pérdida. Las causas son los miedos, falsas creencias, experiencias y sentimientos negativos. Si nos detiene lo que somos, no potenciamos lo que podemos llegar a ser.
La curiosidad esencial es conocerse y superarse. Saber quién soy, de dónde vengo y hacia dónde voy.
Leonardo repetía: cuídate de ti mismo, aléjate, y vuelve a mirar, observa desde lejos o en perspectiva, cuenta hasta 10, renueva y amplia tu mirada.
Como dijo una vez: “ … el gran amor nace de un gran conocimiento del objeto amado”.
Crear nuevos problemas y resolverlos es el secreto del progreso en la aventura humana.
Dr. Horacio Krell Ceo de Ilvem. Mail de contacto: [email protected]