Winston Churchill definió alguna vez a un fanático como “alguien que no puede cambiar de idea y se niega a cambiar de tema”.
El pragmático líder y salvador de Gran Bretaña durante la Segunda Guerra Mundial tenía una idea muy clara respecto al valor de saber modificar actitudes, pensamientos o ideas. Ferviente anticomunista, Churchill no dudó en aliarse con la Rusia de Stalin para derrotar a Hitler
Reflexioné sobre esa frase la semana pasada, cuando viajé a Punta del Este, para participar de la 10º edición del encuentro organizado por AIVA, una distribuidora de productos financieros con presencia en toda América Latina. Los encuentros reúnen a consultores financieros de todo el continente y prestigiosos conferencistas.
Una de las disertaciones que me llamó la atención fue la de David Houle. Houle es futurista, consultor y disertante internacional. Escribió un libro llamado La Edad del Cambio. Si bien no estuvo focalizada en el mundo de las finanzas, los pensamientos de Houle se aplican perfectamente a las finanzas personales.
El destaca las fuerzas que impulsan lo que él llama la Edad del Cambio. No sólo sirven como una guía básica para el cambio que se viene, sino que muestra también la transformación de la conciencia que acompañará a este cambio.
La primera fuerza que señala Houle la denomina “Cambio a lo Global” que se centra en la idea de que “han comenzado a desarrollar una conciencia global” y que “todo se está reorganizando en torno a la globalización”.
La segunda fuerza de Houle se denomina “Cambio a lo Individual”, un incremento en la capacidad de elección que nos hace “mucho más poderosos como individuos que en cualquier otro momento en la historia humana”.
La tercera tendencia que señala Houle, es la “Aceleración de la conexión electrónica”, que es el catalizador para las dos primeras fuerzas. Señala que “el 50% de las personas de este planeta tienen un teléfono celular” y que “esta conectividad en combinación con el uso de ordenadores y el uso de Internet está creando una nueva realidad de nuestra capacidad para comunicarse instantáneamente con otros…Esto va a cambiar nuestra conciencia”, argumenta.
Las tres fuerzas que menciona Houle están cambiando todos los aspectos de nuestras vidas y entre ellos, el mundo de nuestro dinero. Este rubro del quehacer al que llamamos “finanzas personales” está viviendo una transformación profunda. En primer lugar, hace algunos años no existía el concepto de finanzas personales. Sólo se trataba de no gastar más de lo que ingresa. Pero hoy el concepto de finanzas personales es mucho más complejo e integral.
Hoy sin importar en que país estemos podemos invertir en alternativas de todo el mundo. Puedo operar a través de la Bolsa de Estados Unidos y comprar propiedades en China o cobre chileno, simplemente con tener una computadora con acceso a Internet. La primera fuerza que menciona Houle, el cambio a lo global se está dando una forma muy clara.
El cambio a lo individual también se muestra muy claramente en el mundo de las finanzas. Hoy como inversores individuales tenemos mucho más poder que años atrás. Hoy podemos invertir en cualquier activo sin necesidad de pedirle nada a nadie o de interactuar con persona alguna. Solo cargamos una orden en nuestro broker online y la orden se ejecuta en segundos. Más poder de ejecución que esto…
Y por supuesto todo esto es posible gracias a la aceleración de las conexiones electrónicas. Podemos operar desde nuestro celular o computadora personal desde cualquier lugar. Un cambio asombroso que está transformando la manera de manejar nuestro dinero.
La Edad del Cambio es justamente una era donde el cambio es el protagonista. Por ello, si bien esta situación presenta una oportunidad única para los inversores individuales de la región también conlleva grandes desafíos. Hoy no hay principios fundamentales que se mantengan constantes a lo largo del tiempo. Lo que hoy funciona mañana puede cambiar. La mejor inversión hoy puede ser la peor inversión mañana.
Para no salir herido de esta realidad la capacidad de adaptarse es esencial. Según Houle, es importante “no tener un punto de vista fijo. No creyendo que porque algo siempre ha sido de una manera, o es de una manera, tenga que permanecer así en el futuro. Entonces, para ser adaptable tenés que estar dispuesto a dejar de lado tus opiniones o puntos de vista, porque si te aferrás a ellos entonces no lograras ver cómo adaptarte”.
Sin duda esto presenta un desafío diario. Uno no puede estar cómodo, tiene que estar siempre alerta y atento a las nuevas realidades. El inversor que pueda adaptarse a esta nueva realidad sin duda tiene mucho para ganar, mucho más que los inversores que viven en la antigua realidad. Pero los inversores que no pueden adaptarse corren en un terreno con muchos peligros que los puede dejar mal heridos.
El evento que organizó AIVA en Punta del Este concluyó con la entrega de diplomas a los consultores que aprobaron el examen de Consultor Financiero Global que dio el Centro de Capacitación para Inversores de Inversor Global y la Universidad de Palermo. Pero las palabras de Houle nos dejaron pensando a todos… sin excepción.
Hasta la semana que viene,
Federico Tessore
Fuente: Inversor Global
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