El mapa mental consiste en plasmar el pensamiento en un papel. La idea principal se sitúa en el centro y de ella se desprenden distintas ramas con ideas secundarias interrelacionados entre sí.
«No aprendemos sobre nuestra propia capacidad de aprender”, dice Tony Buzan, psicólogo inglés y reconocido experto en el campo de la inteligencia. A partir de esta afirmación reconoce que comenzó a idear, desde su paso por el colegio, un método de aprendizaje que permitiera sacar el máximo partido al cerebro. Y es que esta es la mejor herramienta de la que disponemos, aunque sólo usemos una mínima parte de su potencial.
El método de trabajo que propone Buzan es el mapa mental que, desde que lo creó en la década de 1970, se calcula que cerca de 200 millones de personas en todo el mundo lo están utilizando actualmente, entre ellos en empresas como IBM, Accenture, el ejército británico,Toyota, Walt Disney o Vodafone.
El mapa mental consiste en plasmar el pensamiento en un papel. La idea principal se sitúa en el centro y de ella se desprenden distintas ramas con ideas secundarias que, a su vez, se subdividen en conceptos nuevos interrelacionados entre sí. Todo esto representado a través de palabras, imágenes, flechas y colores. A simple vista puede parecer que no es más que el esquema de toda vida, una chuleta visual sólo que más vistosa.
Sin embargo, según Buzan “la unión de estos elementos pone en juego la actividad de los dos hemisferios del cerebro, el izquierdo –encargado de los negocios, la parte académica e intelectual– y el derecho,centrado en la parte creativa, artística y emocional”. De este modo se consigue un aumento de la creatividad, mayor capacidad de liderazgo y mejora de la comunicación.
La cuestión que ahora Buzan quiere extender en España a través de su libro Mapas mentales para la empresa (Gestión 2000) es por qué y cómo se aplican a la gestión empresarial. Para este británico “los mapas mentales pueden dar un vuelco a la forma de gestionar el día a día de una empresa porque son una herramienta dinámica y orgánica, un administrador de tiempo y una ayuda para la memoria que le permitirá almacenar, organizar y priorizar”.
En concreto defiende sus beneficios en tres ámbitos distintos: las habilidades profesionales, la estrategia empresarial y los resultados.
Puesta en práctica
En el campo de las cualidades directivas destaca su uso en las negociaciones. Dibujar una mapa mental antes de ir a una reunión garantiza llegar bien preparado. “Acudirá pensando en opciones y no en limitaciones y, además, tendrá siempre presentes sus necesidades y las de la otra parte y verá claras las consecuencias de ganar o perder”, dice Buzan, quien también recuerda que, con frecuencia, las negociaciones se atascan y quedan bloqueadas.
En este caso recomienda que se trabaje de forma conjunta, porque “al darse control mutuo sobre la información relevante en un marco seguro y metódico las dos partes involucradas se animarán a ver más allá de sus propias metas y se centrarán en la búsqueda de un objetivo global que beneficie a todos”.
Otra de las aplicaciones de este método de trabajo se da en las sesiones de de coaching. Sobre todo en el llamado performance coaching, una forma distendida de debatir sobre las fortalezas, debilidades y necesidades de desarrollo de un profesional. En estas sesiones alumno y coach realizan de forma individual un mapa mental en el que identifican y definen las áreas de mejora.
Después, de forma conjunta, analizan lo que ha realizado cada uno y elaboran un nuevo mapa que permite definir bien las líneas de trabajo gracias a que, como destaca Buzan, “esta herramienta es altamente cualitativa y no cuantitativa”.
Ejemplo: Reconstrucción de Manhattan tras el 11-S
La teoría siempre suena muy bien, pero no deja de ser algo utópico. Por eso Tony Buzan recoge en su último libro ejemplos de proyectos empresariales que han alcanzado sus objetivos creando sus propios mapas mentales. Éste es sólo un ejemplo:
El ataque terrorista del 11 de septiembre de 2001 que destruyó las Torres Gemelas de Nueva York también destrozó una subestación eléctrica del bajo Manhattan situada en el 7 del World Trade Center. Esto supuso el corte del suministro eléctrico de gran parte de la isla. Con Edison es la compañía dueña de esta estación y su presidente, inmediatamente después del ataque, dio la orden de restablecer el servicio.
Para desarrollar su plan de acción y dirigir el ingente volumen de datos y documentación que generó este catastrófico acontecimiento. Con Edison utilizó el programa de ordenador para la creación de mapas mentales.
El mapa que se creó tenía 8 ramas: toma de muestras; gestión y administración de material para el medio ambiente, la salud y la seguridad; comunicaciones, apoyo al servicio de gestión y administración de material; seguridad; contabilidad; generadores eléctricos y notificación de normativas. Y estas ramas tenían hipervínculos a hojas de cálculo y documentos con cientos de páginas de datos.
El mapa mental se convirtió en la guía de carreteras en la que se podía encontrar rápidamente información detallada de todos los aspectos que había que contemplar, y donde se perfilaban las pautas para dirigir todas las operaciones.
Todos los implicados reconocen que, en los días posteriores al ataque, el miedo y la incertidumbre estaban presentes cada minuto, la carga emocional era tan fuerte que no les dejaba pensar de forma racional y, por eso, afirman que esta técnica les ayudó a desbloquearse y a centrarse en la acción positiva de cómo podían responder de la mejor manera ante un acontecimiento sin precedentes.
Cómo dibujar una guía eficaz
Un mapa mental no es una chuleta colorida y nunca debe confundirse con esquemas conceptuales. Contiene:
1. Una sola idea principal, expresada con una sola palabra.
2. Cada rama describirá una vía o área de trabajo resumida en una única palabra.
3. Líneas relacionadas jerárquicamente. No importa que se extienda mucho. Al contrario, esto facilitará la visión general.
4. Todas las líneas están conectadas, y su dibujo va de grueso a fino. Esto refuerza el peso de cada paso.
5. Los colores y las imágenes desempeñan un papel fundamental para retener y recordar información.
Sin lugar a dudas, cuando uno conoce el potencial de una herramienta que, a la vez de sencilla, es tan poderosa, entramos en un terreno que nos permite elevar nuestra productividad a niveles que no creíamos posibles. Anexo un enlace a YouTube donde se explica de manera muy sencilla, cómo hacer un mapa mental:
http://www.youtube.com/watch?v=JHodUF6h1b0
Saludos!
Hago mapas mentales hace años. Son muy buenos para desmenuzar un pliego de un cliente y permite en consecuencia contestar con una oferta de servicios acorde. También lo uso para aprender cosas nuevas y estoy enseñando esta herramienta a mi hijo.
Qué buena manera de organizar la mente ante problemas complejos. Yo lo utilizo mucho!