Hay diferentes tipos de plan de negocio. Sea cual sea el que se lleves a cabo, no olvides ejecutar la estrategia y establecer un calendario con los objetivos a cumplir.
Sabemos el esfuerzo humano y económico que cualquier pyme, startup o autónomo tiene que hacer para que su plan de negocio sea un éxito y se convierta en la espina dorsal sobre la que se construye el proyecto, ya sea para solicitar financiación o no.
Te presentamos una relación de diferentes tipos de Plan de Negocio para que desarrolles el que mejor se adapte a tus necesidades. Veamos cuáles son y sus diferencias dado que cada uno tiene su rol en el ciclo de vida de la empresa o negocio.
El Plan de Negocios Lean (o ágil)
Todo negocio puede usar un plan lean para gestionar estrategias, fechas de entrega, actividades o incluso la tesorería. El plan ágil es rápido, sencillo y más eficiente que un plan de negocios formal porque no incluye sumarios, descripciones o información del contexto que las personas implicadas en el proyecto conocen de sobra.
Por un lado, incluye fechas de entrega y metas concretas y, por otro, el presupuesto para alcanzarlos. Este modelo de plan de negocio incluye cuatro elementos fundamentales:
Establecer la estrategia: usa simples viñetas para definir el target de tu mercado, la oferta comercial, resaltar la identidad de tu idea y los objetivos a largo plazo. No necesitas texto extra dado que servirán como recordatorios para dueños y directivos.
En esta fase debes incluir acciones que pondrán poner en marcha la estrategia previamente definida. Las acciones a las que nos referimos aquí incluyen precios, día de lanzamiento, nuevas versiones, y entregas o empaquetado.
Este tipo de plan incluye una lista de hipótesis, objetivos, indicadores de medición, los responsables de cada tarea y lo que se debe monitorizar.
Cifras que no pueden faltar: no se puede olvidar incluir las previsiones de venta, el presupuesto para gastos y dinero de caja o líquido.
El valor que tiene este tipo de plan se encuentra en el propio plan. La gestión se va adaptando a tu negocio dado que revisas y repasa tu lean plan con frecuencia, monitorizando su evolución y haciendo ajustes de forma regular.
El Plan de Negocios Estándar
Generalmente es un documento no muy extenso, sobre todo hoy en día, y que tiene más probabilidades de sobrevivir en formato online que papel. De él se espera que cubra las necesidades de un plan de negocio puntual, que se llama así porque es cuando tienes la necesidad de presentárselo a un banco, un posible inversor, vendedor, aliado, socio o incluso empleado.
La mayoría de los planes estándar empiezan con un sumario y suele incluir secciones o capítulos sobre la empresa, el producto o el servicio que se vende, el público objetivo del mercado, estrategia e implementación de objetivo, gestión de equipos, previsión financiación, y análisis.
Un lean plan viene bien para utilizar como borrador de un plan estándar. Se puede empezar por ahí y luego añadir un índice, la descripción de la empresa y sus productos/servicio, un análisis detallado del mercado, la definición de la estrategia, acciones principales, y la gestión del equipo humano.
Las tácticas suelen aparecer en el plan de marketing, de producto, financiero o de gestión. Es aconsejable crearlo a partir de la previsión de ventas y presupuesto de gastos para establecer unas proyecciones financieras completas que incluyen 3 proyecciones económicas esenciales: beneficio y pérdidas, hoja de balance y tesorería.
Todo plan estándar necesita incluir estos 3 elementos además de un plan de ventas. El flujo de caja es, por ejemplo, de lo más importante aunque estemos en un periodo sin beneficios dado que siempre tendremos que hacer frente a nuestras facturas. Y desde que los beneficios por sí solos no garantizan tener dinero en el banco, hacer proyecciones se convierte en algo esencial.
Muchos de estos planes también incorporan una tabla para gastos personales; otros necesitan proyecciones adicionales para afrontar las necesidades de un plan particular. Por ejemplo: un plan para conseguir inversores debe tener un apartado que recoja la posibilidad de que los inversores se vayan de la empresa o cómo afrontar el pago del préstamo bancario.
El sumario ejecutivo describe los puntos clave del plan, y termina con apéndices que muestran proyecciones mensuales para el primer año y anuales para un segundo o tercer año. Aunque en el documento ocupa el primer lugar, lo mejor es dejarlo para el final para escoger las palabras que mejor resumen cada apartado.
El plan de negocios de la startup
Cada startup se merece un plan de negocio para salir de cada paso y cumplir los requisitos con educados invitados de importantes listas. A veces este tipo de planes se llaman startup plan pero no olvidemos que las startups no son las únicas que utilizan modelos de negocio.
En la mayoría de los casos, el plan de una startup es un lean business plan que incorpora una proyección extra de posibles costes, pasos y objetivos. Los gastos de la startup incluyen gastos realizados antes del lanzamiento como pueden ser los abogados, diseño gráfico, website, etc. Otro de los elementos necesarios son el inventario, los vehículos, equipos, mobiliario de oficina y la parte más difícil de estimar pero la más importante: depositar dinero del banco.
Mientras que para la mayoría de las startups elaborar un lean plan está bien, para aquellas que buscan financiación es preferible que utilicen un modelo como el estándar que incluya una estrategia en la salida de los inversores, formas de financiación bancaria, contemplar también la posible salida de inversores, y el uso que se hará de esos fondos que se solicitan.
Este plan puede también servir para las negociaciones con posibles socios y asociados dado que por su bajo coste son buenas herramientas para valorar si seguir o no adelante con una idea, o para ayudar a evaluar si es un negocio por el que realmente merece la pena apostar. Si decides ir adelante con el proyecto, siempre podrás volver atrás para hacer los cambios necesarios en tu plan de negocio. A medida que tu negocio crece, puedes también desarrollar secciones y añadir detalles.
Cuando el plan de la startup está listo para ser leído por terceros, es habitual que se añada un sumario, una reseña global de la compañía, la gestión de equipos y descripciones del mercado, el plan de marketing y de producto. Incluso si todavía no se tienen los números exactos, siempre es una buena idea incluir una estimación de los costes, precios y posibles gastos.
Plan de negocio One-Page
Se trata de resumir el plan en una única página que incluye sólo “titulares” que se usan para ofrecer una visión rápida del negocio. Es posible resumir el público objetivo, la propuesta de negocio, los principales objetivos y previsiones de ventas esenciales en una única página.
Este tipo de resúmenes puede ser muy útil como documentos para entregar a un banco, a posibles inversores, vendedores, alianzas, trabajadores… Este tipo de plan se denomina también business pitch.
Plan de viabilidad
Algunos expertos utilizan indistintamente plan de viabilidad y startup. Otros lo utilizan cuando se refieren al paso que se debe dar cuando se tiene que validar una nueva tecnología, producto o mercado.
Un plan de viabilidad para la introducción de un producto en un nuevo mercado suele exigir captar rápidamente a sus consumidores y validar la idea con gente que estaría realmente dispuesta a pagar por él.
Lo que sí que no suele incluir es un listado completo de temas que uno se espera encontrar en el plan de negocio estándar o incluso en el modelo lean. El motivo es que el plan de viabilidad se suele centrar si un producto funcionará o no en un mercado ya existente, sin definir estrategias, tácticas o previsiones financieras.
Plan interno
Los planes internos tienen algo en común con los planes “ágiles” dado que ambos reflejan las necesidades de los miembros de la empresa. Dado que la propuesta de un plan interno está directamente relacionada con las personas involucradas en la empresa, suele ser corto y conciso, mucho más que por ejemplo un detallado plan estándar que llevas al banco. No son documentos creados para uso externo.
Plan de operaciones o plan anual
Es algo similar al lean plan dado que, al igual que éste, un plan de operaciones incluye metas de implementaciones específicas, fechas de entrega de proyectos, y la responsabilidad de los equipos y sus líderes.
Suele ser el plan que se utiliza como hoja de ruta para cumplir con los objetivos del negocio. Planificar cada objetivo como un negocio exclusivo permite a la empresa establecer prioridades, centrarse en los resultados y monitorizar el proceso. Un plan de operaciones cubre el funcionamiento interno de una compañía. En su contenido se especifica quién hará qué y cuándo esas personas estarán realizando la tarea.
Incluir información de tesorería en este plan es bastante útil también porque cuando estamos desarrollando una operación, nos interesa monitorizar el progreso de dicha implantación para saber cuánto vamos gastando del presupuesto total asignado para dicha operación.
Plan de expansión
El modelo de este plan puede ser como el que hemos descrito anteriormente como plan estándar o incluso lean. La diferencia es que en el plan de crecimiento nos centramos en un área específica del negocio. Por ejemplo, crear una nueva línea de productos sería un plan de expansión. Este plan puede ser interno o no, depende de si para realizarlo solicitaremos un préstamo o buscaremos nuevos inversores. En este caso, se necesitará además información de la empresa, del producto, mercado, equipo humano, etc. tal y como se incluye en un plan estándar.
Sin embargo, si se trata de un plan de expansión de uso interno se utilizaría más para establecer las fases del crecimiento, por lo que no haría información del contexto y, por tanto, sería un esquema más tipo lean Plan. Sí que se recomienda incluir al menos una previsión de gastos y ventas para el nuevo producto o nueva andadura.
Plan estratégico
Un plan estratégico puede ser creado para diferentes cuestiones. Normalmente es un plan para uso interno sin mucha información financiera sino que se centra más en la descripción de la estratégica y sus acciones para realizar su implementación con información sobre los recursos y tiempos necesarios para cumplirlo.
No olvidemos que la estrategia es una cuestión de elegir las oportunidades adecuadas. Normalmente este tipo de planteamientos se realizan en grandes empresas con grandes equipos; cuesta encontrar pequeñas empresas en las que se desarrollen planes de este tipo si no que se suelen incorporar dentro del plan de negocio, lean o modelo estándar. Una vez tienes claro cómo quieres que sea tu estrategia, se debe tener un plan para implementarla. Es entonces en este punto cuando las metas establecidas con clave.
En definitiva, sea cual sea el plan que se debe desarrollar, no olvidemos nunca que para ejecutar las estrategias de manera efectiva, siempre será imprescindible asignar responsabilidades y establecer un calendario para su cumplimiento. Las tácticas de implementación ayudarán a avanzar en la dirección correcta para el cumplimiento de los objetivos marcados. Y eso sí que es la función esencial de cualquier tipo de plan de negocio.