La realidad confirma la predicción de Bill Gates que invita a reflexionar sobre lo que vendrá: “Como el futuro no existe debemos inventarlo”.
El poder de anticipación es esencial. Se puede decidir cualquier cosa, lo que no se pueden evitar son sus consecuencias. Saber dónde estuve, dónde estoy, dónde quiero estar y que haré para conseguirlo son las claves del pensamiento estratégico. Las decisiones estratégicas son las que mueven el amperímetro. Son las que concretan ideas con alto valor agregado, visualizan su evolución, planifican su ejecución en el tiempo y en el espacio, controlan los resultados si se alejan del objetivo y toman nuevas decisiones para que se concreten en el tiempo deseado.
Cómo anticiparse
Se trata de adelantarse a lo que va a ocurrir. En genética es la tendencia la que permite predecir lo que pasará. Es una habilidad que le permite al deportista intuir lo que hará su compañero u oponente. Requiere desarrollar capacidades que suelen estar adormecidas.
El principio conocido es “mejor prevenir que curar”. Pero cerebro está preparado para resolver problemas cuando se presentan, no para anticiparse y evitar que ocurran. La vida moderna recarga la agenda para aprovechar el tiempo, como time is money, cuando no se hace nada es que algo anda mal. La falla es no separar lo urgente de lo importante y ante una amenaza u oportunidad, diferir la resolución. Por eso una operación diferida es una oportunidad perdida.
La empresa busca transformar la naturaleza y hace uso del saber para conseguir sus fines y beneficiarse. Por eso financia las investigaciones que le convienen. No está interesada en el bien común como el Estado. El desafío de la Universidad es recuperar la dimensión universal del saber. Una ciencia sin conciencia es la ruina del hombre. Los errores de predicción son comunes por eso los modelos del conocimiento deben adaptarse a la realidad y no la realidad al modelo.
Veamos lo que se creía sobre las computadoras
No sirve para nada (George Bidell, sobre la máquina de Babbage, 1842) El llamado teléfono no tiene valor (Western Union, 1876) ¿Para qué coño sirve? (Lloyd, de IBM sobre el microchip). No te necesitamos, no tienes título universitario (Hewlett-Packard, ante el pedido de empleo de Steve Jobs) No hay razón para que alguien tenga una computadora en el hogar (Olson, de Digital Equipment Corporation 1977). Hay mercado para unos 5 computadores en todo el mundo.(Watson, presidente de IBM, 1993).
En una conferencia de 2015 Bill Gates, alertó: «Si algo va a matar a más de diez millones de personas en las próximas décadas será un virus muy infeccioso, mucho más que una guerra. No habrá misiles, sino microbios. Gran parte de esto es que se ha invertido mucho en armamentos nucleares pero se hizo muy poco en crear sistemas de salud para poder detener las epidemias«.
Invertir en educación
La educación es el medio que anticipa mejor los resultados. Es la industria pesada de una nación porque fabrica los ciudadanos del futuro. La educación es un elemento clave en las estrategias nacionales, porque la gente educada está mejor preparada para cumplir objetivos, con lo que contribuyen a una base más sólida para el desarrollo del país.
Las habilidades a desarrollar son: en ciencia: capacidad de diseñar y programar. En creatividad: producir ideas innovadoras, sentido artístico y del humor, intuición. En lo social: capacidad de relacionarse, sensibilidad, persuasión, sentido de laoportunidad, espíritu de equipo y liderazgo.
En 1970, Ghana y Corea tenían igual ingreso per cápita. En 2013, el de Corea fue 14 veces mayor por su inversión en el conocimiento. Tiene 400 centros públicos de investigación, el mayor gasto público por estudiante y un aumento en la matrícula de educación terciaria.
Negar la realidad
Existe la capacidad de engañar, buscar excusas y mentir, incluso a nosotros mismos, pequeñas mentiras que se convierten en excusas para justificar el mal comportamiento.
Los sociólogos definieron a la excusa como el reconocimiento de una conducta equivocada para la cual se pueda brindar una explicación racional que evite sentir culpa. Así se recurre a accidentes, fenómenos irreversibles, cuestiones biológicas o chivos expiatorios.
Incrementar la capacidad de anticiparse
El ser reactivo actúa cuando las cosas suceden y el proactivo hace que las cosas ocurran. El buen anticipador usa la proactividad para detectar hacia dónde va el mundo y la reactividad para responder con rapidez. No pierde tiempo defendiendo sus creencias y se despoja de su ego para aceptar la mejor idea sin importarle de donde partió. Al predecir puede errar, por eso controla la marcha del plan para corregirlo. No mira sólo donde está la pelota, intuye dónde estará y se anticipa. Sabe que el que pega primero, pega dos veces.
En Argentina se tomó al CORONA VIRUS con liviandad
Un gobierno estatista que acosa al sector privado y tiene facultades extraordinarias, apeló al “autocontrol” individual para prevenir el contagio del coronavirus. La salud pública es una responsabilidad inalienable del Estado. En cambio, adoptaron al principio una posición relajada e irresponsable: sin controles para los que llegaban de Asia, donde comenzó la epidemia. Nadie puede sorprenderse ante la desidia estatal, pero un gobierno que se basa en regular ha preferido prescindir de los chequeos elementales en aeropuertos y otros puntos, confiando, por el contrario, en el autocontrol de los individuos.
Un país que busca a quienes ingresan sin declarar un teléfono celular ignoró una seria amenaza. Ante la simbiosis Estado- Gobierno no tiene un equipo profesional, moderno, racional y estable.
Cada nueva administración recambia los cuadros gerenciales a los que nadie educa, pues son el modo de recompensar los apoyos electorales. Por eso no existe un sistema coordinado y lógico de escuelas de gobierno, administración y política pública. Por eso frente al Covid-19, no han dispuesto mecanismos de control y se vieron las inconsistencias en la concepción del Estado. ¿Cómo explicar que un gobierno con semejante concepción Estado defaultee en cuestiones elementales de salud pública? Es una responsabilidad inalienable en los principales bienes públicos junto con educación, seguridad, justicia, infraestructura y cuidado del medio ambiente. En un momento en que la epidemia se presentó como una amenaza global, se apeló al autocontrol: se transfirió a los individuos la responsabilidad de tomar medidas precautorias e informar a las autoridades frente al riesgo de haber contraído el coronavirus. Pero la salud pública estaba en juego y se precisaban medidas extraordinarias. No bastó con adornar el remozado aeropuerto de Ezeiza con carteles que adviertan sobre el peligro, exhortando a los pasajeros a autoevaluar su salud, la conclusión es que se trató de un acto de irresponsabilidad. La coyuntura exige rigurosidad. La OMS afirmó que por los estrictos límites que impuso China a los movimientos de sus habitantes se logró una dispersión menor del virus. ¿Cuál es la concepción de Estado? Mientras se apela a la solidaridad, se habla de inclusión y de reducción de pobreza, se busca legalizar la venta y hasta la producción de cannabis y se ponen sobre la mesa temas esenciales de salud reproductiva, se deja librada al azar esta cuestión tan alarmante.
Es preciso debatir y consensuar la creación de un Estado moderno, inteligente, transparente, eficiente, solidario, con una presión fiscal que no asfixie y con un tamaño adecuado y compatible con las necesidades del desarrollo. Debe ser un modelo basado en el sentido común. Bastó, como ocurrió, que una persona cometiera un error en su autocontrol en relación con el coronavirus, para que las consecuencias negativas para el país sean incalculables. Los controles pueden fallar. Pero el descontrol es una manifestación incontrastable del fracaso del Estado.
Todo este análisis previo se confirmó: el ministro Ginés tuvo que retractarse de sus dichos.
Un problema global
En enero de 1997 mientras Bill Gates leía el New York Times con su esposa Melinda llamó su atención una noticia: «Para el tercer mundo, el agua sigue siendo una bebida mortal», miles de madres perdían a sus hijos por el estado del agua que bebían”. La primera hija de la pareja tenía un año. Melinda pensó que si se enfermaba, sólo tenía que ir a la farmacia. ¿Cómo podía ser que para muchas familias fuera un problema sin solución?
En el área saneamiento había poca innovación. Se propusieron inventar un inodoro para evitar que los residuos terminaran en el agua donde los niños iban a beber. En 2015, su fundación, en colaboración con la empresa Janicki, anunció la creación de una máquina que recoge desechos y los convierte en subproductos reutilizables, la usa para generar electricidad y agua potable.
Esta iniciativa demandó casi dos décadas. Gates pasó de ser el ejecutivo más exitoso de la industria al mayor filántropo del mundo, con proyectos en múltiples puntos del globo.
La salud como prioridad
En febrero de 2020, la Fundación Bill y Melinda Gates cumplió 20 años. Lo que aprendieron los convenció de que el mundo debía obrar más a favor de los necesitados. En el corazón del trabajo de su fundación está la idea de que cada persona merece la oportunidad de vivir una vida saludable y productiva. Salud, educación, crisis climática e igualdad de género son los ejes sobre los que trabaja la fundación que, a la fecha, ya lleva invertidos nada menos que u$s53.800 millones en proyectos. En el eje de salud, una de sus más destacadas iniciativas fue la creación de GAVI (Alianza Global para la Vacunación) en conjunto con la OMS, Banco Mundial y Unicef, con el objetivo de recaudar fondos para comprar vacunas.
Hasta el año pasado, logró ayudar a vacunar a más de 760 millones de niños en el mundo y a evitar 13 millones de muertes. Esto lo hacen porque las mejoras en la salud son claves para sacar a las personas de la pobreza. A medida que están más saludables, sus vidas mejoran de otras maneras y, como resultado, el mundo se vuelve mejor y más equitativo.
En búsqueda de una solución integral. Melinda y Bill volvían llenos de historias de personas relegadas y con problemas como la violencia, la discriminación, falta de acceso a oportunidades. Enseguida entendieron que si no se hacía algo, estaban destinadas a repetirse. Por eso trabajan en su país para que más jóvenes completen sus estudios. En especial quienes provienen de grupos minoritarios. La fundación, a través de su programa, otorgó 20.000 becas universitarias completas a estudiantes de color, y con sus «Redes para la Mejora Escolar» trabajan para que este grupo, la comunidad latina y quienes tienen bajos ingresos puedan terminar los estudios secundarios. Hasta hoy, han otorgado u$s240 millones. El cambio climático también es otro eje. Muchas personas están afectadas por el aumento de las temperaturas. La cruel ironía es que los más pobres del mundo, los que menos afectan el cambio climático, son los que más sufrirán. Así, comenzó a financiar investigaciones sobre variedades resistentes a la sequía e inundaciones de cultivos básicos, que ya están ayudando a los agricultores a cultivar más alimentos en algunas partes y más opciones de cultivos climáticamente inteligentes.
Su aporte para combatir el COVID-19
Una vez desatado el coronavirus, las redes se llenaron de videos donde relataba lo que hoy es una realidad. Y aunque el mundo no haya hecho eco de su predicción, lejos de mostrarse resentido, Gates se puso otra vez la causa al hombro.
A principios de febrero, la pareja concretó una donación de u$s100 millones a la causa y su fundación se puso a trabajar con la OMS para ayudar a encontrar una vacuna, limitar su propagación y mejorar la detección y el tratamiento. Todo parece indicar que la crisis impactó de manera profunda en su mirada filantrópica y anunció su retiro de la junta directiva de la compañía para dedicar todo su tiempo a la fundación. Además, el matrimonio lanzó el Acelerador Terapéutico Covid-19, con Wellcome Trust, otra gran organización filantrópica de salud a nivel global. Se trata de un fondo de donantes en el que participan grandes compañías con el fin de coordinar fuerzas en la búsqueda de tratamientos efectivos contra el coronavirus.
Un fármaco podría estar disponible mucho antes que una vacuna que no saldrá antes de un año y medio. Un medicamento reduciría la cantidad de personas que requieren cuidados intensivos. El Acelerador servirá para analizar las ideas y aunarlas con la capacidad de la industria. Podría ser un antiviral o anticuerpos u otra cosa. La pregunta es, ¿se lo escuchará esta vez?
No estamos preparados
Otra nueva predicción de Bill Gates es que necesitamos una estrategia mundial contra el Coronavirus o volverá. Pero el tema todavía funciona el mejor postor. “Creo en el capitalismo, pero hay mercados que no funcionan en casos de pandemia”. Todos tendrían que suscribir un acuerdo, para exigir responsabilidades. La única manera de acabar con esta pandemia es inmunizar a la población mundial contra la enfermedad. Sobre todo hay que financiar la vacuna. La Coalición para las Innovaciones para Epidemias (CEPI) acelera el proceso de prueba de vacunas y los investigadores confían en tener una en 18 meses.
Sería la vez en que menos demoró pero no se sabe qué vacunas serán eficaces, cada una requiere una tecnología específica. Esto significa invertir en plantas de producción muy diferentes sabiendo que algunas nunca se utilizarán. Harán falta 7400 millones de dólares en 5 años pero no son nada comparadas con el costo de una inmunización chapucera y un brote más largo.
Las pandemias nos recuerdan que ayudar es lo correcto y también lo inteligente, a los seres humanos no los unen sólo valores y lazos. Están conectados biológicamente por gérmenes microscópicos que vinculan la salud de cada uno con la de los demás. Todos estamos conectados. La respuesta también debe estarlo. No desperdiciemos esta crisis por difícil que parezca. Es la oportunidad para hacer lo que nunca pensamos que podíamos.
El desconcierto, el desdén, sobre esta amenaza se extiende a la política y a la economía depredadora. Una legión de filósofos intenta mostrar profundidad, pero parecen consejeros de autoayuda, atrapados en una retórica banal. No es su culpa, describe a la humanidad tal como está. Confucio enseñaba que la experiencia es una lámpara que ilumina solo el camino recorrido. La realidad confirma que esa luz no es suficiente. La predicción de Bill Gates invita a reflexionar sobre lo que vendrá: “Como el futuro no existe debemos inventarlo”.