La actitud es oderoso activo intangible que ni la contabilidad se ha encargado de medir y la economía lo excluye como factor de competitividad en sus diversos estudios.
Al hablar de actitud podemos comenzar diciendo como lo define la Real Academia Española: «Postura del cuerpo humano / Disposición del ánimo«. Pero más allá de una completa definición, hay que decir lo que significa en cada persona específicamente.
Tener actitud nos define como individuos, define las decisiones que tomamos, nuestra forma de pensar, los logros que conseguimos, y también como nos enfrentamos a la realidad. Y es este el punto más importante en las cuestiones personales, y también en el mundo de los negocios.
Muchas veces decimos cuales son los factores que hacer competitiva a una economía, y entre ellos se encuentran el tipo de cambio, el nivel de precios, presión impositiva, temas logísticos, disponibilidad de recursos naturales, y hasta nos atrevemos a evaluar a los recursos humanos a nivel general y particular. Pero poco, muy poco se dice de lo relevante en los resultados que resulta ser nuestra actitud frente a la realidad que vivimos.
Los empresarios, en sus respectivas empresas, conviven cotidianamente con un entorno externo que de una u otra forma los afecta, y que no pueden cambiar; y también con ese entorno interno, es decir, esas variables internas de la organización que se pueden ajustar ante cada cambio foráneo.
Pensemos en aquella persona que invirtió dinero en una franquicia de helados en la ciudad más turística del país, y que justo en esa temporada estival, las inclemencias climáticas hicieron que el mes solo tuviera 3 días de sol, y el resto lluvia y viento.
El empresario con actitud reactiva, se lamentará y maldecirá haber hecho la inversión, buscará culpables, se despertará y dormirá pensando y diciendo lo que podría haber pasado si…. En síntesis, la culpa siempre la tendrá el otro.
Ahora, aquel empresario con actitud proactiva, mas allá de susurrar por lo bajo algún insulto, tratará de sacarle provecho al entorno que le tocó, haciendo de su negocio, un nuevo negocio. Y en el caso de la heladería, será quien anexe en su local una cafetería, así los turistas podrán compartir las tardes fuera de su alojamiento, y si se lo propone, incluirá una sala de entretenimientos para grandes y chicos, entre otras ideas.
Sería importante preguntarnos cuánto vale nuestra actitud frente a la realidad a la hora de hacer negocios.
Tenemos en nuestras manos un poderoso activo intangible que ni la contabilidad se ha encargado de medir, y la economía lo excluye como factor de competitividad en sus diversos estudios.
Hoy vemos como los emprendedores, a nivel mundial, en las distintas industrias en las que se encuentren, son considerados los impulsores del desarrollo económico. Y estas personas, muchas veces, solo cuentan con ideas y mucha actitud.
¿Y para que cuentan con esto? para pensar y repensar; para hacer y volver hacer; para crear y volver a crear; para convertir la amenaza en oportunidad; para construir el futuro.
Ahora decime: ¿Cómo te pondrías a prueba si no ubiera desafíos?