Hace dos semanas, el mundo perdió un líder y genio cuando se falleció Steve Jobs, el fundador de Apple. Se ha escrito muchos sobre él en la prensa y entonces no voy a agregar más a un tema bien desarrollado. Sin embargo, hay algunos puntos que quisiera tratar en cuanto al tema de ser genio. Claro está que alguien como Jobs no es común y no quiero decir que por seguir ciertos pasos vamos a lograr un nivel de pensamiento que es tan raro. A pesar de esto, hay mucha experiencia que indica que el genio no sólo es un nivel de inteligencia, sin también una colección de atributos que, combinado con la habilidad de pensar, hace que logremos un nivel de creatividad que no hemos tenido antes. Hay un libro que habla bien de este tema, escrito por el famoso gurú del mundo empresarial, Warren Bennis, que lleva el título “Organizing Genious”.
Entonces, aquí hay algunas de las cosas necesarias para empezar el camino hacía un nivel alto de rendimiento. Se darán cuenta que no son fáciles. Casi requiere otro modo de pensar y actuar que los que usamos habitualmente en nuestra vida cotidiana.
Sacrificio enorme: Tan fácil de decir y tan difícil lograr. Una vez una mujer estaba tocando el piano. Era una pianista bien dotada de talento. Un oyente, sentado y escuchando, le dijo “cuanto daría yo poder tocar el piano así”. Ella paró de tocar y le dijo. “En verdad, ¿cuánto darías para tocar así? ¿Te darías dos horas de tu vida, cada día, por veinte años? ¿Sacrificarías fiestas, citas, tiempo libre, partidos?”
Tal vez parezca una respuesta un poco fuerte, pero tuvo razón la mujer. Los altos logros no se obtienen por esfuerzos ligeros. Requiere sacrificio de muchas cosas. Un autor, que escribía la biografía de Jobs, le preguntó, porque alguien como él, que siempre ha resguardado su vida privada, estaba tan abierto a contar su vida en un libro. Jobs le respondió que quería que sus hijos lo conocieran mejor, porque no les dio mucho de él durante su vida debido al compromiso que tuvo con su compañía. Esto no quiere decir que tomó una decisión buena o mala en hacer tal sacrificio, sino que su clase de logro normalmente quiere decir que hay otras cosas que van a sufrir. Como dice la parábola antigua, hay que contar el precio antes de emprender el proyecto.
Trabajo constante: No sólo requiere el sacrificio de muchas cosas, también requiere una dedicación al trabajo. Siento decirles que, en mi experiencia con muchas personas del nivel de genio (trabajé 25 años con personas del mundo de la tecnología y la medicina) no tienen vidas bien balanceadas. De nuevo, no digo que estas cosas son buenas, pero el rendimiento de alto plazo requiere una dedicación casi miope. He visto que en el corto plazo se puede manejar sin consecuencias graves. En el largo plazo, el resultado es otro. Y el impacto principal se da sobre las relaciones humanas.
Proyectos grandes: Piensa bien en el mundo empresarial. Tal vez en los productos más avanzados o complicados. Tal vez porque soy aficionado de los productos de Apple, pienso en Mac o en iTunes. Estos no son logros pequeños. Cambiaron mucho de la manera en que vemos o participamos en el mundo. Un autor destacado, Jim Collins, tiene escrito un libro que lleva el título “Empresas que sobresalen” donde habla de metas que son grandes, audaces y fuera de control. Es decir, fuera de lo común. Que motivan a la gente a sobresalir y echar ganas. Tal vez, tiene que ser así para poder motivar el trabajo constante y el sacrificio grande.
Nunca contar el precio: Cuando algo es inspirador, cuando algo nos fascina, cuando algo nos consume, es fácil no contar el precio. He tenido yo, tal como usted, experiencias así, donde no hubo precio. En verdad, el proyecto me recompensó tanto que ni pensé que hubo costo. Y el reembolso no me vino en efectivo, sino en cosas que no se puede contar. Y, a la vez, hay riesgo. Como persona, tiene que estar bien fundada en lo que es importante en su vida. Hay que incluir las personas claves de su vida en su proceso o van a sentirse excluidos. Y a la larga, ellos y su proyecto van a sufrir.
No quiero pintar una pantalla de disolución con mis comentarios. Sin embargo, es mejor que sepamos que el camino al éxito tiene costo. Pueda que valga la pena, o pueda que no. Es una decisión difícil e inevitable.
Karl Pister es fundador de la empresa Coaching Group Inc. Tiene once años como presidente de la empresa y 25 años en el campo de coaching y consejería de todos los niveles del mundo empresarial. Ha trabajado con Nike, Adidas, US Bank, el gobierno de los EEUU, Pennzoil, Intel, y Bonneville International, entre otros. Se puede informarse más acerca de su trabajo por medio de su sitio Web en www.coachinggroupinc.com