En los últimos tiempos la necesidad de diferenciarse, de tratar de mejorar, optimizar los recursos de manera efectiva e inteligente ha ido tomando más protagonismo en el ámbito corporativo. La nota de hoy, apunta a que podamos replantearnos si realmente hacemos las cosas de manera enfocada, prolija y constante como para lograr conseguir el éxito buscado.
Desde mi lugar como asesora de imagen, mi intención es dar un punto de vista teniendo en cuenta mi profesión y también algunos casos reales con los que he tenido que trabajar.
El tema de la imagen como ya sabemos, comunica mucho más de lo que creemos, llega a niveles inconscientes que a veces uno no puede manejar. La percepción que podamos tener de determinada persona por cómo estaba vestida, como era el estado de sus prendas y el aspecto de su rostro y su cabello, hasta como era el movimiento de sus manos, el tono de su voz, y otro montón de cuestiones son las que engloban la “imagen personal”.
Pensate como empresario, o como profesional, que quiere cumplir ciertos objetivos y crecer en todo aspecto. Tomate unos segundos para hacerlo, y fijate si lo que vos ves de vos mismos te agrada y en segundo paso imaginá que pueden pensar los otros de tu apariencia o de tus comportamientos. Si necesitas más tiempo para pensarlo, quiere decir que estás involucrado en tratar de ver un poco más allá de lo que siempre viste, lo cual es un muy buen síntoma.
Entonces, que sucede, cuando uno, como profesional quiere vender un producto o servicio, sea tangible o no. Que es lo primero que ven? En la mayoría de los casos el primer contacto es con uno, y luego aparece el “objeto” de venta. Por eso trata de todas las maneras posibles de ser consecuente con lo que estás vendiendo. Si bien es cierto que no van a comprarte por tu imagen personal, si te aseguro que muchas veces las percepciones que uno genera en el otro pueden hacer que un negocio no prospere. Con la imagen uno puede generar, desconfianza, despolijidad, falta de profesionalismo y otro montón de cosas que luego son difíciles de cambiar, hasta muchas veces imposible. Pero esto depende de uno, porque si bien detrás tiene que haber un buen producto o un servicio confiable, nosotros podemos potenciar que eso que estamos vendiendo se perciba aún mejor.
Que nos vean como personas claras, profesionales, prolijas, seguras, depende de uno, y nada más que de uno.
Algunos de mis clientes, llegan a mí, luego de haber tenido una mala experiencia o haberse sentido incómodos en reuniones de trabajo, por más que detrás haya un producto o una empresa que los haya respaldado, porque al fin y al cabo, uno es su propia empresa y debe tratar de formarse para estar y manejarse de forma adecuada en todos los ámbitos de la vida. Por eso, no esperes a que las cosas te sucedan para querer cambiar o mejorar!
Autora: Romina Barak
CONSULTORIO EMPRENDEDOR DE IMAGEN PERSONAL
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“La IMAGEN es una herramienta de comunicación muy poderosa. -Romina Barak Asesoría de Imagen-, nace con el objetivo de ayudar a personas y empresas, a potenciarla para que logren cumplir sus objetivos, tanto en el ámbito personal como en lo corporativo”.
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«Nunca hay una segunda oportunidad, para dar una primera buena impresión».Saludos