por Dr. Horacio Krell
A todos les parece natural que les tiemblen las piernas cuando deben hablar en público. Pero les cuesta aceptar que hay emociones y pensamientos que provocan síntomas físicos reales y que puedan llegar a provocar dolencias graves. Sabemos que el hemisferio derecho controla la parte izquierda del cuerpo y viceversa, aunque la mente puede equivocarse y crear síntomas de enfermedades inexistentes. Cada hemisferio procesa la información de forma distinta: el izquierdo busca la lógica y la certeza; el derecho la dimensión inmaterial y espiritual.
Hoy en día el hemisferio izquierdo es el dominante e impide cultivar la intuición y la creatividad necesarias para reinventarse ante una realidad cambiante.
Es necesario potenciar el hemisferio derecho y promover un sano equilibrio entre ambos. Cuando un paciente tiene síntomas sin lesiones neurológicas, debe entender que el origen de sus males es un problema psicológico que no está resolviendo o que carece de una educación con mejores métodos de aprendizaje.
Pocos suelen aceptarlo. El cuerpo les dice algo que no comprenden. Entonces el corazón tiene razones que la razón no entiende y uno mismo se hace el bocho sin fundamento alguno.
Hacerse el bocho
Quien pretende buscar una explicación médica que no existe, es posible que desarrolle una enfermedad psicosomática que hasta entonces era inexistente. Si alguien siente que tiene palpitaciones y las relaciona con la ansiedad, éstas disminuyen al saber cuál es la causa. Pero si piensa que son problemas del corazón las palpitaciones empeoran.
Otros necesitan que les confirmen un mal aunque no lo tengan, que le pongan un nombre a su enfermedad y les receten unas pastillas que justifiquen sus dolores. Este problema es común y la mayoría ni siquiera lo sabe. A veces el médico les receta un placebo y se curan porque creen que es un buen remedio. Pero las discapacidades creadas por la mente ya no tienen límites.
El cerebro nos engaña y se engaña a sí mismo. Porque la realidad está ahí pero lo que falla es la percepción Y así se va alejando de la realidad y por ende de la verdad.
Las tensiones generan neurosis y ataques de pánico
Parten de una verdad que genera angustia y es la seguridad de la muerte. Para tratar las enfermedades psicosomáticas se combinan psicología, psiquiatría, neurología, inmunología y endocrinología, que estudian en modo interactivo la salud, la enfermedad y la dicotomía mente cuerpo.
Se recobra la versión holística de la medicina sin olvidar la singularidad. Pero en las relaciones familiares y sociales hay seres que parecen normales pero que son antisociales, insensibles, intolerantes, irresponsables al expresar sus demandas, sin remordimientos ni culpas.
Son seductores que manipulan sin que uno lo advierta y provocan sentimientos que generan miedos a la soledad, a la vejez, a la inseguridad. Son prejuicios, hábitos, emociones, que impactan al cerebro sin que se tome conciencia de la causa de su existencia.
La mente juega contra la razón
El cerebro no sabe calcular probabilidades. Entonces busca y cree encontrar, patrones y conspiraciones inexistentes, coincidencias que no son tales y relaciones de causalidad donde hay casualidad. Suele atribuirles un significado divino o que pueden orientar los hechos en favor o en contra de lo que desea. De ahí la creencia en que la oración y la plegaria, los rituales y gurúes con poderes especiales pueden curar a un enfermo
El sistema nervioso posee capas superpuestas
El tronco cerebral, como el encéfalo del reptil, controla los instintos y no aprende de la experiencia. Los mamíferos al procrear por parto aportaron la capa emocional. El cerebro racional, derivó del lenguaje verbal y se instaló en la corteza cerebral. El cerebro resultó de la evolución, no fue hecho para el hombre.
No es tan preciso como la mano, que sustituyó a la garra del animal. El animal nace fuerte, listo para la sobrevivir, el niño nace débil. Su cerebro es una página en blanco a completar, y eso le permitirá elegir su futuro. El problema clave de la educación es saber armonizar estas tres áreas.
Las conclusiones erróneas derivan de asociaciones incorrectas. Al ponernos de pie las manos reemplazaron a la boca. El cerebro fue el símbolo intelectual y los ojos su instrumento.
La zona abdominal, más ligada a la naturaleza, llegó a la conciencia indirectamente, por las sensaciones estomacales. Con el lenguaje surgió otro mundo.
El hemisferio izquierdo alojó la razón y la palabra, el derecho las emociones y la intuición. Están unidos por el cuerpo calloso, un cable de fibras nerviosas que los conecta. Si la educación se concentra en la fragmentación la emoción lleva a la acción y la razón a sacar conclusiones erróneas.
La selección natural
Hay mutaciones azarosas en los genes y luego la naturaleza elige los que son favorables para sobrevivir. Esto sucede fuera del control consciente. La creatividad, en cambio, genera cambios. Es el equivalente cultural del cambio genético. Ciertas mutaciones crean seres que descubren cosas nuevas, al componente genético le suman lo aprendido.
Hay una fuerza primitiva y poderosa que tiene un rol activo para la supervivencia: es la entropía o la necesidad de conservar la energía. Es tan importante que precisamos el descanso. Caminar, mirar una película, leer un libro. Ponernos en piloto automático, para no gastar energía.
Instrucciones opuestas
En el cerebro conviven dos potencias contradictorias, una lleva al menor esfuerzo (entropía) y otra a esforzarse en buscar lo nuevo (creatividad). El drama es que la entropía es más potente que el placer de descubrir, aunque nos sintamos bien cuando aparece.
La curiosidad está presente en todos los chicos pero el sistema educativo no le da chances.
Los genes pasan de generación en generación de modo automático, los mensajes culturales se tienen que aprender viviendo. Los “memes” son los equivalentes culturales de los genes. Una persona creativa puede cambiar un meme pero crear tiene un costo alto. Lleva esfuerzo y energía, va contra la corriente y necesita aprendizaje. Hoy estamos siempre ocupados y corriendo, contamos con poco tiempo para pensar, comprometidos con trabajar para sobrevivir. La creatividad es la actividad mental donde una revelación produce algo valioso que sucede en el cerebro en interacción con el contexto, es un producto social más que individual.
Con la repetición se automatiza el pensamiento
Russell lo explicó en el “pavo inductivo” que cenó siempre a las 21 y creyó que eso sería para siempre. Pero una Navidad le cortaron el pescuezo. La condición necesaria es la clave, no la aparente. Todo efecto tiene su causa y a iguales causas iguales efectos. Sin embargo la regularidad de ciertos sucesos crea una ilusión.
El método científico logró combinar la inducción y la deducción para comprobar las hipótesis. Esto permite experimentar la conexión causal sin quedar atado a la rutina. En el hombre la libertad puede lograr que su deseo sea la causa del efecto y que motive la acción que lo provoca.
Es un bocho
Un error común es considerar inteligente al que tiene buena memoria. El problema es que puede generar respuestas automáticas y no adecuadas al problema.
El cerebro se parece a una ciudad de noche, con algunas luces encendidas, pero la inteligencia suele visitar las zonas oscuras, buscando soluciones creativas, y no aplicar lo viejo conocido. Pero el problema es algo nuevo y se necesita encender y conectar otras neuronas, y enfrentar a los patrones de pensamiento con redes neuronales fijas. Lo creativo desestructura y la memoria recurre a los recuerdos y puede aplicarlos sin que resulten adaptados a la ocasión.
Un problema es algo nuevo
Y si lo es no puede resolverse de memoria. Tampoco se puede pensar sin un problema como guía. Se confunde pensamiento con memoria, como cuando dicen “estuve pensando en vos”, o con creencias como: “yo pienso de esta manera”.
Einstein decía que no se puede enfocar un problema con el criterio con el que se lo creó. Por eso es un error el cartel THINK (piense), porque a nadie se lo puede obligar a pensar sin un problema a la vista. El método Ilvem de inteligencia aplicada plantea problemas en formato de acertijos. La gran dificultad que tienen las personas al resolverlos antes de entrenar su inteligencia, revela que habitualmente responden de memoria y no con inteligencia.
La escuela primaria aniquila el juego creativo
El niño aprende casi todo antes. La educación le enseña respuestas automáticas. Respuesta viene de responso, es el rezo a los difuntos. Hay algo muerto en las respuestas, se le enseña a no pensar o que pensar es responder.
Por eso cuando adulto, le cuesta imaginar. Pensar de manera creativa requiere salir de la cárcel y generar asociaciones no convencionales. El pensamiento reproductivo, repite soluciones recordando algo que ocurrió. El cerebro selecciona el enfoque más prometedor y excluye otros. Trabaja según patrones dominantes que simplifican lo complejo, para repetir lo típico. Si piensas como siempre pensaste, vas a obtener idénticas conclusiones. El pensamiento creativo es productivo. Se pregunta qué formas hay de verlo en lugar de buscar la solución en la memoria. Trata de ampliar las hipótesis, muchas de las cuales no serán convencionales y otras serán únicas. Si se tienen todas las respuestas no caerá del cerebro ninguna idea.
Schumpeter definió como destrucción creativa la acción del innovador que desplaza a un competidor exitoso. Deja de competir y diseña situaciones preferibles a las existentes. Para desarrollarse y no hacer siempre más de lo mismo uno debe aprender a destruirse a sí mismo.
La mezcla de conceptos o conceptual blending
Es un método para desinhibir el pensamiento y dar forma a las ideas. Todo se mezcla con todo y todo se puede combinar. Lo habitual es definir, segmentar, segregar y etiquetar en categorías separadas que permanecen divididas y no se tocan. Es como si el pensamiento se congelara en una cubetera. Cada cubito es una categoría; así también el pensamiento se congela. Son cubitos de hielo en cubeteras separadas. Cuando a una gota de agua se le agrega otra, forman una sola gota de agua, solo que más grande. Cuando a un concepto se le agrega otro, puede surgir un concepto nuevo y no dos conceptos separados.
Bochos inconscientes
Dicen que el hombre es el único animal que choca dos veces con la misma piedra. Un error común es generalizar sin base desde un hecho particular y sacar conclusiones que se extrapolan. Otra falla es ver todo bueno o malo, sin matices. Algunos creen que pueden leer la mente, que con la primera impresión de un interlocutor saben lo que piensan. Están los que suponen conocer el futuro, una capacidad que no tenemos o los que usan sus emociones como razones para justificar su modo de actuar. Otros imaginan toda clase de desgracias y consecuencias negativas. Nadie está exento de hacerse el bocho y provocar así sus nefastas consecuencias. La solución consiste ser consciente de esos pensamientos automáticos y prejuicios, en poder observarlos en lugar de aplicarlos rígidamente.
La trampa radica en que permanecen ocultos a la percepción, pues operan mecánicamente.
Hacerse el bocho con el conocimiento
Muchas decisiones usan información que concuerda con creencias anteriores, a pesar de que exista evidencia en contrario, y se siguen, incluso invirtiendo más recursos a pesar de los fracasos. A veces usamos analogías sencillas para encontrar la lógica en problemas complejos, sin que tengan que ver con el problema. Violamos las leyes estadísticas al decidir en base a muestras pequeñas y generalizar sus resultados.
La ilusión del control se da por exceso de confianza y arrogancia o por confiar de más en la capacidad personal. Al aumentar sin pruebas la probabilidad de éxito no se hacen las investigaciones correctas, crear una probabilidad improbable les resulta más fácil que imaginar el resultado o hallar la verdadera causa. Cuando están involucradas más personas pensamos que cuanto más son, mejor se puede decidir. A veces por presiones sociales y para evitar confrontaciones, se toman decisiones por mayoría que resultan muy alejadas de la verdad.
La edad te puede hacer el bocho
La capacidad de aprendizaje del cerebro se debe a su capacidad de cambio, conocida como neuroplasticidad. Lo nuevo genera alteraciones pequeñas e incrementales en la estructura neuronal, que se suman a medida que pasan los años.
La mente, con el pensamiento, puede modificar la estructura del cerebro (en especial de las neuronas). No estamos biológicamente predestinados para ser menos creativos con la edad.
La juventud te hace más inocente e ignorante, lo cual te permite aceptar ideas más radicales.
Si sigues encontrando desafíos, entonces vas a seguir pensando como un joven.
Parálisis por exceso de análisis
Siempre se puede seguir analizando hasta tener que tomar malas o apresuradas decisiones. El análisis se debilita por la arrogancia, por el desconocimiento de métodos para decidir y por la falta de incentivos. La percepción nos hace creer que es el sol el que se mueve y no la tierra. El pensamiento natural salta directamente a la acción. Eso puede estar bien para decisiones simples, como elegir la corbata para el traje, pero en asuntos serios o aprendemos a plantearnos el problema o resolvemos el problema equivocado. Se aprecia más al intuitivo que al analítico, no tiene que justificarse, juzga a la gente por su cara. El mundo es resultadista y se puede perder jugando bien. La clave es separar decisiones y resultados.
La escuela y la empresa castigan el error
Premian poco al que acierta y no castigan al que provoca daños por no decidir. Incentivan a no hacer nada. El miedo a fracasar inhibe las decisiones. El que no hace no se equivoca pero tampoco aprende.
El deseo nubla la razón, llegar al consenso es muy lento, pero en grupos adiestrados mejora la decisión.
La sociedad de consumo ofrece un radar para imitar a ricos y famosos. Para decidir mejor hay que hallar la brújula interior para conocerse a sí mismo, sin ella no se decide con inteligencia.
Como dijo Séneca no existen los vientos favorables para el que no sabe a dónde quiere llegar. La materia prima del cerebro es la materia gris y no crece como la lechuga. Se puede crecer en edad o tamaño sin desarrollarse. La materia gris florece con la educación. Educar es la industria pesada de un país porque es la que fabrica ciudadanos. Hacerse bien el bocho no es tarea fácil, hay que aprender a usar esa computadora maravillosa y compleja que es el cerebro humano.