Las franquicias de marcas brasileñas ocupan cada vez más espacio en las vidrieras de América Latina, atraídas por una clase media emergente a la que vestir, perfumar y hasta enseñar idiomas.
Via Uno vende sus zapatos en decenas de tiendas en México, O Boticário llevó sus fragancias a Colombia, Bob’s sirve fastfood en Chile y las argentinas podrían vestir pronto ropa interior Hope igual que Gisele Bündchen.
Con una facturación que crecería un 10 por ciento hasta 86.000 millones de reales (49.142 millones de dólares) en el 2011, las franquicias brasileñas están aventurándose cada vez más fuera de casa en busca de nuevos mercados y valorización para sus marcas. «Hace dos años teníamos 50 marcas en el exterior y hoy prácticamente son 80. Nuestro objetivo es llegar a 120 marcas en tres años», dijo a Reuters el director ejecutivo de la Asociación Brasileña de Franquicias (ABF), Ricardo Camargo. «Es un trabajo de aumento de penetración de la marca en el mundo y conocimiento del mercado exterior. Y para las empresas brasileñas América Latina es lógicamente el premier paso», añadió.
Actualmente existen franquicias brasileñas en 49 países, la mitad en América Latina. Pero el nivel de internacionalización es todavía bajo: la ABF calcula que sólo un 5 por ciento de la facturación de las marcas brasileñas proviene del exterior.
El fenómeno se da al mismo tiempo que los grandes grupos globales industriales y de servicios, que sufren la debilidad económica en sus mercados domésticos en Europa y Estados Unidos, también buscan compensar la caída de ventas entrando a mercados emergentes, entre los que brilla Brasil.
Sherban Leonardo Cretoiu, un experto de la escuela de negocios Fundacao Dom Cabral en la ciudad de Belo Horizonte, dice que los empresarios brasileños van a salir cada vez más al extranjero porque están pensando en términos globales. «Una empresa bien posicionada en Brasil se ha vuelto una buena oportunidad de negocios también fuera del país», dijo. «Y el modelo de franquicias disminuye mucho la necesidad de capital de inversión, reduce mucho el riesgo financiero, político y del negocio, porque el socio local es normalmente una persona que conoce bien el mercado», añadió.
Proximidad territorial y cultural
La ofensiva de las franquicias brasileñas es liderada por marcas de zapatos como Arezzo o Carmen Steffens, productos de belleza como O Boticario y escuelas de idiomas como Wizard o Fisk. Otras marcas visibles en América Latina son el fabricante de ropa Hering, los chocolates Showcolate, la arrendadora de autos Localiza y la empresa de software Totvs. Uno de los ejemplos más exitosos es el fabricante de calzado y accesorios Via Uno, que obtiene actualmente un 10 por ciento de su facturación a través de su red de más de 60 franquicias en Argentina, Chile, México, Perú y Panamá.
«América Latina ofrece facilidades como la proximidad territorial y cultural», dijo el director de ventas minoristas de la empresa, Alexandre Pereira. «Hemos crecido un 30 por ciento en América Latina en el último año», añadió.
Via Uno y otras empresas brasileñas están especialmente interesadas en consolidar sus franquicias en Perú y Colombia, donde la expansión de la clase media está disparando la demanda interna y haciendo florecer los centros comerciales. Argentina seguirá afirmándose como mercado para las marcas brasileñas, dice la ABF, aunque la política de sustitución de importaciones preocupa a los inversores.
Chile es un mercado atractivo que no ha logrado desarrollar todo su potencial por la falta de un acuerdo comercial con Brasil. Y en México las franquicias brasileñas chocan a veces con problemas como la corrupción en los puertos. Venezuela resulta hoy poco atractivo por los problemas de cambio y dificultades para repatriar utilidades, dijo Camargo de la ABF. Bolivia y Ecuador también son percibidos como mercados de riesgo.
Potencial
La expansión de las franquicias en América Latina va de la mano del crecimiento económico de Brasil en los últimos años. «Brasil nunca tuvo una imagen tan positiva en el escenario internacional y está siendo cada vez más conocido por el lado de los negocios», dijo Rogério Bellini, de la agencia estatal de promoción de las exportaciones Apex. «La industria brasileña está creciendo en el exterior, las marcas brasileñas están creando nuevos mercados y los productos brasileños son deseados en extranjero», añadió.
Los empresarios brasileños apuestan a que América Latina resistirá mejor que otras regiones el embate de la nueva crisis internacional en ciernes. Pero aunque la región se resienta, el nivel de exposición de las empresas brasileñas es aún bajo.
La reciente depreciación del real podría dar cierto impulso adicional a la expansión de las franquicias brasileñas, castigadas como otros exportadores por la fuerte apreciación de la moneda y el alud de importaciones baratas de China. «Tenemos un potencial muy grande. Esperamos que esta tendencia continúe y aumente», dijo Camargo, de la ABF.
Reuters (vía Dinero)