por Daniel Colombo*
Se trata de un término utilizado en las artes marciales que hace referencia a las diferentes maneras de caer con el menor riesgo posible para el individuo. Ukemi proviene de la unión de ukeru, recibir, y mi, cuerpo.
Seguramente los practicantes de estos deportes lo conocen, y tú también puedes aplicarlo como principio para levantarte en los momentos de adversidad en la vida personal y profesional.
¿Cómo “aprender a caer” ante los golpes de la vida?
Las caídas en la vida son inevitables, siempre nos acompañarán en todas las etapas. De un espíritu estoico, fuerte, decidido e íntegro, podremos salir mejor parados con menor impacto.
Ukemi es uno de los pilares del aprendizaje del judo. Los expertos en la materia indican que saber caer correctamente es importante para poder efectuar el impacto sin dolor.
Si aplicamos este principio a la vida, podemos prepararnos e incluso anticipar el impacto de las caídas a partir de un trabajo interno de fortalecimiento de la auto confianza, la auto disciplina y el auto conocimiento como base principal.
La autoconfianza es la habilidad de saber que cada experiencia que atravesamos es por algo, tiene un fin y sentido en nuestro camino de desarrollo.
La auto disciplina se enfoca en la constancia en el propósito: el continuar, practicar, caerte y levantarte, forman parte de la maestría a la que arribarás a partir de la recurrencia de la experiencia que irás dominando en base a la experiencia práctica.
Y el auto conocimiento presenta los aprendizajes disponibles para que, independientemente de los obstáculos, podamos ver la oportunidad y la posibilidad como pasaporte al desarrollo y avance.
Mejorar las caídas
Las personas que han experimentado grandes fracasos, duelos y pérdidas de distinto tipo lo saben: el pozo es tan profundo en esos momentos, que, ante una eventual situación que pueda ser parecida, se observará una notable mejora en la actitud y la forma en que se transitará ese momento, porque ya se vivió la experiencia previa.
Quizás no se puede evitar la contundencia del hecho, aunque sí la manera de actuar y de accionar, en vez de reaccionar, lo que te colocaría en una posición rígida y tensa, y esto provoca más dolor y sufrimiento.
Desde el concepto de Ukemi, el progreso y la maestría que vas obteniendo al practicar y experimentar distinto tipo de caídas te libera de rigidez, y por consecuencia, contarás con mayor con soltura, flexibilidad, rapidez y continuidad en los ataques -palabra que se utiliza aquí desde la perspectiva de las artes marciales-.
Los componentes descriptos se combinan con los de intención y atención en el proceso de las caídas. Cuando pasas a tomar la posición del observador de tus circunstancias, las asumes como un reto a superar, en vez de dejarte abandonar en la queja y la conmiseración contigo mismo.
La soltura podemos asociarla con tu ser natural y espontáneo, sin poses, máscaras ni esfuerzo adicional por querer aparentar. La identidad y la autenticidad son claves: una vez que te conoces a ti mismo, ya sabes. Sabes quien eres, qué quieres, a dónde te diriges, y de qué forma puedes hacerlo. Hay un espíritu de auto confianza desarrollado que te acompañará por el resto de tu vida.
La flexibilidad es un componente esencial de desarrollo humano, y se basa en gran parte en el coeficiente de adaptabilidad, la posibilidad de sobrellevar distintas situaciones sin necesariamente colocar la misma intensidad de emociones no contributivas en ese proceso. De esta forma, aprenderás a moverte entre los obstáculos como desafíos a superar en vez de denominar a todos como “problema”. Y este sutil hecho, el cambio de etiqueta de los hechos, hará que tu mente te ayude con energía extra para sortearlos.
La rapidez es la velocidad de reflejos para saber caer con el menor impacto posible, y de calcular los riesgos. En el caso de las artes marciales se habla de un oponente. ¿Somos acaso nosotros mismos a quien tenemos enfrente, en posición de disputa, la mayor parte del tiempo? ¿Qué rostro te devuelve el espejo cada día? Si asimilamos la rapidez al comportamiento humano podemos asimilarla no sólo con velocidad -que podría precipitar a acontecimientos no deseados- sino con lucidez, que es la capacidad de ver la secuencia completa antes de que suceda.
Y la continuidad es la fluidez con la que ejecutas los movimientos antes, durante y después de la caída, para reintegrarte física, emocional y mentalmente de la mejor forma posible. Es la fuerza dinámica que te ayuda a levantarte y seguir adelante.
Cuatro clases de caídas Ukemi, y cómo usarlas en la vida cotidiana
Existen varias clases de caídas. Las principales son:
USHIRO-UKEMI (Hacia atrás) >
Como principio de la vida, siempre pensamos que cuando tenemos un fracaso hemos retrocedido. Quizás puedas aprender aquí que esa vuelta atrás puede ser sólo para tomar impulso, recalcular y volver con más fuerza.
YOKO-UKEMI (De costado) >
En el comportamiento social lo vemos como un signo de desprotección, como cuando una pandilla ataca en el piso a alguien indefenso. Desde esa posición, tenemos una perspectiva diferente para poder analizar y pensar rápidamente el siguiente movimiento para actuar. A veces, en la vida, quedarnos en posición casi fetal durante un momento nos recupera, nos reintegra física y emocionalmente, y la aparente fragilidad se convierte en fortaleza cuando nos vamos abriendo nuevamente a la experiencia de mundo, más allá del desafío que hemos atravesado.
MAE-UKEMI (De frente) >
Usualmente pensamos que chocaremos de frente y nos romperemos la cabeza si caemos de esta forma. Y tal vez sea una de las más reveladoras, ya que podemos pensarla en la perspectiva humana, de todos los golpes que nos auto infligimos diariamente; las puertas y techos de cristal que nos chocamos inconscientemente, y que nos dañan. A veces, dejan cicatrices. A veces, es tan obvia la situación con la que vamos a chocar, que, por eso mismo, lo permitimos o lo provocamos: no lo vemos. La oportunidad aquí es frenar a tiempo, permanecer alertas con nuestra mente subconsciente (intuición, emoción, sentimientos) y consciente (actos, pensamientos, reflejos).
MAE-MAWARE-UKEMI (Rodando hacia adelante) >
Una muy buena técnica de las artes marciales es saber por dónde desplazarnos para sobrellevar los acontecimientos de la vida. Quizás no tendremos la destreza de un experto en esta práctica, aunque sí podemos adoptar la habilidad para movernos en terrenos complejos sin lastimarnos. Imagínate rodando por las circunstancias. El rodar puede implicar ir hacia adelante, impulsándote, haciéndote más fuerte al hacerlo. El efecto bola de nieve, que, tras estar estancada en la cima de una montaña, basta moverla con un dedo para que se precipite hacia abajo, y se va haciendo más grande. Esto también puede suceder en un sentido positivo: cuando te enriqueces de experiencias, percibes e incorporas todo lo nuevo, y evitas resistirte a los cambios.
Y tú, ¿qué tan rápido te levantas de las caídas?