por Christine Lagorio-Chafkin – Inc.
A lo largo de sus ocho libros escritos en los últimos 20 años, Daniel Pink ha investigado todo, desde la motivación humana hasta la ciencia de la sincronización perfecta. Para su último libro, The Power of Regret: How Looking Backward Moves Us Forward, encuestó a más de 16.000 personas sobre sus arrepentimientos personales.
Salieron a la luz cuatro categorías principales de arrepentimientos:
- el arrepentimiento por no haber sido responsable (de la salud, las finanzas o la educación, principalmente),
- por no haber sido audaz (por ejemplo, por no haber aprovechado las oportunidades),
- el arrepentimiento moral y
- el arrepentimiento por las relaciones o los vínculos.
Cuando se miran en conjunto, todos estos arrepentimientos forman lo que Pink describió en el podcast What I Know de Inc. como «un negativo fotográfico de la buena vida».
Los tipos de arrepentimientos que identificó pintan una imagen de lo que los humanos desean: estabilidad y la capacidad de arriesgarse y perseguir pasiones, desarrollar relaciones sólidas y ser moralmente buenos. También tienen consecuencias en el trabajo.
«Creo que hay una gran lección de negocios aquí. Son la base de una cultura empresarial sólida», afirma Pink. «Si queremos esto de la vida, estas cuatro cosas, ¿por qué no íbamos a quererlas en la parte de nuestra vida en la que pasamos la mitad de nuestras horas de vigilia?».
Pink dice que el deseo de estabilidad es el más claro de los cuatro.
«La gente quiere empleos y trabajar para organizaciones que les den al menos algún tipo de estabilidad. Que no sea precario, que no sea imprevisible», dice. Pero también hay que tener en cuenta la audacia.
Los encuestados dijeron a Pink que desearían haber asumido más riesgos en su carrera, haber defendido lo que creían o haberse comportado de forma más emprendedora en el trabajo.
Cuando se trata de arrepentimientos morales, Pink sugiere que el vínculo con la cultura corporativa está relacionado con la conexión y el sentido de propósito:
«La gente quiere trabajar para empresas y organizaciones que hacen lo correcto. Y también, la gente quiere un sentido de pertenencia en el trabajo y afinidad con sus colegas».
Admite que vincular el concepto de arrepentimiento a la cultura empresarial es poco ortodoxo. «El arrepentimiento, de una manera extraña, te da una vía para lo que hace una cultura fuerte. Es un camino inesperado; no es uno que yo esperara encontrar», dice. «Pero creo que está bastante claro».