por Dr. Horacio Krell
Todo razonamiento es pensamiento, pero no todo pensamiento es razonamiento. Un pensamiento puede trabar a la razón con etiquetas condicionantes previas a su confrontación con la realidad, trabas que no se doblegan ante ninguna prueba y hasta impiden cambiar ante a la evidencia.
En materia política la función de la militancia es llevar la ideología a la cima y, desde allí, bajarla a la realidad para uniformarla y homogeneizarla. Y como la realidad se resiste a ser uniformada, la discordia es inevitable. La dupla amigo-enemigo es la esencia de la política.
Querer homogeneizar la realidad provocó guerras mundiales. La necedad logró que la guerrilla se armara cuando la Argentina tenía los obreros mejor pagos de América Latina.
Y así fuimos barranca abajo: el nivel de vida, la cultura y la inteligencia. Todo vale para y las cúpulas suelen estar alentadas por otras motivaciones, diferentes a las ideológicas.
Por qué nos equivocamos con frecuencia
Con frecuencia los errores provienen de confiar en que la mayoría dice la verdad. Esta predisposición para creer es la que permite andar por la vida sin poner todo en duda y en esa confianza se sustenta la democracia. Sin un entendimiento común de los hechos y de la información desaparecería su basamento.
Los reformistas resultan más confiables que los defensores del statu quo; los oradores espontáneos se ven más transparentes que los alineados; y los que son francos y directos merecen más confianza que los diplomáticos y educados. Esto explica el ascenso de líderes populistas: Confíen en mí. Ustedes no saben. Lo que perciben no es lo que está pasando.
Si los ciudadanos pierden la confianza en las instituciones, se involucran en lo que les interesa, más allá de sus preferencias políticas. A pesar de que la confianza es la herramienta de la vida social, cuando muchos quieren un cambio radical, esa confianza –que propicia que todo siga igual– se convierte en un obstáculo para el cambio. Para lograrlo se debería desarrollar una confianza más selectiva con pruebas concretas y reservarse el derecho de revocar el apoyo brindado. Desarrollando la confianza selectiva tendremos menos errores y más aciertos.
El problema de la inducción
Hace referencia a los que pretenden justificar las conclusiones derivadas de varias observaciones. Los que se oponen a ese criterio creen que la verdad no se demuestra sumando hechos, sino que una hipótesis debe contrastarse empíricamente después de ser formulada. Para eso se plantean casos reales y otros imaginarios:
Creer que A es la causa del B porque si sucede A aparece B y ambos están cerca en el tiempo y en el espacio, termina automatizando al pensamiento como una costumbre. Pero la inducción no es infalible. Russell lo afirma en el cuento del pavo inductivo que cenó a las 21 durante años y razonó que siempre lo haría así, pero una Navidad le cortaron el cuello y lo cenaron a él. La condición necesaria es la clave, pero la regularidad crea la ilusión.
Así se muestra la irracionalidad de la inducción. No importa cuántos resultados sean verdaderos, pueden llevar igual a una predicción falsa, la ausencia de prueba no es prueba de ausencia.
El método científico combina inducción y deducción
Para eso deduce conclusiones hasta hallar un enunciado contrastable observando o con experimentos. Si concuerda con la conclusión lo acepta provisoriamente. Un enunciado es científico si es refutable.
Hay tres formas erróneas de aceptar un enunciado: 1) Aceptarlo sin justificación (dogmatismo) 2) Deducirlo de otros enunciados (Regresión infinita) 3) Justificarlo por la experiencia perceptiva (Psicologismo). La aceptación puede estar unida a sentimientos, creencias o convicciones. Una teoría debe someterse al contraste de algún enunciado derivado de la misma. Existen las virtudes personales para sortear los obstáculos. Estas virtudes son
No dar nada por supuesto
La teoría de la verdad la afirma como correspondencia entre enunciados y hechos. Pero no es posible saber algo con certeza, sólo existe la aproximación. Hay una realidad objetiva y la verdad busca aproximarse a ella. Un enunciado es verdadero hasta que se lo desacredite como tal. Es falso afirmar que “la excepción confirma la regla”. Es lo contrario, la destruye. La verdad es provisoria. Por eso el científico no da nada por sentado.
Evitar desvaríos dogmáticos
Usar sólo la razón produce falsedades que se convierten en creencias que se defienden a capa y espada. Otros niegan la realidad y no tienen contra que contrastar sus afirmaciones. Combinar verdades subjetivas y creencias fundamentalistas afecta la objetividad. Aristóteles dijo que la realidad es la única verdad.
Estadísticas confiables
La verdad demanda una información que muestre lo que pasa. Un análisis puede mostrar hiperglucemia; el electrocardiograma, fibrilación auricular, y el chequeo, hipertensión arterial, pero son alertas irrelevantes si se ignoran, se desconoce su significado, o se interpreta que tienen síntomas parecidos. Sin entender no hay diagnóstico ni remedio.
Desconfiar del relato
Hay errores garrafales que permanecen ocultos. Como decir que es estigmatizar medir la pobreza, que es discriminatorio comparar el rendimiento, que el delincuente es una víctima de la sociedad o que la inflación es una sensación. La sociedad es anestesiada a fuerza de relato, para que no vea signos de anomia, corrupción, exclusión, transgresión y marginalidad. Es necesario despertar hoy, mañana puede ser tarde.
Corregir creencias erróneas
Implica cambiar la actitud y comparar una verdad con otras para terminar con la actitud negadora o exculpatoria y someter su verosimilitud a experiencias exitosas ¿Que ha permitido el desarrollo de otras naciones, empresas o personas? ¿Cuáles son los catalizadores del proceso? Acercarse a la verdad exige elegir modelos que funcionen.
Probar otra medicina
Se probó de todo, pero se repiten los ciclos de ilusión y desencanto. Es que al anteponer el interés a la verdad se oculta la causa, o que, por vivir aferrado a un pasado de riquezas, se impide reconciliar el presente con el futuro. La mentira lo tergiversa. La verdad lo asume y tiende puentes con el futuro. Con esfuerzo, decencia, mérito, solidaridad y confianza, se puede armar un proyecto que los incluya. Al evitar el error de creer que otros tienen la culpa, la responsabilidad se asume compartida. El lugar de espectador quita la responsabilidad de evaluar el pasado y proveer al presente, aunando esfuerzos para generar armonía y crecimiento. Con buena memoria la historia es la maestra y la fractura con la verdad comienza a cerrarse
No hay nada más práctico que una buena teoría
Para Keynes el modelo debe adaptarse a la realidad y no la realidad al modelo. La buena teoría resulta de experimentar y observar. La ciencia perfecciona el sentido común. Para generar hipótesis las ideas pueden ayudar a observar mejor. Para el científico el conocimiento es su instrumento o su martillo, el vicio es ver siempre un clavo. Hay tres contextos: el de descubrimiento, el de justificación y el de aplicación:
En un accidente el médico ve el daño físico, el psicólogo el mental, el mecánico el material, el abogado el juicio, el policía al culpable, y así podríamos seguir. Para evitar la visión sesgada, la ciencia trabaja en equipo. Una cosa es el azar y otra la buena suerte. La manzana que cayó en la cabeza de Newton mostró cómo de un accidente surge una teoría. El poder inteligente combina destrezas. Einstein dijo que no descubría algo con su hemisferio racional. Para crear usaba el hemisferio derecho que piensa en imágenes. Luego la lógica retomaba el control.
Ciencia normal y revolucionaria
La realidad puede verse desde la teoría dominante (ciencia normal) o con nuevas hipótesis (ciencia revolucionaria). En el siglo XVII un sabio podía abarcar todo el saber de su época. Hoy no, el conocimiento crece en modo exponencial.
Si un científico cree ciegamente en una teoría barre la basura debajo de la alfombra y sus lentes le impiden observar. Paradigmas son teorías que no se cuestionan porque las comparten los que detentan el saber. Si la educación cultiva la disciplina y no la curiosidad, el error se penaliza.
A veces se descubre por azar, Fleming halló la penicilina por accidente en un cultivo.
Serendipidad es el descubrimiento inesperado, fruto del accidente y la sagacidad. Una idea es exitosa cuando le llega su oportunidad. Para Freud la herejía de una época es la ortodoxia de la no es loco hasta que tiene éxito; luego lo llaman genio. La ciencia se conecta con el arte. Si bien la ciencia nos supera con principios universales, el conocimiento lo crean los cerebros, inmersos en una sociedad y en una cultura. Cerebros que no son bien entrenados por la educación actual.
Abducción
Son hipótesis que explican hechos sorprendentes. Una idea intuitiva no se demuestra por deducción ni generalizando casos particulares (inducción). Hay que investigar lo que todavía no se puede explicar. La intuición procede del conocimiento previo. La ciencia crea hipótesis por abducción, la deducción deriva su consecuencia y la inducción la pone a prueba. En la vida creamos ideas para resolver los problemas e innovamos cuestionando la rutina. La ciencia avanza con educación, dijo Pasteur: “el azar sólo favorece a las mentes preparadas”.
De la física a la metafísica. Einstein ilustra su modo irónico y paradojal: «La realidad -sostenía- es la capacidad para engañarnos que tienen nuestros sentidos». Estamos bajo amenaza de más radicalización y entronización de deidades populistas. «Mi ideal político es el democrático -decía-. Todo el mundo debe ser respetado como persona y nadie ser divinizado».
Para el iluso A es la causa de B si al suceder A sucede B. La costumbre hace fallar su feedback con la realidad y convierte su error en hábito. En los asuntos humanos, paradojalmente, el deseo puede ser la causa del efecto ya que motiva la acción que lo provocará. A diferencia de lo que pasa en la naturaleza la intención de alcanzar la meta puede crear tanto el bien como el mal. Cuando se elige el mal y no el bien el problema es transformarse en el enemigo de sí mismo. Para evitarlo los pensamientos, las emociones, los razonamientos y las acciones deben alinearse entre la duda que genera el pesimismo y el entusiasmo que genera la ilusión. Como dijo Gramsi: «Soy pesimista debido a mi inteligencia, pero optimista debido a mi voluntad».
Por eso hay que ser pesimista en el pensamiento, pero optimista en la acción.Dos maneras de pensar. Para el hemisferio izquierdo existe la dicotomía. Es un procesador en serie: piensa lineal y metódicamente, analiza detalles, ordena y organiza. Asocia lo que registra y lo proyecta hacia el futuro. Desarrolla el monologo interior. Esa voz que dice: Yo soy. Piensa en palabras, genera conceptos, procesa un dato cada vez y es racional. El derecho funciona en paralelo con varios datos que recibe simultáneamente. Piensa en imágenes, es emocional y fabrica las ideas. Los hemisferios se conectan por el cuerpo calloso pero lo que no se usa se pierde. Por eso Pascal dijo que: el corazón tiene razones que la razón no entiende.
La neuroplasticidad es la capacidad del sistema nervioso para integrar neuronas en redes [la plasticidad es la base del cambio psicológico]. Ni tus peores enemigos pueden hacerte tanto daño como tus propios pensamientos. Es que el mismo hecho de pensar es un peligro.
Enemigos sociales
La inteligencia social es el capital intangible más importante ya que representa el valor de todas las relaciones, el capital social. El ideal del trabajo en equipo y de solidaridad choca con la conflictividad humana. El lazo social puede cortarse por el hilo más delgado. La conducta depende de la percepción, la ventana por la que incorpora el mundo.
Y si basura entra, basura se guarda y basura sale. Percibir en piloto automático evita ser invadido, pero se pierde información. Con la bipedestación, la mano reemplazó a la boca, el cerebro se desarrolló, nacieron el alfabeto y el pensamiento y se perdió agudeza sensorial, clave de la inteligencia social. Los conceptos abstraen lo general, con ellos se filtra y se interpreta. Lo vi con mis propios ojos es una visión peligrosa ya que los ojos tienen cristales deformadores.
Pensar no puede certificar la percepción
El pensamiento es promotor de los errores. El pensador no puede superar la calidad de sus creencias, ni cambiar los contenidos de su memoria. Además, las emociones son una guía poderosa pero imprecisa y primitiva. Apelar a la racionalidad no puede ocultar la importancia del sentimiento, cuya interacción con el pensamiento genera intenciones que llevan a la acción. Para evitar que las emociones sean enemigas de uno mismo hay que hacer inteligente la pasión. Para desarrollar el poder capaz de las acciones productivas, al querer hay que sumarle la eficacia. Identificar el querer es primordial, porque quien no sabe a qué puerto desea arribar no consigue vientos favorables.
Hay que dudar de la inteligencia social sabiendo que uno interpreta a favor de sí mismo, condicionado por emociones, por creencias, valores, impulsos formados en una sociedad competitiva que lleva al autoritarismo. Una memoria bien estructurada evita repetir errores. Hay que conocer los límites, no negociar con arrogancia y actuar con responsabilidad.
Somos libres para decidir
Pero los mejores resultados surgen cuando inteligencia social dirige la red de interacciones entre actos propios y ajenos. Como en el ajedrez somos piezas del tablero social en interacción con otras piezas y con las reglas del juego. Un peón puede ganar una partida y una neurona vale más si está bien conectada.
El principio base de la inteligencia social es que solo no se puede. Dijo John Donne “cada hombre es un pedazo del continente, una parte de la tierra. La muerte de cualquiera me disminuye porque estoy ligado a la humanidad, por eso nunca preguntes por quién doblan las campanas, las campanas doblan por ti»
La tendencia a ver y juzgar a los demás desde una perspectiva egocéntrica, y a engañarse separando lo que se dice de lo que se hace, promueve reacciones contradictorias con los principios que se enuncian. Como integramos grupos cuyo éxito será también el nuestro, aprendamos de los errores para que sean las guías del aprendizaje social. Seamos creadores de equipos de alta productividad. El test de la excelencia consiste en estudiar los grupos humanos en los que intervenimos según sus producciones sociales en familia, amistades, trabajos y relaciones. La realidad exterior existe, pero lo valioso es como cada uno pueda construirla interiormente, para recrear un mundo amigable en el que todos podamos convivir.