¿Qué sería de Pixar si tuviese el mal hábito de recurrir a la repetición de fórmulas? Con seguridad, no serían ellos. Pixar es lo que es porque usa la creatividad, porque no teme experimentar con nuevas ideas y recorrer nuevos caminos.
Ed Catmull, presidente de Pixar, escribió un increíble libro llamado «Creativity, Inc.». A través de 398 páginas, Catmull nos cuenta lo aprendido en Pixar y entrega diferentes y útiles lecciones para estimular la creatividad que pueden ser llevadas a cabo por cualquier persona con ganas de desarrollar sus habilidades creativas.
Aquí les comparto nueve consejos, de los muchas sugerencias de Ed Catmull, para potenciar tu actitud creativa.
1. Toma buena nota
En Pixar, cualquiera puede dar notas –sugerencias– y todos los empleados están invitados a las proyecciones en etapas muy tempranas, incluso antes que la historia de la película esté con concluida. Los directores no tienen que usar las notas -son meras sugerencias-, pero en conjunto, crean una aprobación general, independientemente de si son o no parte del proyecto, y también ayudan a aportar ideas de manera colectiva para resolver problemas difíciles.
2. Es la historia, no la taquilla
Dice Catmull que la clave del éxito de Pixar no es construir una tecnología de animación sofisticada, sino contar una historia maravillosa que la tecnología pueda mejorar. El objetivo no es crear un éxito de taquilla, sino crear algo que los empleados sientan que es lo mejor que pueden hacer.
3. Las buenas personas hacen triunfar a las buenas ideas
¿Qué es más valioso, las buenas ideas o la gente buena? Catmull descubre, cuando hace esta pregunta, que las opiniones están divididas a la mitad. Trabajando en Pixar, él comprobó que las buenas personas son mucho más importantes. «Si le das una buena idea a un equipo mediocre, va a meter la pata. Si le das una idea mediocre a un equipo brillante, la van a arreglar o la tirarán a la basura y crearán algo mejor».
4. El equilibrio da frutos
Pixar admite permisos especiales para los padres de familia, años sabáticos y diversión –son conocidas las oficinas decoradas a gusto de cada trabajador–, y sus empleados se quedan en la empresa y dan todo por cada proyecto. El equilibrio sí importa.
5. Descubre lo oculto
Los líderes se pierden de mucho. En parte porque están ocupados, en parte porque no son conscientes de sí mismos o se vuelven vulnerables a la arrogancia. Pero sobre todo, dice Catmull, porque cada uno tiene puntos ciegos, y estos se agravan cuando las personas llegan a posiciones de poder y no se sienten capaces de ser honestas por temor a que eso pueda afectar su propia trayectoria profesional. ¿Cómo evitar esto como líder? No se puede, dice. Pero al menos puedes estar consciente de que hay muchas cosas que desconoces, y que no estás recibiendo toda la información que crees. “El mejor enfoque”, dice, “es aceptar que no podemos entender todas las facetas de un entorno complejo y, en vez de eso, enfocarnos en las técnicas para hacer frente a la combinación de diferentes puntos de vista”. En otras palabras, saber que no se puede saber todo. Y estar bien con ello.
6. Fracasar no es un mal necesario
¡Ni siquiera es un mal! Mucho se ha hablado de que el fracaso es como esa medicina que nos obligaban a tomar cuando chicos. Es asqueroso, pero hace bien. Desde su experiencia en Pixar, Catmull asegura que el fracaso es algo saludable porque es una consecuencia natural de la innovación. Lo que sí es un mal en ojos de Catmull, es preferir el camino más seguro antes de arriesgarse a fracasar. Eso es justamente lo que evita hacer Pixar en cada historia.
7. Los inicios siempre son horribles
Catmull enfatiza que las grandes historias tienen una horrible e incómoda infancia, y es en esos momentos difíciles donde hay que cuidarlas y probarlas, porque solo así madurarán y se convertirán en las historias que nos maravillan. La creatividad no es una idea, es un proceso. A tal fin, Catmull expresa: «cuando comenzamos a armar una historia, ¡ésta es una mierda!». Es fácil engañarnos con la grandiosidad de las ideas terminadas, porque ocultan lo más importante, el largo proceso que las formó.
8. Comparte pronto tu trabajo pronto
En el libro, Catmull señala que buena parte del éxito de Pixar es atribuible a los denominados braintrusts. Esto es, encuentros donde personal de la empresa –y hasta a veces ajeno a Pixar– vinculado a un proyecto o película rebota ideas, opina y escucha sobre el discurrir de un trabajo. Si bien esto no parece nuevo, Catmull asegura que la clave está en el momento y frecuencia en que se establecen los feedbacks. Si se hace tarde y esporádicamente la idea se estancará; en cambios, si el braintrust se lleva a cabo en etapas iniciales de un proyecto y con mucha frecuencia, la idea germinará y crecerá fuerte y enriquecida. La lección de Pixar es: si tienes una idea ¡no te la guardes! Compártela pronto y hazla crecer con el feedback que te dan ¡Crea, revisa y aprende!
9. Cambiar de opinión es una virtud
Según Catmull, Steve Jobs, quien fue dueño de Pixar, era una persona intimidante, pero que no dudaba en cambiar de opinión a la luz de nueva información, incluso abandonando ideas que en algún momento pensó que eran brillantes. Agrega, Catmull: «personalmente, creo que la persona que no cambia de opinión es peligrosa».
En Pixar inventaron un término, el plusing y lo definen como la sucesión constante de mejoras. Aportar valor agregado a cada proyecto, a cada idea, con el fin de seguir siempre sumando. Interesante como meta, ¿no?
Que una película comience con una lámpara juguetona es sinónimo de sorpresa, innovación y garantía de una buena historia. De esas que nos gusta contarle a los demás.