Una de las preocupaciones más importantes de los clientes que hacen consultoría/coaching por Skype se sintetiza en una pregunta: ¿cómo comprender a la gente para liderar con efectividad? (además de creatividad)
Personalmente me gusta utilizar la frase de un reconocido psicólogo infantil, pero adaptada a mis pensamientos: «Todas las personas se parecen a todas la personas. Todas las personas se parecen a algunas personas. Todas las personas se parecen a ninguna persona».
Nunca encontré una definición que contenga y enmarque mejor al ser humano en sus equivalencias y en su individualidad.
Es que, queremos ser como todos, queremos ser como algunos, queremos ser como nadie queriendo ser como nosotros mismos.
La habilidad radica en encontrar el cuándo, cómo, dónde, por qué y para qué de cada uno. En algunos momentos puedes encontrarte como la masa más indiferenciada y sentir felicidad en ello. Al instante puedes estar reclamando tu individualidad más original. La contradicción es solo aparente. Debemos reconocer que los seres humanos funcionamos en aparente concordancia estructural, en permanente ambigüedad actitudinal.
Entender los momentos y las necesidades de pertenencia casi indiferenciada, de sutiles concordancias y de extrema individualidad requiere sensibilidad. Para ver lo visible pero también las entrelíneas. Para escuchar las necesidades racionales pero adivinar las que provienen del inconsciente. Para entender lo discursivo pero decodificando, lo gestual.
Así es menester desarrollar una «Creatividad para la pertenencia» en concordancia con una «Creatividad para la individualidad».
Permitirles/permitirnos ser «masa». Ser pequeño grupo. Ser yo mismo. En el desarrollo máximo de las potencialidades individuales construimos los equipos más capaces. En la formación de pequeños grupos, de gustos y afinidades compartidas, encontramos un espacio de sincronía en el deseo. En la «masa» encontramos la distensión a la individualidad, el relax de nuestro «yo» y la válvula de escape que nos permite volver a reencontrarnos a nosotros mismos con nuevo equilibrio.
Hay individuos donde su genialidad los oprime. Son tan distintos que están condenados a no poder vivir momentos de sana vulgaridad.
Hay individuos donde su medianía los aflige. Aún no encontraron su escondido talento. Son tan iguales que en esa igualdad infieren inferioridad.
La sabiduría consiste en distinguirlos. El arte en satisfacerlos.
Comprendiendo los «tres momentos» ajustaremos la creatividad, innovaremos subvirtiendo el orden producto-persona (tan en boga en la era de la innovación continua y la canibalización atroz) y desarrollaremos un marketing más real, más ajustado y respondiendo a intereses genuinos.
Seremos más líderes que jefes. Más musa que memorando. Más inspiración que obligación.
¿Algunas herramientas? un poco de psicología (de libro y de calle), otro de filosofía, más un poco de apertura ideológica, otro de sensibilidad espiritual y bastante de sentido común.
No distanciemos la práctica de la teoría. Energía para un camino sin norte y sin brújula.
No alejemos la teoría de la práctica. Abdicaremos en artificiosas intelectualidades.
• Prof. Germán Castaños. Creativo. Consultor en creatividad. www.ideavip.com.ar.
Para diseño creativo de productos o servicios, acciones de marketing, publicidad, disertaciones, talleres o desarrollo del potencial de creatividad individualizada: [email protected]