Cerebro derecho-Cerebro izquierdo

Los hemisferios cerebrales fueron descubiertos por Roger Sperry, quien gracias a sus investigaciones reveladoras recibió el premio Nobel de medicina. Este logro en sí mismo ya demuestra la importancia que iba a tener este descubrimiento en la comprensión de los diversos y complejos procesos mentales que operan en el encéfalo.

Hoy nos vamos a dedicar a ampliar y profundizar en la fisiología y funcionalidad de ambos cerebros a fin de comprender cómo ellos ayudan, estorban o cooperan (según el caso) en los procesos creativos.

Las características anatómicas y fisiológicas del cerebro izquierdo guardan una clara relación con la funcionalidad de pensamiento que aporta esta mitad encefálica. Sus recorridos neuronales son relativamente cortos. Así, este cerebro se caracteriza por ser analítico, calculador, detallista, muy lógico, racional y secuencial.

A su vez los recorridos neuronales del cerebro derecho son más largos, permitiendo realizar conexiones con áreas más alejadas permitiendo la opción de generar oportunidades y conceptos más disparatados que su colega, el cerebro izquierdo. Es el cerebro del amor (¡Sí!, el amor pasa por el cerebro…por el cerebro que no mide, no calcula), los sentimientos, la imaginación; es el cerebro soñador. Es holístico por lo cual es esperable de él los procesos de síntesis y conceptualizaciones integradoras. Es el cerebro del mundo interior.

A esta altura del artículo ninguno de ustedes, lectores emprendedores, debe tener duda alguna acerca de cual es el cerebro de la creatividad.
Muy bien, ¡acertaron!…el cerebro de la creatividad es la porción que corresponde a la mitad derecha del encéfalo.

Pero cuidado, de ninguna manera debemos despreciar las cualidades que aporta el hemisferio izquierdo. Ya que permanentemente los hemisferios se retroalimentan, tomando información uno del otro, y viceversa, a través del cuerpo calloso del cerebro, eficaz puente comunicativo, es verdaderamente significativo tener siempre activados los dos cerebros.

Así la más hermosa de las eventuales creaciones del cerebro derecho necesita (especialmente en el mundo de los negocios) minimamente de las cualidades del izquierdo para poder llegar a una implementación exitosa. Sin un análisis izquierdo probablemente nos destaquemos por la implementación de una idea genial pero desperdiciada por una inadecuada implementación; así el más eficaz de los planificadores y el más racional de los ideólogos necesita que la chispa (la suya o prestada) del cerebro derecho (especialmente en el mundo de los negocios -bis-) dispare ideas que superen la media y aporten valor diferenciable. Sin verdadera creatividad probablemente nos destaquemos por la implementación exitosa de un concepto mediocre.

Queda de manera evidente expuesto que estos conceptos son fundamentales para diseñar productos y servicios exitosos, para establecer claras políticas de comunicación en función del público al que se pretenda acceder y más. ¿Más? Si claro, cuando necesitamos convencer a un cliente (real o potencial) no está demás conocer si es, básicamente cerebro izquierdo o derecho. En caso que sus características operen más por la racionalidad apelando a argumentos lógicos, lógicos matemáticos (cifras, estadísticas, proyecciones, etc) es por donde podremos entrar mejor en el proceso de convencimiento.

Por otra parte, si logramos identificarlo como cerebro derecho, nuestra comunicación deberá apuntar a despertar sentimientos y emociones. Invitarlo a soñar, a ser parte de algo importante.