Uno de los grandes desafíos del mundo actual es aprender a organizar el tiempo. El día pasa volando, y existe la sensación de que la vertiginosidad de hoy no nos permite disfrutar de la vida en sus aspectos esenciales. La clave fundamental para poder gestionar mejor el uso del tiempo es aprender a organizar la jornada laboral.
Muchas personas consideran que solamente con llevar una agenda al día es suficiente; y, sin embargo, están inmersos en multitud de tareas superpuestas, en las que el cuerpo, el cerebro y el espíritu no sabe por dónde empezar.
De allí que es esencial priorizar entre lo urgente y lo importante, tener rutinas de productividad y aprender a generar mejoras permanentemente, ya que, de esta forma, lograrás adquirir la destreza de gestionar decenas de flujos de trabajo, no procrastinar y disminuirás notablemente tu cansancio, abatimiento y el desgaste excesivo en tu energía.
Seis pasos para una buena rutina productiva en el trabajo
Para ayudarte a lograr una buena organización laboral diaria, es importante seguir esta secuencia. Lo hago desde hace treinta años y sé que funciona.
1. Definir tus objetivos al comenzar el día
2. Empezar por lo más difícil
3. Programar las tareas
4. Mantener sólo reuniones indispensables y bien organizadas
5. Administrar correctamente el flujo de trabajo
Otro punto débil de las personas que no saben organizar su trabajo es que por lo general asumen tareas sin consultar el propósito de ellas, o bien, en qué orden de prioridad hay que colocarlas. En los últimos años se observa una tendencia en las empresas a que se agotan más rápido los mejores empleados, ya que son ellos los que suelen estar abrumados de tareas que los más flojos no hacen por distintos motivos. El aprender a priorizar entre urgente, importante, qué se puede delegar y qué dejar de lado por el momento es esencial para administrar el flujo.
6. Dedicarse momentos personales cada día
Tan importante como cumplir en el trabajo, es dedicarse tiempo personal, hacer pausas y encontrar sentido en lo que estás haciendo. Muchas veces en la velocidad de lo laboral te postergas y dejas de lado la parte humana, esencial para que sigas viviendo lo que haces con pasión y energía. Dentro de tu agenda o sistema de organización coloca las pausas y también las actividades personales impostergables: hazlas importantes. En el trabajo es fundamental que hagas pausas: lo recomendable es una cada hora y media; que estires tu cuerpo; que aprendas a respirar con diversas técnicas o practicar meditación y mindfulness para cargar las pilas; y que establezcas lo más claramente posible tus horarios laborales. Recuerda que tienes una vida personal que es la que le da sentido a tu existencia: no la postergues.
Si lo practicas lo suficiente, adquirirás la maestría en organización de tu tiempo, y así, descubrirás cómo haces espacio para conectarte con tu vida personal por más que tengas una agenda siempre al límite.