Es sabido que el mercado de trabajo presenta cada vez más obstáculos a las personas que ocupan la franja etaria de 50 años en adelante. Si bien las empresas valoran la experiencia la mayoría prefiere a los más jóvenes porque ven en ellos mayores perspectivas de crecimiento, mejor adaptación a los cambios y a las nuevas tecnologías.
Este es un tema sensible y que inquieta. Tanto inquieta, que en los últimos años fueron surgiendo organizaciones civiles para tratar de dar respuestas desde distintos ángulos. Por ejemplo: Asociación 50 a 60. Actitud 50. Diagonal +45. Tienen talleres de capacitación técnica y además, abordan cuestiones emocionales y subjetivas que normalmente conllevan el desempleo.
Se han creado bolsas de trabajo en Internet para mayores de 50 años.
Existe un Proyecto de ley para fomentar el empleo de adultos mayores, que promueve la creación de un régimen especial de empleo con ventajas impositivas para las empresas contratantes.
Otra buena noticia es que en los últimos años el límite se fue corriendo. Antes la pauta era “no mayores de 30/35 años”. En todo caso ahora hablamos de “no mayores de 50 años..”
El tema se está trabajando pero también es cierto que en estos momentos se está atravesando una situación de empleo difícil: la industria en general se desaceleró, algunas ramas de actividad entraron en recesión. Con lo cual el panorama está complicado para todas las franjas etarias.
De todos modos, teniendo en cuenta el panorama actual y sabiendo que no todas las situaciones son iguales en cuanto a formación, experiencia, actitud, dinámica, etc , es decir, no hay “una receta” igual para todos, de todas formas podemos mencionar algunos puntos a tener en cuenta cuando se está desempleado y con más de 50 años.
– Adoptar una actitud jovial. Esto quiere decir enfrentar el hecho de tener 50 años como un desafío que incentive y no que debilite las posibilidades laborales.
– Tener una actitud positiva frente a la búsqueda. Saber que el proceso llevará su tiempo. No caer en la depresión ni en el desánimo. Entender que se requiere constancia, planificación, tiempo dedicado y paciencia.
– Tomar lo que empieza a los 50 años como un Start Up. Comienza un nuevo ciclo laboral que por lo menos tiene 15 años de duración. No se trata en absoluto del tramo final más si se toma en cuenta la esperanza de vida actual promedio.
– Análisis y ajuste al entorno macrolaboral. Es decir, investigar cual es el expertise técnico-profesional que el entorno macroeconómico, laboral y político actual demanda. De esa manera, la edad pasa a ser una fortaleza porque requiere de conocimientos específicos que las nuevas generaciones aún no han vivido o han llegado a manejar: las turbulencias e la economía, inflación, inestabilidad política, relación empresa –sindicato (juegos de poder político), etc.
– Poseer confianza en sí mismo y ser optimista. Esto se transmite en la entrevista. Poder conjugar en la misma los aportes que desde esa edad se pueden hacer y que tienen que ver con el aplomo, la madurez emocional, la predisposición, la experiencia de vida, el compromiso, la entrega, la transferencia de know how
– Pensar amplio, tener apertura mental. Tener Apertura Mental. Estar abierto a cambios. Quiere decir, no limitarse a verse en el mismo puesto de trabajo que se tenía. Pensar como posibilidad la refocalización laboral que puede incluir: un traslado, trabajo desde el hogar, un micro emprendimiento, trabajos temporarios o por proyectos, trabajos con una remuneración inferior a la que se venía percibiendo.
– Familiarizarse con la tecnología. Después de la preparación mental viene la etapa de planificación y luego de acción que pueden servir para los desempleados de todas las edades:
– Trabajar en buscar trabajo. Hacer de la búsqueda de empleo su trabajo habitual.. Esto implica fijarse objetivos diarios/semanales/mensuales. Cumplirlos, corregir desvíos. Por ejemplo, lograr una determinada cantidad de entrevistas o contactos semanales.
– Elaborar un buen CV. Que sea atractivo para quien lo esté leyendo y que lo lleve a convocar al postulante.
– No mentir ni en el CV ni en la entrevista.
– Elaborar una red de contactos.
– Utilizar las redes sociales.
– Buscar referencias, noticias sobre búsquedas. bucear en los portales de búsquedas, en bolsas de trabajo para detectar oportunidades. Acercarse a asociaciones civiles que trabajen para la reinserción laboral.
– Actualizar los conocimientos.
– Prepararse previamente para las entrevistas. Ejemplo, si se trata de una empresa investigar por internet acerca de ella para demostrar interés y para enriquecer el intercambio durante la entrevista.
Algunos tips para planificar una entrevista positiva:
– No anclarse exclusivamente en anécdotas del pasado. Alguna se puede contar pero tiene que ser oportuna y medida, que sirva para enriquecer, pero no como si fuera magistral.
– Tener presente la diferencia generacional con el entrevistador, (si existiese) para manejarse con un lenguaje e historia similar.
– Resaltar la capacitación que signifique actualización de conocimientos y de competencias de gestión.
– Hacer una lectura realista de la demanda. No servimos para todo. Con lo cual, no responder a todos los avisos ni dejar de presentarse por miedo a ser rechazado. Es decir, ser asertivo.
Silvia Rodil, Directora de Ghidini Rodil