Los talleres y conferencias motivacionales en las empresas trabajan en forma intrínseca y extrínseca y sirven para recuperar la motivación en el equipo de trabajo.
En empresas y organizaciones de todo tipo y tamaño cada vez se escucha con más frecuencia la queja acerca de la falta de motivación de los colaboradores.
Sucede que en estos tiempos veloces, líquidos y donde se focaliza mucho en los resultados, se pierde de vista el valor más importante de la esencia de cada trabajador: la actitud.
La actitud con que se encaran las tareas varía de acuerdo con el momento, situaciones laborales y también personales, y es por esto que, en un equipo, se necesita trabajar especialmente el aspecto de la motivación.
Partiendo de la base que hay dos formas de estimular a los demás para lograr ciertos objetivos -íntrínseca y extrínseca-, los talleres y conferencias motivacionales vienen a trabajar en ambos niveles para explorar, entre otros aspectos:
- El mundo de cada colaborador
- Unificar conceptos
- Conectar voluntades en pos de un resultado común
- Invitar a la reflexión y al aprendizaje en forma dinámica y entretenida
- Hacer profundos insights que cada persona llevará, luego, a su vida profesional y personal.
La actitud, el eje motivacional por excelencia
La forma de proceder y comprometerse de cada ser humano se define por su actitud. Por ejemplo, para sortear dificultades y resolver problemas, cada persona actuará de manera diferente.
En el mundo laboral sucede lo mismo: las organizaciones necesitan estimular la capacidad de generar mayor cantidad de soluciones, para minimizar la brecha de problemas.
Cómo escoger el formato motivacional adecuado
Cuando una empresa entrega la responsabilidad motivacional a un líder, piensa que podrá desentenderse de todas las situaciones cotidianas. Aunque cueste reconocerlo, los problemas no tardarán en aparecer y hasta hacerse recurrentes.
El líder puede tener un fuerte espíritu motivador, y transmitirlo eficazmente a su equipo. Sin embargo, en cierto sentido es un par, trabaja junto a ellos cotidianamente, y es por eso que a veces la figura interna no alcanza.
Al decidir realizar talleres y conferencias motivacionales, las organizaciones encontrarán una variedad de recursos. Es necesario definir la estrategia de antemano con el equipo de la empresa, generalmente el CEO y el área de capital humano.
Lo primero es dar con un capacitador profesional experto en motivación. No es lo mismo ser un coach ontológico, conductual o sistémico, que tener experiencia para abordar este aspecto sensible de la emocionalidad humana.
Del mismo modo, muchas empresas contratan a una celebridad destacada en algún campo para que transmita su experiencia; y esperan que sólo con eso todo su equipo salga entusiasmado y a “comerse el mercado”. Las personas no funcionamos así. Se requiere algo más, una metodología, un ritmo y una secuencia específica para alcanzar ciertos resultados.
Luego, el día a día determinará la eficacia de la herramienta.
5 beneficios de hacer talleres y conferencias motivacionales
La primera distinción es el formato: no es lo mismo un taller vivencial, donde los participantes son invitados a experimentar y practicar herramientas diseñadas específicamente para obtener un resultado, que una conferencia donde un motivador despliega su arte y conocimientos para movilizar al público.
Los hay de distinta duración, estructura, en un salón, en un teatro o al aire libre. El formato y la duración dependen del resultado que se busca lograr.
En cuanto a los beneficios, cuando se contrata a un experto en motivación profesional:
1. Las personas van perdiendo el miedo a experimentar. Una clave es que el motivador sepa despertar el deseo de cambio y transformación hacia algo mejor, innato en todas las personas.
2. Generan engagement (compromiso) entre los participantes. A través de determinadas metodologías, se puede llegar a afianzar el voto de responsabilidad y compromiso que asume el equipo.
3. Desarrollan la autoconfianza. El diseño de un taller o una conferencia tiene una metodología específica; no basta con pararse y hablar frente al público. Se requiere estrategia, preparación y contexto.
4. Permiten compartir experiencias disruptivas. Paulatinamente las personas se abren a nuevo tipo de conversaciones entre ellos; reflexiones, compartir, visualizar escenarios alternativos, son parte de las herramientas.
5. Abren espacio para el error. El miedo de las empresas es cómo evitar las equivocaciones; en los espacios de taller o durante conferencias motivacionales, esto se resignifica para que las personas aprendan de los errores. Forma parte del proceso, y es bienvenido.
Para concluir, el implementar talleres, workshops, intervenciones de contenido motivacional en seminarios internos, y conferencias estructuradas como tales, aporta un aire renovado a las capacitaciones, que por lo general se basan en temas formales. Entonces, son una herramienta esencial para dar marco, brillo y recordación; aunar voluntades y proyectar escenarios de futuro a partir del presente en forma tangible y práctica.