Muchas personas suelen observar a la disciplina del coaching ejercido en forma profesional como un sustituto de cualquiera de las variantes de la psicoterapia. Es importante señalar que no lo son. Y, es más: funcionan muy bien en forma combinada.
Para la ICF (International Coach Federation), una de las certificadoras mundiales de coaching, es sumamente importante que el profesional a cargo destaque que este proceso no es psicoterapéutico; ni pretende serlo.
Teniendo en cuenta las definiciones fundacionales de las corrientes de la psicología, la psicoterapia ―palabra que se compone de «psicología» (ciencia social que estudia los pensamientos, las emociones y el comportamiento humano) y «terapia» (forma de intervención social que busca la mejora de la salud del paciente, cliente o consultante que la solicita)― es el nombre que se utiliza para referirse al proceso terapéutico que se produce entre un psiquiatra o un psicólogo con una formación en psicología clínica y una persona que acude a consultarlo que se da con el propósito de una mejora en la calidad de vida en este último, a través de un cambio en su conducta, actitudes, pensamientos o afectos.
Como sabemos, existen muy diversos marcos teóricos desde donde se puede desarrollar una psicoterapia exitosa, es decir, que lleve a un cambio positivo y duradero en la calidad de vida de quien solicita esta atención.
Cada uno de estos marcos teóricos proviene de alguna escuela de psicología, que son las grandes escuelas de pensamiento e investigación básica a partir de las cuales se desarrollan una amplia variedad de enfoques terapéuticos basadas en los principios y pilares filosófico/científicos sobre los cuales se apoyan.
Así, es conveniente resaltar las diferencias, a partir del conocimiento profundo de qué es el coaching y qué se puede esperar de este proceso:
1. El coaching toma el momento presente del cliente y lo proyecta al futuro deseado
Desde el aquí y ahora, con la mirada puesta en esa ‘foto’ de lo que quiere lograr, el camino se hace entretenido, fluido y consciente.
2. El coach es un entrenador
Su formación profesional, habilidades y trayectoria, le permitirán acompañar en forma gradual para que el consultante atraviese los cambios vitales en sentido positivo que le permitan alcanzar lo que anhela.
3. No se abordan problemas patológicos
Si bien pueden aparecer en la consulta de coaching como referencias del historial de vida, traumas, patologías, desordenes emocionales y de conducta, adicciones y actitudes que atentan contra la vida, son territorio exclusivo de la psicoterapia. Entonces, lo conveniente es consultar de inmediato con un psicoterapeuta para poder encuadrarlo y trabajarlo de manera más asertiva.
4. El coaching potencia lo mejor del ser humano
Fortalece lo que ya está presente; y transforma en un proceso paulatino todo lo que puede reformularse en función de los objetivos planteados al inicio del ciclo de encuentros. El coach no evalúa al cliente: trabajan juntos y acompaña para lograr su mejor versión, de acuerdo a las metas consensuadas en el proceso de coaching.
5. En el coaching suele plantearse un periodo inicial de trabajo
En la psicoterapia, por lo general, ese límite es difuso: no suele tener un límite preciso en el comienzo.
6. El abordaje puede ir cambiando según el curso del coaching
El coach puede abordar el trabajo en forma individual o grupal, aplicar dinámicas, formas de abordaje, pensamiento lateral, inteligencia emocional, permitirse el juego y el disfrute durante el proceso, que no se enfocará en los aspectos dolorosos del cliente, sino en aquellos que, convenientemente encauzados, lo llevarán hacia su estado deseado.
7. El coaching produce resultados tangibles rápidamente, sin que esto signifique una falta de profundidad o liviandad
No se racionaliza en exceso el encuadre del consultante, sino que se lo pasa a la acción y se lo ancla en la experiencia concreta que esté dispuesto a llevar adelante.
8. El resultado es una mayor toma de consciencia
Es inevitable, y no hay vuelta atrás: es una evolución trascendente, que no queda en la revisión de patrones negativos de conducta o aspectos limitantes, sino que es pro-positivo, en tanto propone en forma positiva que el cliente descubra cursos de acción y cambios que, sostenidos en el tiempo, producen un gran impacto.
9. El coaching se asimila de manera excelente dentro de las empresas y organizaciones
Productividad, trabajo en equipo, dinámicas de interacción, manejo del negocio, objetivos, estrategias de crecimiento, comunicación, evaluaciones y mejoras, son parte de los abordajes que un coach lidera junto a las empresas.
10. El tema del manejo de situaciones emocionales
Si bien en el coaching pueden aparecer momentos donde las emociones toman el control, es responsabilidad conjunta del cliente y el coach la toma de decisiones al respecto; incluyendo la complementación con psicoterapia.
11. Modelos mentales desde las neurociencias
El neurocoaching 4D (cerebro, mente, cuerpo, entorno) desarrollado desde hace una década por Marita Abraham y que se ofrece alrededor del mundo (fundacionmass.org) ofrece, por caso, lo más evolucionado en el coaching actual: la interacción de lo neuro con lo tradicional del coaching.
Esta convivencia establece un lazo muy positivo con los clientes, por cuanto les facilita el proceso de entender, procesar y transformar la información que se trabaja en cada encuentro; y no quedarse sólo en el típico modelo de ‘conversaciones de coaching’ propuesto por las escuelas originarias de la disciplina.
Es un ejercicio activo, saludable, dinámico, transversal y profundo; con una raíz de conocimiento, descubrimiento y potenciamiento de cada persona y organización, que, definitivamente, lo coloca en poco tiempo en otro escalón. Un escalón de aprendizaje de avanzada, desde donde -en esa perspectiva mucho más elevada- se produce una transformación esencial que promueve el resultado tangible.
12. Lo tangible, lo concreto, son dos características fundamentales del coaching
No hay tantas metáforas ni interpretaciones. Hay acciones que producen resultados. Incluso lo no dicho, lo que subyace, adquiere relevancia, y se expresa a su manera. Todo el material se combina en el encuentro del coaching con la experiencia de vida que quiere lograr el cliente.
13. Procesos cortos
Por lo general, la disciplina del coaching y el neurocoaching 4D propone períodos concretos con objetivos mensurables y medibles. De allí que sea sumamente apreciada por la gran mayoría de las empresas a nivel mundial, así como líderes de todos los sectores (desde políticos hasta influyentes personalidades de todos los ámbitos; empresarios, emprendedores, instituciones completas y agentes de cambio; educadores y decisores).
14. Intervenciones puntuales
Con sus dinámicas, el coach puede reforzar la tarea mediante acciones específicas sobre temas en particular. Es notable cómo en muy poco tiempo (a veces, sólo horas) se produce un click de consciencia de los clientes y equipos, y desde allí, se consolida el camino de la transformación humana, basado en motivar, estimular y desarrollar su propio potencial.
15. Se evalúa el resultado en cada encuentro
Es muy frecuente utilizar ciertas dinámicas en los encuentros con el coach, donde medimos con el cliente el resultado antes y después de cada día; algo sumamente útil y provechoso para tangibilizar el avance y las oportunidades de mejora.
Como siempre, ante cualquier duda, consulte con un coach profesional experimentado -se sugiere que tenga un mínimo de cinco años de actividad y testimonios de casos exitosos-, y, por supuesto, con su psicoterapeuta de confianza.