Al nacer iniciaste la carrera de la vida: puede ser apasionante, rutinaria o una pesadilla según el lugar dónde naciste. El contexto influye en el desarrollo del talento que trajiste al nacer. Hay dos formas de tener talento: desarrollar el que uno tiene o incorporar gente talentosa a su vida.
Tener talento es poder hacer cosas fuera de lo normal. El talentoso cambia de empleo porque busca proyectos interesantes. Es mejor detectarlos por sus obras que analizando su CV. Es el que supera a los demás aunque transgreda algunas normas. Para atraerlo la propuesta debe ser atractiva.
El talento no es universal, lo hay creativo, analítico, ejecutivo y social. La competencia de un equipo surge de la diversidad. Un talentoso provoca un efecto explosivo: se multiplica por todos los demás. El talentoso se mueve. El que está aquí quiere irse y el de fuera desea venir.
Talento de líder. El buen líder es un asesor de carrera, un catalizador del talento que ayuda a elegir, fijar expectativas, sostener la motivación, lograr el crecimiento. Debe ser modelo, motivador, mentor y multiplicador ¿Cómo? Cerrando la brecha de valores entre lo que piensa, dice, demuestra y hace. Mientras que el orientador vocacional ayuda a descubrir el talento, el asesor de carrera enseña qué y cómo hacer para concretarlo. Vivimos en una sociedad donde muchos se alejan de su talento, sólo por la necesidad de sobrevivir. El contrato emocional es sentir la corresponsabilidad con el futuro del asesorado. El talento implica: capacidad (poder), compromiso (querer) y acción (actuar). No se trata de administrarlo sino de gestionarlo, de colocar al individuo en el centro y gestionar por procesos hacia los resultados, alineando su foco de atención y su conducta con la asignación de importancia. Según la ley 80/20 de Parteo, un 20% de los factores produce el 80% de los resultados.
Los pilares del talento. El asesor de carrera trata que la persona se conozca a sí y a los demás, se gestione a sí misma y a sus relaciones, se motive y progrese. Le enseña que un talentoso debe saber relacionarse con individuos más talentosos que él. Muchos no advierten su talento, a veces está ahí y es inocultable. Aparece en un solo de guitarra, en un párrafo de un escritor, en la jugada perfecta de un deportista. Otras veces sorprende en personas comunes, en una niña bailando, en un amigo que canta, en alguien que cocina a las mil maravillas. Y nos conmociona como cuando vemos a un músico que moviliza multitudes. Algunos son elegidos, otros son personas comunes que se animaron a expresar su pasión. Hay quienes lo poseen y lo ejercen, otros luchan para acercarse a él. Hay que ayudarlos a que dejen salir eso que tienen dentro.
El contexto. Enseñar habilidades de pensamiento permite transferir el saber a la vida cotidiana. Es una herramienta que activa un pensamiento de orden superior que orienta hacia lo significativo y competencial. Permite desarrollar un pensamiento crítico y creativo, aprender a decidir, a resolver problemas y argumentar, a ser autónomo en su aprendizaje y a adquirir competencias que le permitirán aprender durante toda la vida.
Hoy, cuando se piensa en desarrollo, ya no se habla sólo de riqueza o industria, sino de bienestar. Contra el reinado del PBI hay naciones medianas que se hacen un lugar con instituciones estables, innovación y políticas progresistas. Son países que simplifican la vida con servicios públicos eficaces y confiables; donde existe certidumbre del futuro que permite proyectar; donde se respetan la reglas y el cuidado de los bienes comunes, se mantienen las disputas bajo control, donde la brecha entre ricos y pobres es pequeña, donde el respeto a los derechos humanos -diversidad, género, libertad de expresión- está asegurado; donde el sistema político dificulta la corrupción y castiga los episodios que puedan aparecer.
Para ser un país que asegure bienestar ya no se necesita estar sentado sobre recursos naturales. Pragmatismo, equidad, cohesión social, planificación de largo plazo, educación y salud, respeto a las minorías y cuidado de los bienes comunes son los activos que más rápidamente los convierten en algo parecido a un paraíso terrenal. Australia es un lucky country, un país afortunado. ¿Qué podemos hacer con esto que somos? es la pregunta que los llevó, en pocos años de historia -Australia existe desde 1901-, a ser «innovadores» y valorar la «diversidad cultural». Eso significa: calidad de vida, servicios públicos, sustentabilidad de sus industrias, cuidado del medioambiente.
El contexto latinoamericano. ¿Qué tipo de personalidad se está forjando en niños y adolescentes tan amenazados por la pobreza y la violencia? La consigna «las mujeres y los niños, primero» ha sido reemplazada por el nefasto «sálvese quien pueda», en los sectores menos favorecidos.
La mitad de los jóvenes en condiciones de elegir planea llevar adelante su propio negocio. Tienen la idea de vivir en el presente. En un contexto de extrema volatilidad, donde nadie puede saber dónde estará dentro de cinco años, el desafío para las empresas es cómo atraer y retener ese talento. Alvin Toffler dijo: los analfabetos del siglo XXI no serán aquellos que no sepan leer ni escribir, sino aquellos que no puedan aprender, desaprender y reaprender, es que conocimiento sucede tan rápido que lo que se aprende en la universidad puede ser antiguo en el trabajo. Esta generación busca trabajar con un propósito. Es la clave para manejarse en un mundo desconocido y para orientarse a la cultura de colaboración.
Cómo pararse frente a la realidad. Para estar centrado y alineado y dar respuestas efectivas deben conocer y administrar el mundo interior, pero es poco lo que saben de sí mismos y eso impide fijar un rumbo. No podrán desplegar un liderazgo interpersonal si no logran el intrapersonal. La inteligencia emocional es fundamental en la calidad de los vínculos, en la comunicación y en la productividad. Hay herramientas para desarrollar distintos estilos de liderazgo, la inteligencia emocional y la gestión de las emociones. Se trata de comprender el concepto de inteligencia emocional y cómo influye en la vida personal y laboral, además de conocer el funcionamiento de las tres facultades claves: pensar, sentir y hacer.
Fábula de la escuela donde los animales aprenden a trepar, volar correr, nadar y excavar. Se decidió que todos siguieran el mismo programa sin importar su capacidad. El conejo era experto en correr pero casi se ahoga en la clase de natación y ya no pudo correr como antes. El águila era ágil volando pero fue deficiente en la clase de excavar y la pusieron en clases de nivelación, mientras reducía su capacidad de vuelo. Y así todos los animales perdieron la oportunidad de destacarse en sus talentos porque se les obligó a hacer cosas que no respetaban su naturaleza original.
Este enfoque se parece mucho a cómo tratamos a los niños en la escuela, no descubrimos su genio interior.
Inteligencias múltiples. Se nace con un genio interior a descubrir y potenciar. Mientras que la educación busca igualar a todos convirtiendo la debilidad de la ignorancia en mediocridad, lo que hay que lograr es que la fortaleza personal se transforme en excelencia. El poder duro -hard power– procede de la fuerza. El poder blando – soft power– atrae por la cultura o por la bondad de una política. El cerebro humano tiene el poder duro de la razón en su hemisferio izquierdo y el poder blando de la emoción en el derecho. El poder inteligente –smart power– los conjuga.
La inteligencia espiritual es clave. Sola es como el genio encerrado en la lámpara de Aladino. Hacen falta inteligencias complementarias. La emocional la pone en movimiento, la creativa le brinda las ideas que la estratégica convierte en planes, la corporal ejecuta el programa, la social permite trabajar en equipo, la digital consolida el proyecto en internet. El proceso se concretará en un logro y el espíritu se convertirá en materia. La PNL o programación neurolingüística descubrió que se aprende imitando. Lo ideal es imitar a los mejores hombres y a las mejores técnicas. Así fue como Japón destruido en la 2da guerra mundial y sin recursos naturales, imitó y mejoró los productos que importaba y se convirtió en potencia.
Hacer lo que te gusta. Cada persona al nacer posee un recurso divino ya que fue creado a imagen y semejanza de un gran creador que le transfirió sus atributos. Descubrir el tipo personal es descorrer el velo que impide conectarse con la vocación y que se define por “conócete a ti mismo”. Muchos se desvían. Por ejemplo si el papá es un abogado exitoso debe estudiar abogacía aunque no le guste. Ir contra natura afecta la salud.
Los lóbulos frontales tratan los problemas: el frontal izquierdo piensa, analiza, encuentra los errores, fija las prioridades, analiza costos y beneficios. El frontal derecho intuye, actúa por lo general en situaciones difíciles imaginando soluciones novedosas, descubriendo el patrón o la tendencia general. El lóbulo posterior izquierdo es sensorial, se especializa en las secuencias, las rutinas, las reglas, es objetivo y poco emocional, trabaja con las cosas como son, mientras que el posterior derecho o sentimental, trata de organizar los que ve con lo que siente creando la armonía y la paz privilegiando a las personas. Cada persona tiene un tipo dominante, el error común es desviarlo, dejar de ser auténtico para acomodarse a la realidad. Pero quien utiliza la brújula interior al elegir su preferencia es 100 veces más efectivo que quien maneja solamente la competencia que adquiere mediante el entrenamiento con un alto costo en consumo de energía.
El que logra un sano equilibrio combina sus preferencias con los modos auxiliares y compensa sus debilidades asociándose con cerebros complementarios. Esta es la esencia del trabajo en equipo. Descubrirse a sí mismo es una tarea compleja por el déficit del sistema educativo que, dando prioridad a la socialización, hace perder potencia individual, ya que un sujeto insatisfecho a la larga perjudica al tejido social. Descubrirse equilibra el corto plazo caracterizado por la vivencia y el largo plazo que pretende la supervivencia. La educación que pretende igualar enseñando contenidos uniformes alejados de la preferencia pierde su oportunidad de desarrollar el genio que todos llevamos dentro.
Las elecciones en la vida. Sócrates, hijo de una partera, era partero de almas. Su método consistía en preguntar: ¿Qué es la belleza? ¿Las cosas bellas son la belleza? ¿Qué hace que lo bello sea bello? El otro respondía hasta que reconocía su ignorancia. Sócrates dijo “sólo sé que no sé nada”, hacía parir ideas pero no podía dar a luz. Cada uno lo hacía con su principio clave: “conócete a ti mismo”.
La función de la orientación vocacional es optimizar las elecciones. Son decisiones que diseñan el futuro. Una mala elección provoca un malestar permanente. Para llegar al autoconocimiento hay que administrar las vacilaciones que se presentan al no saber lo que nos gusta.
La elección de carrera. Es un proceso de aprendizaje que relaciona las opciones educativas con los proyectos personales, para cumplir con la misión personal. El coach-orientador, el asesor de carrera, acompaña el proceso de descubrimiento y transformación, a través del diálogo, la escucha activa y la ayuda en la elección para valorizar las elecciones que marcan el futuro. Para eso elabora junto al participante las 4 A del aprendizaje: aprender a ser, a aprender, a hacer y a convivir; investigando cómo aprende y logrando que perfeccione sus estrategias cognitivas. Ser el arquitecto creador del propio destino implica complementar la vocación, con el mundo del estudio y del trabajo.
El plan de carrera. Como dijo Nietzche, “el que tiene un por qué puede superar cualquier cómo”. Por eso es importante saber quiénes queremos ser, para que lo que somos no trabe nuestro futuro. Para alcanzar una meta se necesita un plan. Este criterio se contradice en la práctica. Así como nadie admitiría que un edificio se construya a ojo, en su vida deja mucho librado al azar. Planificar no es un don que se lleve en la sangre.
La mejor forma de predecir el futuro es inventarlo, crear una visión y enfocarse en ella. Un plan define lo que se quiere, fija la meta y la escribe. Tiene un cómo y un cuándo, el objetivo debe alcanzarse en tiempo y forma. En 1726 viajando a Filadelfia, un marinero de 20 años escribía el plan de su vida. Insatisfecho consigo mismo, listó las virtudes que quería convertir en sus hábitos. Este genial planificador fue Benjamín Franklin. La humanidad perfeccionó sus inventos -como el pararrayos- pero no pudo superarlo en su materia clave: ¿cómo formular el plan de la vida?
Entrenador emocional. El auge de las terapias breves ocurre pese a que se sabe que no hay curas milagrosas, y que hay heridas que sólo pueden curarse con años de tratamiento. Su éxito se debe a que, a veces, se puede mejorar más con un entrenador emocional que con un médico.
El coach hace preguntas, obliga a reflexionar, no viene con una solución. Saca una foto del ahora. Aprendizaje, futuro, acción, construcción, gestión de emociones, posibilidad, facilitador; son las palabras claves que definen al coaching, y son las que explican cuál es su función.
Es un proceso de aprendizaje para relacionarse con uno mismo y con los otros, basado en la acción. El porqué es una pregunta clásica del psicoanálisis, mientras que el para qué es preguntarse qué quiero que pase en vez de culparse por lo que pasó o por lo que no está pasando.
El coaching no interpreta nada, utiliza un lenguaje generativo: quiero que pase tal cosa. Así se aprende a gestionar las emociones en positivo. Que se vea la situación con nuevos ojos, desde otra perspectiva, con herramientas comunicativas con las que es posible salir del patrón reactivo y tener un papel proactivo de mirar cómo uno está y de cómo construir una situación futura. Por eso el foco está puesto en resultados y logros futuros.