Con más de 433 millones de usuarios, LinkedIn sigue siendo, con todo, la red social profesional de mayor alcance global. Fundada en diciembre de 2002 por Reid Hoffman, Allen Blue, Konstantin Guericke, Eric Ly y Jean-Luc Vaillant, fue lanzada en mayo de 2003. Tras varios procesos de transformaciones societarias, lo que no ha decrecido es el interés en sumar suscriptores permanentemente.
Una estadística de mediados del 2016 indica que aproximadamente el 25% del total de usuarios son activo, es decir, consultan, interactúan, participan en grupos, consultan búsquedas laborales (siendo éste el principal ingreso de LinkedIn, seguido por las membresías pagas y luego, la publicidad), postean y comparten con continuidad-; aunque, por el perfil de esta herramienta de social media, eso no resulta estrictamente relevante, ya que se enfoca más en la calidad del perfil que en la cantidad -como sí es el caso se Facebook, Twitter e Instagram, por ejemplo-.
Ahora bien: desde hace al menos cuatro años, LinkedIn observa un fenómeno social importante, y es la mutación de los contenidos de sus usuarios hacia frases de motivación, liderazgo, e incluso desafíos al estilo trivias y cálculos de lógica y matemática.
¿A qué podría obedecer este cambio, que, en su conjunto, es más del 50 por ciento de lo que comparten los registrados en esta red?
Este artículo analiza cuatro de las posibles causas:
1. La necesidad de evasión de entornos laborales tóxicos: los temas duros y lógicos del mundo profesional, ubicados generalmente en el hemisferio izquierdo de nuestro cerebro, son vistos muchas veces como demasiado esquemáticos, formales y analíticos por seres humanos que, hoy, buscan algo más de trabajar. Las experiencias laborales están transformándose a la velocidad del mundo. Los mercados cambiaron. Las decepciones, problemas y confrontaciones en todos los sectores son cosas cotidianas; por lo que una visión posible del tema LinkedIn puede asociarse a esta necesidad de escapar por un momento de ese mundo rígido y hasta deshumanizado. Además, si pensamos que cada usuario de esta red está enlazado con personas de otros mercados e intereses prioritariamente profesionales, o al menos, con ciertos niveles de afinidad, se puede inferir que hay un anhelo de compartir temas inspiracionales, propios -hasta ahora- del código y lenguaje conversacional de otras redes sociales.
2. El anhelo permanente de felicidad y bienestar profesional: la creciente corriente de las gerencias de felicidad corporativa en distintas empresas y organizaciones, incluyendo libros, seminarios y congresos alrededor del mundo, son un indicador que la gestión tradicional de los recursos humanos también está cambiando radicalmente. Si bien desde siempre los discursos corporativos han hablado del concepto de la ‘gran familia’ de trabajadores, esto no tan cierto a la luz de los altos porcentajes de personas que, a nivel global, sufren el impacto del estrés y el síndrome de Burnout (“del quemado”), cuando ya no es posible tener capacidad de adaptación y superación de los problemas, lo que, sumado a la cantidad de horas laborales, se convierten en una bomba de tiempo. De allí que se utilicen ahora conceptos como “Capital Humano” en vez de “Fuerza laboral” o los tradicionales “Recursos Humanos”. A nivel global, hay aún una brecha de entre el 25 y 35% de personas que se sienten insatisfechas e infelices con su trabajo, por diversos motivos. Lo curioso es que el tema de remuneraciones no aparece en el primer lugar: es precedido por la falta de buen clima laboral y una mejor relación con sus superiores. En este contexto, LinkedIn podría ser un catalizador de esta insatisfacción en el mundo profesional, y un canal para buscar motivar (y auto motivarse) en un contexto de alta exigencia y brechas de insatisfacción. Sin embargo, debemos recordar que las redes sociales, en general, representan una estrategia de “show off” para muchas personas; por lo que no sería desacertado pensar que en estos casos, se busca sublimar la decepción del mundo del trabajo a través de frases positivas, o desafíos cognitivos, como una forma de empatizar con pares y con el entorno. Incluso, analizando los perfiles de quienes comparten más contenido en forma de frases célebres, casos de éxito, la relación entre fracasar y tener éxito y fotografías con textos de inspiración, muchos de ellos suelen estar “en busca de nuevos desafíos profesionales.”
3. Mejorar la reputación personal: partiendo de la base de un mundo en crisis, con guerras y todo tipo de desastres humanitarios, es dable pensar en la alternativa de sumar contenido de características positivas en una red como LinkedIn como otra manera de fijar una postura sobre un deseo personal de construir un mundo mejor. Esto, en sí, no encierra nada de malo; todo lo contrario: es legítimo y parece invitar a la construcción de una consciencia colectiva más elevada. Al mismo tiempo, en niveles sutiles, se puede inferir en los comentarios que a veces acompañan los post en esta red, que se busca posicionarse como el bueno de la película, contribuyendo a una imagen positiva acerca de su perfil profesional. Consideremos también los cruces generacionales con edades, formaciones e intereses diferentes que se dan aquí. El perfil del experto ha dado lugar al perfil del asertivo con múltiples intereses y experiencias, lo que está siendo muy difundido por los reclutadores como valores prioritarios en sus búsquedas. Esto significa que, además de una sólida o aceptable formación profesional, hoy priman valores como la auto motivación, el entusiasmo, la adaptabilidad a contextos cambiantes, y hasta el “soportar trabajo bajo presión” (textual) que aparece cada vez con mayor frecuencia en las descripciones de puestos. ¿Son, en verdad, valores que se buscan, o, más cruelmente, exigencias de descarte?
4. La influencia del coaching: desde su época en la mayéutica de Platón y Sócrates; su paso por el mundo de los entrenadores deportivos, y el desembarco directo en las empresas, el coaching con sus diferentes corrientes y escuelas, y la muy recomendable disciplina del “Neuro coaching” que integra conceptos científicos con el desarrollo personal (acaso hoy la quinta escuela mundial que está surgiendo en esta disciplina), se está corporizando como un valor importante en la construcción de habilidades de conducción y de equipos de trabajo. El enfoque proactivo y positivo propio del coaching, a partir de una profunda introspección en la individualidad y, desde allí, hacia lo grupal en el caso de su aplicación en trainings corporativos, está ayudando al nacimiento de una nueva visión. A esto, se suma el creciente desafío de antiguos paradigmas sobre la gestión del capital humano, para adaptarlos a las necesidades cambiantes del entorno. Es justamente esto, el entorno, en lo que pone uno de sus focos el Neuro coaching, como una forma de traducir en comportamientos asertivos las brechas de tres “DE”: Desencanto, Desilusión y Decepción propias de la insatisfacción en muchos trabajadores. Así, la asimilación de esta disciplina de creciente impacto, está cambiando paulatinamente los parámetros de las conversaciones profesionales -y personales- haciendo eje en los aspectos positivos, en la auto motivación, en la invitación a la mejora contínua y en la posibilidad de tener una exitosa carrera profesional sin perder de vista el equilibrio con los intereses personales. Estos objetivos son más que loables y, además, totalmente posibles de obtener y consolidar aplicando procesos de coaching profesionales.
El hecho de que los usuarios de LinkedIn estén compartiendo otro tipo de contenidos, más relacionados con el bienestar y la búsqueda de la felicidad, es sumamente positivo en sí mismo. Lo que queda por preguntarse es si esto obedece a un deseo genuino personal y profesional; si está atravesado por alguna de las influencias descriptas; y si LinkedIn debería volver a lo que fue en su origen: una red profesional en el sentido estricto, con muchas reglas a cumplir, pocas posibilidades de agregar a personas desconocidas. De cualquier forma, el sentido de “red” se está consolidando y sigue creciendo.
Los invito a compartir debajo sus impresiones.
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