La gente tóxica desafía la lógica. Algunos no tienen ni idea del impacto negativo que tienen a los que les rodean, y otros parecen obtener satisfacción de crear el caos. En cualquier caso, crean un estrés innecesario.
Luego, el estrés está demostrado que causa un impacto negativo en el cerebro. Su exposición al estrés compromete la efectividad de las neuronas cuando el estrés se hace con el control; el cerebro, pues, sufre. Muchas fuentes de estrés en el trabajo son fáciles de identificar. Son las fuentes inesperadas de estrés las que te llegan y hieren por sorpresa. El caso es que la gente tóxica hace que tu cerebro se estrese y eso, debe ser evitado a toda costa.
La habilidad de saber llevar tus emociones y permanecer en calma bajo presión se relaciona directamente con cómo seas. TalentSmart ha hecho un análisis de conducta con más de un millón de personas, y ha visto que un 90% de los que mejor lo han llevado son capaces de sobrellevar el estrés con calma. Uno de sus mayores dones es la habilidad de neutralizar a la gente tóxica.
De las técnicas efectivas que he utilizado para tratar con gente tóxica, las que siguen son las 12 mejores. Para tratar con gente tóxica de forma efectiva, necesitas controlar qué puedes eliminar y qué no. Algo digno de tener en cuenta es que puedes controlar mucho más de lo que imaginas.
Establecer límites (sobre todo con los quejosos)
Los quejosos y gente negativa son malas noticias; se encierran en sus problemas y no se centran en buscar soluciones. Quieren que la gente se una a su pena para sentirse mejor. A veces, puedes sentir presión por escuchar a estos quejicas porque no quieres ser maleducado, pero hay una fina línea entre ofrecer un oído amigable y meterse en su espiral de negatividad.
Puedes evitarlo simplemente estableciendo límites y distancia si es necesario. Piénsalo así: si el quejica estuviera fumando ¿te sentarías toda la tarde a su lado inhalando ese humo de segunda mano? Te separarías. Pues lo mismo tienes que hacer. Una buena forma de establecer límites es preguntar a esta gente cómo pueden solucionar su problema. O se quedarán callados, o redireccionarán la conversación en una dirección más productiva.
No morir en la batalla
La gente de éxito sabe cuán importante es vivir para luchar el día siguiente, especialmente cuando tu enemigo es tóxico. Cuando sabes leer y responder a tus propias emociones, eres capaz de elegir tus batallas sabiamente y actuar cómo y cuándo sea necesario y en el momento adecuado.
Volverse a levantar
La gente tóxica te vuelve loco porque es irracional con su comportamiento. No te equivoques: su comportamiento va en contra de la razón. Cuanto más irracional más fácil debería ser para ti salir de su trampa. Deja de intentar ganarles en su propio juego. Distánciate emocionalmente y afróntalos como si fueran un proyecto de ciencias. No necesitas responder al caos emocional, solo hechos.
Estar atento a las emociones
Mantener una distancia emocional requiere atención y consciencia. No puedes evitar que te molesten si no eres capaz de reconocer que está pasando. A veces te encontrarás en situaciones donde necesitarás reagrupar y escoger la mejor forma de continuar. Eso está bien y no deberías tener miedo de conseguir tiempo para hacerlo.
Piénsalo de esta manera, si una persona mentalmente inestable se acerca a ti por la calle y te dice que es John F. Kennedy, no te lo tomarás en serio. Cuando te encuentres con un compañero que tiene una forma de pensar similar, a veces es mejor sonreír y ya está. Si vas a tener que afrontarlo, tómate un tiempo para ver cómo.
Poner barreras
Aquí es donde se suelen tener más problemas. La gente siente que porque vivas o trabajes con alguien, no hay forma de controlar el caos. Nada más lejos de la realidad. Una vez encuentras tu forma de sobreponerte a esa persona, comienzas a ver que su comportamiento es predecible y fácil de entender. Por ejemplo, aunque trabajes en un equipo muy cercano, eso no significa que necesites tener la misma interacción con unos que con otros miembros.
Puedes marcar una barrera, pero de forma concienzuda y proactiva. Si dejas que las cosas pasen naturalmente, puede que te encuentres en conversaciones incómodas. Si marcas barreras y decides cuándo y dónde abordar a la persona complicada, puedes controlar la mayoría del caos. El truco es dejar marcada esa barrera.
No dejar que nadie limite tu alegría
Cuando tu sentido del placer y la satisfacción derivan de las opiniones de los demás, dejas de ser el dueño de tu felicidad. Cuando la gente emocionalmente inteligente se siente bien por algo que ha hecho, no dejan que la opinión de los demás les pase por encima y les quite esa felicidad.
Si es imposible que no te afecte lo que los demás piensan de ti, no tienes que compararte con los demás, y siempre puedes tomar la opinión ajena con un poco de azúcar. Así, sin importar qué piensa la gente tóxica de lo que haces, la satisfacción propia aparece. Pero lo cierto, independientemente de lo que digan los demás, nunca eres tan bueno ni tan malo como dicen que eres.
No centrarse en los problemas sino en las soluciones
Allí donde centras tu atención determina tu estado emocional. Cuando te fijas en tus problemas, prolongas la negatividad y el estrés. Cuando te fijas en las acciones para mejorar y las circunstancias, creas un sentido de eficacia personal que produce positividad y reduce el estrés.
En cuanto a la gente tóxica, fijarte en cuán difíciles son te da poder por encima de ellos. Deja de pensar en cuan complicada es esa persona y céntrate en cómo vas a lidiar con él o ella. Te da control y reduce el estrés de la experiencia de interactuar con ellos.
No olvidar nunca
La gente emocionalmente inteligente es rápida perdonando, pero eso no significa que olviden. Perdonar requiere dejar pasar lo que haya pasado para poder continuar. Eso no quiere decir que das una segunda oportunidad. La gente de éxito no está dispuesta a empantanarse de los errores de los demás, así que lo dejan pasar y son asertivos protegiéndose así de un daño futuro.
Aplastar el diálogo interno negativo
A veces absorbes la negatividad de los demás. No hay nada malo en sentirse mal por cómo te trate alguien, pero tu diálogo interno (cómo te sientes en general y lo que piensas al respecto) puede intensificar la negatividad o ayudarte a avanzar. Si este diálogo es negativo no sirve de nada, es innecesario y te machaca. Evita este tipo de negatividad a toda costa.
Limitar la ingesta de cafeína
Beber cafeína precipita la adrenalina. La adrenalina es la fuente de tus respuestas. El mecanismo “pelea o vuela” es un mecanismo de defensa que te fuerza a levantarte y pelear o correr cuando afrontas una amenaza. Este también deja a un lado el pensamiento racional a favor a una respuesta rápida. Eso está bien si te persigue un oso pero no cuando un compañero se enfada.
Dormir
Esto es muy importante para incrementar tu inteligencia emocional y gestionar tus niveles de estrés. Cuando duermes, tu cerebro se recarga, almacena tus recuerdos o los descarta para que te levantes fresco y con la cabeza despejada. Tu auto control, atención y memoria se reducen a que duermas lo suficiente. La privación del sueño incrementa el estrés incluso sin que nadie te estrese.
Una buena noche de sueño te hace más positivo, creativo y proactivo en tu acercamiento a la gente tóxica, dándote una perspectiva efectiva.
Usar un sistema de apoyo
Es tentador aunque inefectivo cargártelo todo a tu espalda. Para tratar con gente tóxica, necesitas reconocer las debilidades de tu acercamiento con ellos. Eso significa apoyarte en algo o alguien para ganar perspectiva. Todo el mundo tiene a alguien en el trabajo o fuera del trabajo dispuesto a ayudar en situaciones difíciles. Identifica a esta gente. Algo tan simple como explicar tu situación puede llevarte a otro punto de vista. La mayoría de veces, los demás pueden ver una solución que tu no ves porque no están tan emocionalmente metidos en la situación como tú.
Todo junto
Antes de que este sistema funcione, tendrás que pasar algunos tests. La mayoría de veces, te ves examinado por la situación. Afortunadamente, la plasticidad del cerebro te permite moldear y cambiar a nuevos comportamientos, incluso cuando fracasas. Implementando estas técnicas para tratar con gente complicada entrenarás a tu cerebro para manejar el estrés de forma efectiva y decrecer sus efectos.